Él tenía una mirada arrebatadora que la fascinó desde el primer momento. Ella tardó mucho tiempo en darse cuenta de que aquellos ojos no eran del color azul de la mar, sino del hielo. El mismo del que estaba hecho su corazón.
Una fachada atractiva tras la que se oculta un corazón frío y calculador no es buen negocio. Lo importante es, superado el espejismo, ser capaz de darse cuenta a tiempo.
Un abrazo, Aurora. Suerte
Una fachada atractiva tras la que se oculta un corazón frío y calculador no es buen negocio. Lo importante es, superado el espejismo, ser capaz de darse cuenta a tiempo.
Un abrazo, Aurora. Suerte