Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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19. ONLINE

 

Hacer la compra, en principio, no debería ser nada de lo que avergonzarse, pero claro, eso vayan ustedes a decírselo a Pepita Chirivía, que siendo la timidez en persona, y estando locamente enamorada del tendero más apuesto y más fornido del mercado, le preguntó muy resuelta e inocente al no ver la mercancía a la vista, que si tenía huevos: “Ramiro, ¿tienes huevos?” con cara de verdadero interés porque quería hacer una tortilla, a lo que Ramiro contestó con una gran sonrisa: “Claro, tengo huevos morenos, bien gordos… —ahí, la clientela, con los ojos como platos, estalló en risas— ¿cuántos te pongo?” y Pepita, colorada que daba envidia a los tomates, deseando con todas sus fuerzas que se abriera una grieta en el suelo que se la tragara a ella, a Ramiro, a los huevos, a la clientela y a todo el mercado entero si fuera menester, pidió, con todo el calor del infierno ardiendo en su cara y una vergüenza paralizante, una docena y la cuenta por favor. Y todo porque la muchacha no tiene sentido del humor. Ahora todo lo compra online, y vayan ustedes a saber cuánta timidez en el mundo se esconde tras esta práctica.

7 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Los grandes supermercados con autoservicio ya habían hecho de la compra algo bastante impersonal, solo permiten un poco de relación con la cajera o cajero, aunque apenas. La venta online, en ese sentido, elimina todo trato humano.
    No hay que descartar que tu protagonista se sienta observada y motivo de burla solo en su imaginación, pero ella lo siente así y no parece tener remedio.
    Un relato sobre la timidez, que tantos posibles caminos ciega, antes incluso de emprenderlos.
    Un abrazo y suerte, Ana

  2. Qué bueno, Ana, me ha encantado y me he reído, aunque luego, si lo piensas bien, tiene su lado triste.
    Me he imaginado la escena, que, por otra parte, no es tan descabellada ya que algunas veces, en las tiendas pequeñas se producen «malentendidos» de este tipo y, cierto es, que si se es un pelín tímido/a, se pasa mal. Al final no lo ha resuelto la mujer de la mejor forma porque encerrarse en uno mismo, tampoco es la solución. Gracias por sacarme esa sonrisa. Te deseo una feliz noche y mucha suerte con tu micro.

  3. Rosalía Guerrero

    Si es que la timidez es un lastre. Si Pepita Chirivía hubiera sido más descarada a buen seguro que le habría seguido el juego al apuesto Ramiro, y quién sabe cómo hubiera acabado la historia…
    Gracias por compartir, me has alegrado la tarde.

  4. Es divertido aunque no tanto para Pepita. Como vergonzoso profesional, los equívocos son horribles y duelen en el alma. Un relato sobre la vergüenza, contado a modo de anécdota, pero maravillosamente narrado. Me ha encantado. Abrazos y suerte.

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