76. No le gustan la bicis (Rosy Val)
¡Odio las bicicletas! No sé el por qué de esta animadversión, ¡si nunca me han hecho nada!, pero jamás se me ocurrió pedirle una a los Reyes ni me daba envidia ver a amigos montados en ellas. Mis hermanos sí que tuvieron alguna, aunque eso fue antes de nacer yo, justo entonces desapareció papá.
Cada domingo nos reunimos en casa y observo la foto, la del aparador, a la que le falta un trozo. Están: Josechu, Felisín y mamá. Además, se ve un cachito de lo que parece el manillar de una bici. No sacian mi curiosidad y empiezo a sospechar; mi madre y mis hermanos están compinchados… también que son los autores de las pintadas que, de vez en cuando, aparecen en el escaparate de la tienda de bicicletas que hay debajo de casa. Ahora la regenta Rosaura, sobrina de la anterior dueña. Me cuenta que… ¡era guapísima!, pero que repentinamente se fue de la ciudad y lo abandonó todo. Alguna vez me invita a dar una vuelta. Creo que le gusto, mas yo le digo que las detesto y que no sea tan fresca: ¡Que estoy casado, que tengo una niña y otra en camino!
Bello, lindo. ¡Esa historia que se repite, eligiendo nuevos protagonistas!
Mucha suerte Rosy.
Ton.
Bello y lindo que me regales tus palabras.
Gracias, Ton.
ROSY, que bueno el final.Suerte y saludos
Hola, calamanda, la verdad es que lo único que no cambió nunca en esta historia fue ese final.
Gracias.
Un abrazo
Vaya, Rosy, que buena historia de ocultaciones familiares por un lado y ese intento de repetición de la historia que se colapsa.
Bueno y esa animadversión a las bicis sin consciendia de por qué.
En definitiva, mucho en tan poco. ¡Estupendo!
Abrazos
Mejor que no este no saliera al padre, verdad?
Gracias, Javier, por tu visita, pero que sepas… que aún sigo noqueada con tu micro. ¡Cómo vamos a sobresalir algunas con trabajos así!
De nuevo, suerte con él.
Más abrazos.
Dicen que la historia se repite, aunque en este caso, parece que el protagonista, abocado a ello, ya viene prevenido, además de escarmentado, y puede que el cuento cambie. Las bicicletas de tu relato son, más que nunca, el símbolo de una escapada, de una huida y hasta el pasaporte a lo prohibido.
Muy bien contado, Rosy.
Por este orden o por otro, da igual:
-Te deseo suerte
-Te envío abrazos afectuosos
-Quiero que pases un gran verano, con o sin bici.
Ángel, qué gozada compartir contigo tantos espacios… a ver, a ver, si con tanto encontronazo se me pega algo.
El verano mejor con bici, y si encima recibo tu afecto… en cuanto a la suerte, voy a ir comprando unos higos, porque las brevas… 😉
¡Feliz agosto!
Un besote
Hola Rosy, vaya con las mujeres de esa familia jajaja. Te diré Que hay toda una teoría y muchas experiencias que explican las alergias desde la misma óptica. Sock traumático y desencadenamiento de la alergia es todo uno.suerte Rosy y un buen mes de agosto.
Mercedes, mis mujeres, son de bicicletas tomar… jajaja
Interesante lo que me cuentas… me voy a curiosear al primo Google.
Gracias, un abrazo y feliz agosto.
Se llama Biodescodificación para que sea más fácil. Saludos.
Pues muchas gracias Mercedes, por descubrirme un tema tan apasionante y que desconocía, totalmente.
Ah! y a mi protagonista acabo de informarle que ese rechazo hacia las bicicletas ya lo recibe, como si implantado, desde el útero materno. 😉
Un abrazo
Genial, qué idea tan original para el relato. Estas vendedoras de bicicletas devorahombres son un peligro. Besos para la estupenda autora.
Hola, Belén, muchas gracias por tus amables palabras.
Y estupenda tú, por la selección que tienes entre manos…… te deseo mucha suerte.
Un abrazo
Las ruedas de la bicicleta nos predisponen a una historia cíclica: mujeres con un ADN con tendencia a enamorar al vecino de arriba, con las confrontaciones emocionales que esto conlleva. Muy bueno, Rosy. Abrazos y feliz verano.
Ya ves que mi prota ni se habla con las bicis… nada que ver con el tuyo.
Te deseo también un feliz verano.
Gracias, Salvador.
Un abrazo.
Una buena historia contada con sencillez.
Suerte, Rosy
Gracias María Jesús, por acercarte hasta mis palabras.
Un abrazo.
Aunque la historia es triste, es un relato ameno y bien llevado hasta el final.
Feliz agosto.
Hola, Ana, muchas gracias por tus palabras, siempre tan amables.
Un beso.
María, aunque no quise tanto hacer una historia triste, me alegra que se entienda tan bien. Espero que estés teniendo un estupendo verano.
Un abrazo
Ana, entiéndete con Maria Rojas, creo que te ha «robado» mi comentario… 😉
Más besos
Un buen relato con secretos, odio desconocido, curiosidad e historias que pretenden ser repetidas. Sencillez para un gran texto.
Genial.
Un beso Rosy, mucha suerte guapa.
Suena muy bien eso que me dices, Mª Belén, ¡gracias!
Otro beso para ti.
Es verdad que hemos coincidido en el odio a las bicis de nuestros protagonistas, y en los secretos de familia que se tejen alrededor de las bicis.
En el tuyo el final da una vuelta más al destino, que siempre es caprichoso.
Un beso.
Vengo a leerte después de ‘espiar’ el comentario que le has dejado a Asun y te doy la razón. Creo que habéis urdido unas historias paralelas con el toque personal y emotivo de cada una de vosotras. Suerte, Rosy, que las personas como tú la merecéis.
Los secretos de familia y una fobia peculiar. La historia que se repite… y un final fantástico.
Mucha suerte Rosy.
Gracias, Asun, Lorenzo, Izaskun, por deteneros a leer mi historia.
Os deseo mucha suerte también para vosotros.
Un abrazo grande.