Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

QUIJOTERÍAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en QUIJOTERÍAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el tercero serán QUIJOTERÍAS Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE MAYO

Relatos

JUL108. ÉXODO, de Elysa Brioa Escudero

Los barcos enfilan hasta colocar sus velas gigantes en dirección al sol. Buscan acumular la energía que les permita realizar el largo viaje a través de las estrellas. En las cubiertas los marineros estelares trajinan sin descanso para dejar todo en marcha antes de que los rayos del astro rey llenen el motor con el combustible necesario para la travesía.
Los pasajeros nos asomamos por  estribor,  deseamos contemplar por última vez el planeta que hemos abandonado. Se exhibe ante nuestros ojos bajo una densa y oscura nube que ahoga toda forma de vida. Todos en un silencio solemne nos preparamos para este desplazamiento a través del cosmos con la esperanza de encontrar un nuevo hogar. Recordamos a los ausentes, muchos decidieron quedarse.
Unos miles de seres humanos hemos conseguido abordar estos navíos solares, iniciamos el éxodo sin destino conocido, sin retorno, huyendo de la falta de expectativas y de los avaros y cicateros que arruinaron la única casa que poseíamos. Creen que nos han embargado el futuro pero no alcanzan a comprender que el ser humano siempre está viajando en una única dirección: la que marca la palabra esperanza.

 http://elystone.blogspot.com.es/

JUL107. ¿HAY ESPERANZAS?, de Francisco Javier Sánchez

Ya es tarde…  tarde para volver atrás, el viaje me enseñó; nada hay en el horizonte que sea importante si te hacer perder lo que tienes al lado.
Somos meros sueños de otros. «Si al menos en esos sueños fuéramos felices pero no, inclusive en el sueño de otro, hay algo o alguien esperando para desgarrarnos el corazón a zarpazos».
― ¡Despierta, Manuel, hora del relevo! ¡Mierda de tío, siempre soñando con lo mismo! ―se enfadó, José.
Manuel, se revolvió debajo de las mantas, carraspeó y con la voz cansada,”del que se quedó sin tiempo”,  ―dijo: ¿Y qué quieres que sueñe, ¡redios!? Con el hambre que tengo, mi estómago manda más que mi cabeza.
― ¿Y no puedes soñar con tías buenas? O ¿incluso con comida? No que siempre sueñas con tristezas… ―. A José se le nubló el semblante.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras, con un gran suspiro decía para sí mismo, «Otra vez, hablando conmigo mismo».

  http://kilili-alma-sin-destino.blogspot.com.es/

EN AGOSTO… ADEMÁS… EL CAN TE PROPONE…

!!!Antes de que nos comiencen a llegar los primeros cuentos de agosto¡¡¡¡
Tu relato del mes de AGOSTO puede participar en nuestro concurso con el sistema habitual, sin más condiciones que tomar como inspiración el tema  AZUL… MARINO
PERO… este mes tienes la oportunidad de que, además, concurse en una iniciativa que nos ofrece el Centro de Actividades Náuticas de Marina de Cudeyo para conseguir un regalo especial: un paseo guiado por la Bahía de Santander en alguna de sus embarcaciones o un obsequio del CAN  para los que no podáis disfrutar de la posibilidad de acercaros hasta allí.
Para participar, en vuestro relato tendrá que estar presente alguna de las embarcaciones que el CAN tiene en su centro. Puedes verlas todas AQUÍ.  Si tu relato la incluye y estás interesado en participar no se te olvide colocar al final del relato un aviso como este: (CONCURSA CAN)
El relato ganador de esta convocatoria del CAN se elegirá  independientemente de los relatos seleccionados por nuestro jurado.

JUL106. LOS CUENTOS QUE YA CUENTO, de Mar González Mena

En el pueblo las cosas son como son y siempre han sido así por la gracia de Dios. Todo el que se va desaparece y de él queda una historia quién sabe si real o no. Casi nadie ha vuelto para demostrar que no lo sea y, quienes lo hicieron, prefirieron no desilusionar a los demás. Como papá. A todos les decía lo que querían oír, pero a mí me contaba la verdad de otros pueblos, ciudades incluso, yo creo que mundos.
Como en los cuentos de mi infancia, un día imaginé baldosas amarillas sobre el camino polvoriento que salía del pueblo. Al poco tiempo se convirtieron en las líneas blancas de la carretera. Las seguí  alumbradas por luces de neón, a la sombra de grandes rascacielos y entre el ruido de los coches. Perseguí sueños, viví aventuras, tropecé y me levanté mil veces antes de encontrar el camino de vuelta a este pueblo donde las cosas son como son pero no son la verdad que yo te cuento ni la que tú vivirás.

 www.losjardinesdepuck.blogspot.com

JUL105. EL FINAL, de Isabel Oliva Yanes

El viaje me enseñó el FIN. Una figura imponente descendió hasta el suelo calcinado. Podría ser un hombre si no fuera por las alas que surgían de su espalda. Miró a su alrededor y solo vio muerte y destrucción. Níveo, meneando la cabeza, maldijo por lo bajo.
        Tantos años, tanto sufrimiento para esto.
        Sabía que el resto de la tierra estaba igual, carbonizada. Nadie sobrevivió. Estaba enfadado con la humanidad por haberse destruido a sí misma y consigo mismo por no haber evitado todo aquello.
        -Debimos haberlo visto venir. No es cierto? –preguntó una voz a su espalda.
        Níveo se volvió hacia Aleph, encontrándose con unos ojos azules tan fríos como el hielo y una figura como él con grandes alas negras que tapaban la luz del sol.
        Aleph se acercó a Níveo. –Tu eres un ángel y yo un demonio pero en el fondo no somos tan distintos.
        Níveo se revolvió –Tu eres un asesino, llevas miles de años intentando conquistar a la humanidad y ahora qué?
        -Justo! dijo Aleph, Tan obsesionados estábamos el uno con el otro y con nuestros deseos que no impedimos que ellos acabaran por sí mismos con todos y con todo-
        -Y ahora, Qué?

JUL104. LA PUERTA…, de Arturo Fraga Salazar

La puerta de la Sala de Espera se abrió. “Álvarez” y un anciano con paso cansino se dirigió donde estaba la enfermera.
        La Sala de Espera estaba repleta de personas de edad muy avanzada, salvo un joven bien vestido que destacaba en aquel lugar. La señora de su lado le preguntó directamente qué le pasaba. Era vieja y no tenía tiempo ni vergüenza que perder. El joven respondió que era Visitador Médico. La señora sin contemplaciones murmuró, otro vendedor de matarratas y siguió con sus quejas y dolores.
        El joven se puso en pie y con una voz suave que hacía que todos se callasen para escucharle, les habló:
        El viaje me enseñó el bosque de hadas en el que hay una fontana llena de vida y esperanza. Quería ofrecérsela al doctor pero pienso que ustedes la necesitan más que él. No tienen obligación de tomarla. Si quieren, acérquense y beban. Y uno a uno se iban acercando en silencio e iban saliendo más erguidos, más rectos, menos encorvados, con una sonrisa de felicidad, tirando en la puerta al salir las muletas, bastones y sillas de ruedas. Cruzaron la puerta y corrieron con todas las fuerzas de sus veinte años…

JUL102. LA POSTAL, de Jorge Asteguieta Reguero

 Me resigno a lo evidente. Me veo obligado a escribirte estas líneas:
 Estoy en el último hotel. El cajón de la mesilla apenas puede cerrarse. Sus vacíos se han perdido entre kilómetros de carretera y nubes. Rebosa bullicioso: billetes de avión, trenes de todos los tamaños y velocidad, veleros hermosos… un cajón repleto de recuerdos y experiencias.
        El armario de la habitación marcha a la zaga del cajón, suelas de zapato gastadas, bermudas a las que los soles de un millón de lugares les comieron los colores, gorros y abrigos capaces de cortar el frío del Nepal…
        Una mochila de cremalleras infinitas intenta descansar al pie de mi cama, desparramada por culpa de meses de viaje. Estoy seguro de que se merece una jubilación mejor de la que podré ofrecerle.
        Mi cuerpo yace tumbado sobre un colchón sin sábanas y el corazón me late marchito de amor. El viaje me ha enseñado que por muy lejos que huya nada será capaz de reemplazarte. El eco de tus sonrisas aún resuena en mi conciencia y he aprendido que solo, cuando te cases conmigo, volveré a ser feliz. ¿Quieres?

 www. jorgeasteguieta.es.tl

JUL100. PERSPICACIA, INTUICIÓN… de Calamanda Nevado

Cada vez viajaban más mis Erasmus. También noté que, cuando venían  a casa de vacaciones, si entraba casualmente a sus cuartos; con disimulo giraban la pantalla del ordenador. Demasiado misterio. Debía indagar, como pudiera, en  sus carpetas, ficheros y correos. Encontré poco, aunque los chicos parecían singulares como yo. Escamada, trace mis propósitos: asegurarme personalmente, haciéndome  irreconocible.
Semanas después se desplazaban a la Habana; sentados detrás de mí  ¡disfrutaban con dos llamativas modelos! Sin imaginarlo, volaban con mi metro setenta, mis cincuenta quilos, entallados, mi peluca rubia, mis gafas de aviador, mis uñas postizas rojas,  mis  sandalias tacón aguja, mi maquillaje y mi “perspicacia” de madre que reservó, en el Copacabana,  una habitación dos puertas anteriores a las suyas.
Con cámara y cautela registré sus entradas, salidas, y las de  sus visitas; me aclararon bastante, pero necesitaba verlos para creer. Inquieta, solicité mesa contigua al escenario. Ahí pude entender los secretos de sus “dobles vidas”. El viaje me enseño prudencia, los porqués de  sus “conductas” y que ¡Eran bailarines profesionales! interpretando sus coreografías eróticas.  Me admiré;  como las mías,  respiraban elegancia.
Vivimos los tres bailando por el mundo ¿coincidiremos? heredaron mi intuición. Llegaran a desconfiar… Sabrán guardar silencio…como hago yo.

JUL99. REGRESO A LOS ORÍGENES, de Belén Molina Moreno

Esta noche de desesperación he tenido conciencia de la negrura de mi ser. He huido de mí y me he fundido en el beso eterno del cielo y el mar. Me caí en sus entrañas y  bailé  entre sus bosques de algas y corrí por sus praderas de verde posidonia y volé en la suavidad de su agua; bailé con delfines,  corrí al encuentro de  las grandes tortugas y volé con las rayas oceánicas. He conocido la inmensidad azul del mar, he recordado  la enormidad del cielo y he comprendido la infinita maravilla limitada de la vida.  Esta noche he emprendido el viaje de salida del agujero negro que  me engulló hace dos millones de años y vuelvo a ser la estrella brillante que une todas las noches  el océano con la bóveda celeste.

JUL98. JARERO, de Isabel Fernández Ortiz

La puerta de los corrales se abre a las ocho de la mañana empujada por el bravío de unas astas que se topan con antiguas calles de adoquines vestidas por edificios que mantienen la casta incrustada en sus entrañas. Los ojos desafiantes de Jarero emprenden camino con esplendor, mostrando su pelaje en tono melocotón, que le distingue del resto de sus hermanos que exhiben su negro zaino. Jarero avanza armado de descaro hasta el lugar donde el miedo emana de la piel humana, amontonada sin control ni templanza. Con la punta de sus astas roza cada vida expuesta, marcando su territorio, mientras el pavor se contagia entre los presentes. Las pezuñas de sus patas, que comienzan a calentarse, se dirigen con decisión hasta un lugar desconocido para el animal. Siente como debe huir, evitar el gentío que se empeña en molestarle rozando su gruesa piel, incitándole a que les agreda con la fuerza que irradian sus astas. Cansado y enfadado, se adentra en un desconocido ruedo  que calma con su arena el escozor de sus patas. Un oportuno capote se evidencia ante su hocico guiándole hasta los toriles, donde las firmes manos humanas, fraguan el final de su camino.

JUL97. HE APRENDIDO…, de Mª Carmen Gómez Caro

He aprendido muchas cosas en este viaje. He aprendido, a fuerza de mirar el cielo, a barruntar los cambios del tiempo. He aprendido que todos los seres viven sus vidas con pasión, ya sean hormigas o murciélagos, y luchan, sufren, se alegran con las mismas cosas, les alcanza la misma muerte y dejan el mismo vacío entre los suyos. He aprendido el valor de lo auténtico, de lo que nos hace sentirnos orgullosos. Lejos quedan los días en los que me importaron apariencias vacías y elegancias supuestas…Hoy lo cambio todo por un abrazo sincero y mis arrugas ganadas con sonrisas y llantos. Mi viaje ha durado toda mi vida y sospecho que aún no ha terminado. Hoy sé que, pese a mi edad no he madurado: sólo soy una niña que ha viajado.

JUL96. EL PUEBLO, de Ana Rosa de Artíñano Comin

¡¡Siempre quise volver al pueblo de mi infancia.!!!
El viaje me enseñó demasiadas cosas y me hizo rememorar otras tantas que habían permanecido durante muchos años guardadas en el armario de mi memoria.
Volví, un día cualquiera con la madurez ya instalada en mi cuerpo y con ojos asombrados miré todo minuciosamente y recordé : sus calles, su defectuoso empedrado, los colmados atiborrados, el mercadillo de los sábados, la plaza con la fuente de los siete caños, la pineda, el tañir de las campanas golpeando el paso del tiempo, la casa Fontova del 1800 donde consumimos parte de nuestra adolescencia, con su laberinto de cuartos, su sala de juegos y su jardín encantado donde quedaron nuestros sueños prendidos en las ramas de sus frondosos árboles.
El «entoldado» de la fiesta Mayor donde dimos nuestros primeros pasos de baile agarradas al príncipe de nuestros sueños antes de que se convirtiera en rana.
Intenté hallar a la gente de antaño y descubrí con tristeza que la gran ciudad se los había llevado.
Me alejé de allí con melacolía, el paso del tiempo se había encargado de borrar las huellas y esconder, hábilmente, entre sus esquinas el pasado.

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