69. NO PASA EL TIEMPO, PASAMOS NOSOTROS (La Marca Amarilla)
Cuando el niño aprendió a leer las horas, su padre le regaló un antiguo reloj de pulsera, de aquellos con manecillas.
Al hijo le extrañó que le comprara un reloj viejo, aunque estuviera bien conservado.
– Era de mi hermano – dijo el padre.
– No sabía que tuvieras un hermano – balbuceó sorprendido el niño.
– Él se paró a tu edad, pero el tiempo no se detiene.
Tendemos a pensar que el tiempo es esa medida que nos afecta y conduce hacia un final inexorable, pero al tiempo le da lo mismo lo que nos suceda, ni siquiera si existimos. No somos tan importantes.
Todo pasa, nosotros también, aunque tenemos la particularidad de intentar dejar vestigios de nuestro paso, no quedar del todo diluidos. Ese reloj familiar es un claro ejemplo.
Que tus buenas letras sigan perdurando y que yo pueda leerlas.
Un abrazo y suerte, Marca
La sugerencia de toda una vida, la de ese tío hasta ahora desconocido. Pura concisión para un relato certero.
Muchas gracias, Ángel!!
Tengo la manía de juntar en un relato muchas cosas… a veces los dejo demasiado abiertos, espero que en este se vea clara la intención!!
Un saludo!!! 😉
Gracias, Antonio!!!
Es lo que intento, concisión!! jejeje en pocas palabras!
Saludos! 😉