12. Olas contadas
Que la temperatura del agua esté a unos 13 grados centígrados y el color del cielo de un gris marengo que amenaza desastre, no es el escenario ideal que yo había montado en mi cabeza cuando me apunté, entusiasmada, a la escuela de surf.
Tampoco soy capaz de cumplir con el consejo principal de la primera lección: Mirada siempre al frente, en dirección a la playa y las piernas firmes sobre la tabla.
Y, muy importante: NO contéis las olas. La Vuestra, la Buena, llegará.
Demasiadas pelis de surfers hawaianos bronceados, surcando enormes olas azul turquesa espumeante al ritmo de los Beach Boys.
¿Cuántas son demasiadas?, me pregunto, mientras ‘Surfin’ U.S.A’, suena en mi cabeza, martilleando mis pensamientos. Pero sigo en el agua, temblequeando, agarrada como una lapa a mi tabla protectora. Que no me salva de un nuevo revolcón en dirección al fondo del océano. Y vuelta a la orilla.
Al agua, patos. El profe me mira, animoso. Estoy de pie en la tabla. Viene una ola enorme y… ‘Yeah, everybody’s gone surfin’…
La vida no es como en las películas, solía decirse antes, en el sentido de que resulta menos poética, más complicada y llena de escollos. No hay un realizador que solo escoja las escenas más memorables. Puede ser que la buena ola no llegue nunca, o vaya usted a saber. Pueden decirnos que lo importante es intentarlo, nada que oponer en contra de ello, pero la satisfacción de conseguirlo también se agradece. Tu protagonista busca su momento, el de cabalgar sobre una ola a su medida, algo que, de darse, por escasez, es fácil que sea irrepetible.
Un relato con una filosofía extrapolable a muchos aspectos de la vida. No siempre el esfuerzo redunda en resultados, aunque son necesarios, y nada que merezca la pena se consigue sin empeño.
Un abrazo y suerte, Esperanza
Y de nuevo consigues sacarle una lectura ‘extra’ a mi pequeña historia.
Gracias mil Ángel.
Y suerte para tí.
Esperanza, en la vida hay que saber esperar a que llegue nuestro momento. Trabajando para que llegue, pero con paciencia y sin miedo. Y seguir intentándolo, como tu protagonista, que va a verse recompensado.
Un abrazo y suerte.
Esperamos, a veces toda la vida, nuestro momento perfecto. Y el truco está, como bien dices, en seguir intentándolo.
Un abrazo
Gracias Rosalía
Da gusto leerlo por el positivismo y la fuerza de voluntad que proclama. Da envidia. Es que yo no soy nada peliculera. Ja ja ja.
Las películas son así, las olas suben mucho. Pero luego llega la realidad y ya se te caen encima 😀
Gracias Edita.
Y Enhorabuena por la CUNCA ♣