11. Nuevos tiempos (Marisa Martínez Arce)
Mis primeros recuerdos se remontan a la melodía que tarareaba mi madre meciendo mi cuna, cuando lloraba sin consuelo. Desde entonces la vida me ha puesto muchas zancadillas, como una grave enfermedad que pude superar. A todos, antes o después nos sucede lo mismo, solo que con algunos, como fue mi caso, se cebó con ganas. En casa la música lo presidia todo. Hijo de una concertista de piano y de un director y compositor de prestigio como era mi padre, no podía ser de otra manera. Pese a todo, no fui un niño rebelde que harto de esta profesión decide hacerse profesor de matemáticas. No, seguí la tradición familiar, pues también lo era todo para mí. Había crecido con Brahms, Chopin, Rachmanínoff… Cursé el grado superior en el conservatorio y me gradué en percusión. A mis padres esta elección les molestó un poco, ellos eran más clásicos, pero me apoyaron. Acudieron emocionados a mi primer concierto. Salí al escenario y anunciaron: «Señoras, señores con ustedes RG el mejor beatboxing del país». Desde allí pude ver su cara de sorpresa, pero también, como aplaudían orgullosos tras mi actuación comentando con unos y otros «es nuestro hijo»
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo.
THE CURE – Lullaby
https://youtu.be/ijxk-fgcg7c
No te acostarás sin saber una cosa más. Gracias a tu relato he aprendido lo que es el Beatboxing. Confieso que he tenido que buscarlo. Unos padres que, pese a no encontrarse con lo que se esperaban, apoyan a su hijo en sus logros, merecen todos los respetos.
Un abrazo y suerte, Marisa.
Aurora.
Los padres que son como deben ser, la mayoría, quieren lo mejor para sus hijos. Luego vienen los pormenores, alguien dijo, con razón, que «el infierno está en los detalles». A veces lo que desearíamos para ellos no concuerda con su naturaleza y necesidades, solo queda respetarlo y apoyarlo si, con ello, logran ser felices, que es a la postre el objetivo principal.
Este muchacho demuestra personalidad al actuar acorde con sus gustos, mientras que, los padres, superada la sorpresa inicial, actúan como deben, disfrutan y se sienten orgullosos.
Un relato redondo, por tanto, en el que subyace la esencia del título, pues no queda otra que adaptarse a los tiempos.
Un saludo y suerte, Marisa