OCT99. OBLIGADOS, de Belkys Pulido
La maestra les entregó el libro y la hoja de lectura. «Tienen que leer durante diez minutos. No olviden la firma de un adulto«. Dana respiró el desagrado colectivo, los bufidos como ranas en acrobacia allá, al final del salón. Cuando llegó a su casa, al pie de las tareas, lo hojeó. Iba atascado de palabras, con ilustraciones opacas colgando aquí y allá. Murmuró:
– Quizás, si la maestra nos hubiera ofrecido a cambio un playstation o un wii; pero leer cada semana, obligados, por ¡tres estrellas!
Escribió cualquier cosa y su madre, sin tropezarse en los detalles, le firmó.
Parece ser que nadie les inculcó lo maravilloso que puede ser leer: conocer, encontrar, vivir.
La madre, al parecer tampoco estaba muy motivada.
El premio, no obstante, era muy bueno.
Una fantasía.
Bienvenida Belkis.
Así es Antonia si forzamos a los niños a lecturas obligadas están condenados a sufrir de «sinfanta» como dice mi niña: Vivir sin fantasía es una fatalidad.
Y me encanta el arrastre de la f, como una letra que les afea el seño y las aleja de lo mejor de sí.
Triste pero real. Diez minutos leyendo, toda una tortura. Como pone ahí a la derecha: Aviso legal: La lectura perjudica seriamente a la ignorancia.
Lo has escenificado muy correctamente. Y ahora me voy a la wii, aquí hay demasiadas letras juntas.
Un abrazo.
Susana, una tortura aprobada por los padres que prefieren esa complicidad absurda con la escuela a la otra alternativa: leer juntos, por placer. Mil gracias por escribir, leer primero y luego escapar al wii.
Belkys, tocas un tema muy interesante. Si los padres acostumbran a los hijos leer de pequeños, cuentos, o libritos de aventura seguro que no sucederían cosas así. Me gusto el tema. Un abrazo, Sotirios.
Sotirios, siguiendo el camino de la lectura, puede uno coincidir con otros lectores, como aquí. Me apenaba «colgar» tres estrellas de un tema corriente, pero es la batalla cotidiana de los promotores de lectura. Quijotes de ahora. Un abrazo y mil gracias por compartir.
Hola, Belkis. Tras releer Seis visiones y un recuerdo sobre José María Chacón y Calvo (La Habana, 1995) puse tu nombre en Google y leo referencias acerca de tus libros. Me gustaría leerlos aunque sea por E-book. Sigo fiel a los recuerdos. Un abrazo mediterráneo, Miguel Iturria Savón.