Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

QUIJOTERÍAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en QUIJOTERÍAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el tercero serán QUIJOTERÍAS Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE MAYO

Relatos

04. HISTORIAS DEL BOSQUE, de El Tejo

Caperucita tomó el camino del bosque pensando en llegar pronto a la casa de su abuelita; pero, al entrar en la espesura de los pinos, se le apareció un lobo que tenía mucha hambre, y decidió compartir con él las viandas que llevaba en su cesta.
Atrapada por las apasionantes aventuras del animal, la niña se sintió segura con la bestia, hasta que, de pronto, apareció un cazador furtivo con su escopeta.
Caperucita abrazó al animal para protegerlo de los disparos del nervioso cazador que atronó el bosque con sus ansias de sangre.
¡No!- gritó el lobo-; pero ya era tarde. El cuerpo de la niña estaba tendido en el suelo, mientras el cazador, huía por los trigales.
No le sirvió de nada. El animal frustró su fuga, y le destrozó entre sus garras, sin que nadie nunca jamás encontrara su cuerpo, ni el de la niña.

03. VIDA, de Carballo

La joven atravesó corriendo el bosque como una exhalación, mientras intentaba olvidar con cada zancada que daba, todos los malos recuerdos y acontecimientos que 2011 había traído a su corta vida. Se había dirigido hacia aquel espacio buscando encontrar en la solidez de los fuertes y orgullosos carballos un refugio. En el silencio de esa hermosa espesura, sólo roto por algún trino de pájaros o por el vuelo de algunos insectos, esperaba encontrar la tranquilidad perdida. Mientras observaba la belleza que se alzaba a su alrededor pensaba que iba a hacer con ese ser que crecía en su cuerpo, y sobre todo como lo iba anunciar a su familia, y al inesperado padre.

02. SÁBADOS, de Setas

Amanece, silenciosa  esta ciudad,
de imagen colorista, olor a estaciones,
de habitantes sin destino, origen ni final.
Agua y luz conjuran vibraciones adormecidas,
veo desde lo alto de este bosque perpetuo,
una imagen cautivadora, dominante
seduciéndome, insolente cada sábado..

Sigo el sendero del silencio ensordecedor,
camino a la cima de este monte  que me embelesa,
para verte entre caminos, sin hacerme presente,
ando entre perfumados eucaliptos soñolientos,
merodeo  entre nidos de pájaros huidos
sigilosamente, sin hacerme presente.

Suspiran el sonido de las aves a mi alrededor,
árboles, aire y visiones de sábados melancólicos,
me despiertan de ese mi cautivo sueño, de amar
de ese mi triste destino, sin ti….sin amor.

Me empujan hacia la cima, desesperados,
para no escuchar el llanto de los caminos desiertos,
que me acompaña de la mano cada sábado,
al pasar por tú calle para dejarme seducir
por ese silencio fugitivo de los sábados
que me invade y me secuestra.

Me alzan suavemente  hasta el acrisolado cielo,
para escuchar el sonido del viento atrevido,
golpeando la tristeza, la desolación exhausta,
hasta mostrarme la esperada visión,
de verte entre caminos, sin hacerme presente.

01. BOSQUE DE HAYAS, de La Haya

Ella iba abriendo el camino con paso firme, él la seguía, era la primera vez en tres años que la veía así de erguida subir a través de la espesura de las hayas que forman el denso bosque. De vez en cuando volvía su cabeza me miraba y sonreía, estaba segura de alcanzar la cima de esa montaña, para ella ese era su mejor triunfo, por eso a pesar de su minusvalía y de  llevar dos horas de camino no quería parar,  se había fijado una meta y la conseguiría.
Desde el accidente, donde no solo perdió la salud, dos  amigos y las ganas de vivir, él había sido su entrenador personal, su amigo, le hacia trabajar fuerte, era implacable en los horarios y entrenamientos tanto en la piscina como en los  ejercicios de gimnasio,  así logro que ella volviera a ponerse en pie y con paso marcial volviera a pisar la  calle.
Ya exhausta, coronó el collado, desde lo alto vio su minúsculo pueblo situado en la ladera del monte, abrió los brazos vio varias vueltas y cayó al suelo con esa sensación de triunfo y gratitud que solo un campeón  sabe apreciar.

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