OCT111. YO Oí CANTAR A LAS SIRENAS, de Ana Fúster
Habiéndome advertido Circe contra el letal canto de las sirenas, cuando la nave se aproximaba a su isla taponé los oídos a los remeros con cera. Luego me hice atar al mástil con bien calculadas ligaduras. Al percibirnos cerca, las sirenas comenzaron a entretejer sus voces en melífluo canto al que ningún mortal sabe resistirse. Veloz desligué los falsos nudos, me lancé al mar y braceé hacia la deseada muerte, que me liberaría de una vida odiosa en la insufrible Ítaca, un hijo al que no recordaba y una mujer cuya memoria ya no habitaba en mi carne. Pero la maga Circe, conocedora por sus artes de mis más íntimos anhelos, había urdido sabiamente su venganza: las sirenas, unas hembras monstruosas y velludas que hedían a pescado podrido, lejos de matarme, me usaron para procurarse placeres de modos nefandos hasta que se hartaron de mí y me abandonaron entre las olas, no sin antes haberme castigado con el don de la inmortalidad.
A veces aún despierto creyendo oir su canto, pero sólo es el móvil, algún cliente que busca los servicios de “Uly, musculoso, bien dotado, griego, sólo hombres”. Porque desde entonces odio a las mujeres. Y el pescado.
O-ó, qué error más tonto. Jams, ¿sería posible cambiar el «oó» por un «oí»? Muchas gracias.
Las sirenas, como decía Brassens, tienen lo mejor de las mujeres, la hermosura, y lo peor de los peces, las espinas.
Un saludo
JM
Pobrecitas, estas mías tenían lo peor de ambos mundos. Gracias por el comentario, un saludo.
Buen relato que remata muy bien con el toque de humor del final. ¡Suerte!
Saludos.
Gracias por pasarte a leer y comentar. Saludos.
Pues, me ha gustado mucho Ana, en un principio ese oó me despistaba jeje
De lo mejorcito de este mes.
Mucha suerte
Me alegro de que te haya gustado. Gracias y saludos.
Hola Ana buen micro pero me hubiera gustado mucho más en el mes anterior, si me lo permites, un Ulises, rodeado de sirenas monstruosas que llega a nuestros días convertido en puto.
Interesante visión.
abrazos y suerte.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Pues sí, parece que me he quedado estancada en el tema de la Odisea, pero este relato no habría encajado con el tema «Volver» (aparte de que se me ha ocurrido este mes, jeje). Muchas gracias y un abrazo.
Original y divertido.
Me gusta.
Suerte. Un beso.
Gracias, Yolanda, espero que te haya hecho sonreír. Besos.
Qué bien has manejado al historia a tu antojo, Jajajajaja, y al de los que les apetezca y lo puedan pagar. Pues la sirenas olerán a pescado, pero tu micro casi huele a premio, que no?
Un abrazo, compañera de telarañas.
Pobre Ulises, con la de putadas que le hicimos el mes pasado y ahora le cae otra de propina. Pues sí, Miguelángel, tu micro y el mío huelen a pescado 🙂 Abrazo.
Muy bueno el giro que le das a la historia, ese punto de humor suavizando su tragedia. Me gusta. Suerte y saludos.
Hombre, no sé yo si que te conviertan en inmortal, te cambie la orientación sexual y tengas que ganarte la vida de prostituto para toda la eternidad es suavizar la tragedia 🙂 Y encima ni siquiera puedes comer sushi. Muy triste. Gracias y saludos.
Muy bueno, Ana. Con ese tono de fábula seria, el final me ha sorprendido y me ha hecho sonreír.
Aquí te dejo un retrato de una de esas sirenas monstruosas con olor a pescado 🙂
http://microrelatosilustrados.blogspot.com.es/2013/06/engendros.html
Un abrazo.
Muy apropiado el dibujo, Sara, y sobre todo muy bueno tu relato. Anda que entre las sirenas vomitapulpos, las sirenas con cabeza de pez y las sirenas velludas y apestosas estamos dejando el mito destrozado 🙂
Gracias y un abrazo también para ti.
Estupendo relato con dosis de humor para recrear el mito. Si me parece que hubiera encajado mejor el mes pasado, pero ¿acaso importa?
Pues eso digo yo, ¿qué más da? Si te ha sacado una sonrisa me doy por satisfecha. Saludos y gracias.
Magistral, como siempre. Leerte es un lujo. Enhorabuena.
Tan generoso como siempre, «compatriota», pero sólo es un divertimento. Muchas gracias y besos.
Ana, original, bien escrita, e ingeniosa visión la de tu cuento. Suerte y saludos. Calamanda
Me gusta esa inmortalidad, Ana. Encontrarla hoy en día es un desenlace muy original.
Te deja un buen sabor de boca, cercano y verosímil.
Un abrazooo de muerte (o sea, grande. jejeje)
Él la encontró hace ya tiempo, pero me temo que no le gusta mucho. Me alegro de que te guste. Muchas gracias y besos.
Jeje, Ana, de la mitología a los anuncios por palabras. Buen trabajo que arranca sonrisas. Suerte en la Ítaca de fin de mes.
Si me dices que has sonreído me encanta, porque es lo que buscaba este texto. En cuanto a lo de fin de mes, yo ya no concurso, sigo mandando relatos por puro vicio 🙂
Ana, tu relato es todo un viaje, entre lo mitologico y la más pura realidad.Un placer leerlo.
Un beso
Ana, tu relato es todo un viaje, entre lo mitologico y la más pura realidad.Un placer leerlo.
Un beso
Sí, otra forma de ver a uno de los viajeros más famosos de la literatura, pobre… Gracias y besos.
Je,,je…muy bueno, Ana. Me has hecho sonreir. Sueret y un abrazo.
Je,,je…muy bueno, Ana. Me has hecho sonreir. Sueret y un abrazo.
Me alegro, esa era la idea. Gracias y un abrazo.
Felicidades por tu relato, Ana, te deseo mucha suerte, aunque no la necesitas porque ya eres grande. Un saludo.
De grande nada, sólo 1.58 m. Muchas gracias por comentar y un abrazo.
Ana, me gusta el giro que has sabido dar a la historia. Acabaste sacándome una sonrisa con el final.
Suerte.
Un beso.
La vida te da sorpresas, como decía la canción, y si eres inmortal seguro que muchas más. Gracias por el comentario y un beso.
Mira que es mala y vengativa la Circe esa con el crédulo Ulises, pero todo queda compensado por lo bien que nos lo cuentas y la sonrisa con la que nos dejas a su costa.
un abrazo y saludos.
Es que siempre me resultó difícil de creer que no terminara vengándose de él y que le permitiera alejarse de ella tan ricamente, que las mujeres somos muy malas:) Un abrazo y gracias por comentar-
¿Qué decirte, Ana? Sencillamente, me parece magnífico, desde el título hasta ese giro final, precedido de otros (las falsas ligaduras, la ventaja de Circe), que nos llevan de sorpresa en sorpresa en tan pocas líneas. Envidiable su vocabulario preciso y su medida progresión.
De acuerdo en parte con Montesinos, es verdad que quizá su momento hubiese sido el mes pasado; no obstante, esa cita con la muerte que Circe le escamotea a Ulises, con el guiño final, lo atan a este octubre. (Y, curiosamente, me gustaría pensar que a mis dos micros del mes pasado y de este: el ‘montaje’ de Ulises y el pseudoUlises; y la de una muerte que se le niega a mi Raimundo este mes. Va a ser verdad eso de la fascinación de la intertextualidad .)
Te deseo lo mejor para este micro tuyo, que me ha encandilado. A mí también me suena a premio. Besos.
Muchas gracias por tu hiperbólico comentario, Eduardo! El título quizá sea lo que más me gusta de este relato, es una frase sacada del párrafo de inicio del capítulo 8 de Peter Pan, que siempre me ha parecido especialmente evocador, aunque este relato con final «irreverente» no creo que le haga justicia. Gracias por tus buenos deseos, pero ya no concurso. Besos.
¡Qué bueno, buenísimo!!!! pasas de la leyenda al absurdo más hilarante en menos de 200 palabras, para además creo ser el único relato que esquiva su cita con la muerte. Genial!!
No me extraña que odie el pescado, si encima de preocuparse de las espinas se tiene que sacar los pelos de la boca… ¡con lo idealizadas que tenía yo a las sirenas! Te perdono la decepción en la que me has sumido solo porque ha sido un placer leer tu relato, Ana.
¡Un beso y suerte!
Lo primero darte la enhorabuena por tu reciente premio de Sancho Panza. Demuestras con el micro de octubre que todavía tienes más material al respecto. En cuanto a este relato me gusta lo que más cómo nos llevas de las sirenas al pescado podrido y luego al gigoló, todo tan bien calculadito.
Un abrazo.
Qué bueno, Ana. Arranca tan clásico y, al final, ¡zas!, la modernidad absoluta con móvil y anuncio incluido. Has combinado de maravilla ambos tiempos. Una fusión magistral y bien resuelta. Además, el humor, ese fino humor que nos deja con la sonrisa en la boca.
Un beso.