Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

FEB85. EL RETRATO, de Mª Carmen Rodriguez Rodriguez (Rotsita)

Tomó  el tren que le llevaba a la Ciudad
donde un día  había sido tan feliz
¡cuando conoció a su gran amor!
de aquello ya habían pasado cerca de 18 años.
 Viajaba  en el tren rojo como entonces,
y pasó por los mismos lugares,
 lo recordaba todo, según veía los paisajes ante sus  ojos,
el mar volvió aparecer
ante ella, la bruma como en aquella ocasión cubría el horizonte,
entonces no le importó, por que al final del camino estaba él,
aquel que la había hecho soñar ¡tantas veces!!
aun después de marcharse, ella le seguía amando.
Nadie la había amado como el, había sido una mutua entrega
desde el primer día.
Ya se acercaba a la Ciudad, y su emoción aumentaba
cada vez mas, ¿y si aun no se hubiera ido?
¿ y si  lo volviera encontrar? ¿ como reaccionaría?
¡ No quería ni imaginarlo!!! el solo hecho de volver
a tenerlo frente a ella, le producía un escalofrío de placer.
El tren  llegaba a la estación, divisó a lo lejos,
 en la colina, la casa, después miró  el cartel
que decoraba la pared del teatro,
y divisó un retrato descolorido por el paso del tiempo.

http://maryluna.mundoforo.com

FEB83. TRAVESURA, de Mercedes Jiménez Rueda

Un ruido de cristales sacudió una de tantas soporíferas tardes en la vieja mansión.
El niño permaneció aturdido unos instantes. Allí, a sus pies, la pobre anciana trataba a duras penas de mantener la dignidad cubriendo sus enaguas con el pesado miriñaque. Enternecido, el pequeño Óscar le alcanzó sus tacones rococó y la ayudó a ajustarse el corsé. Antes de volver a introducirla en el dorado marco, le recompuso un poco su peluca empolvada, operación que le llevó a estornudar repetidas veces. Por último, escondió la pelota en el desván, barrió con disimulo los cristales bajo la alfombra persa y volvió a colocar sobre la chimenea el retrato de la tatarabuela.
Confiaba en que su madre no se diera cuenta del bochornoso descalabro que había sufrido su ilustre antepasada.

FEB81. EL RETRATO, de Miguel Ángel Molina

Cada vez que saca la foto del compartimento secreto de su escritorio, no puede evitar el rememorar esas imágenes que siempre le han acompañado: las salas repletas de zapatos, los montículos de gafas, las maletas apiladas hasta el techo, y sobre todo el humo saliendo sin cesar por las chimeneas.
Hoy, que siente cómo su vida se apaga, deja escapar las últimas lágrimas por todo el horror vivido y arruga con rabia, con manos temblorosas, ese retrato sepia que tantos años le ha acompañado. En él, mucho más joven, luce orgulloso su uniforme negro repleto de insignias y medallas.

FEB80. RETRATO DEL ESTUPOR, de Esperanza Temprano

Fue un honor recibir el encargo de perpetuar la memoria de Don Nicanor, maestro, pensador local y por encima de todo, un hombre bueno, pintando su retrato. Su viuda me proporcionó una fotografía del venerable difunto y me puse manos a la obra.
Ya estaba listo para su entrega, cuando descubrí que la ceja izquierda estaba mucho más levantada que la derecha. Pasé toda la noche poniéndolas a la misma altura y cuando amaneció, era la ceja derecha la que se arqueaba hacia arriba dibujando una perfecta semicircunferencia.
Seguí trabajando sin descanso hasta hacerlas coincidir con la foto, todo fue en vano, ambas se arquearon por igual arrugando la frente. Lo peor llegó cuando la boca de Don Nicanor se abrió dibujando una «O» mayúscula.
Me debatía entre la locura y la desesperación cuando apareció la viuda a recoger el encargo. Miró el retrato, buscó alrededor y señaló un aparato de radio:
– Si ha estado escuchando las noticias mientras pintaba, no me diga más, él siempre fue muy sensible al latrocinio.
He pintado un nuevo retrato, pero ahora bajo los efluvios del Nocturno de Chopin. Nada que ver.

RETRATO DE… UN JURADO

Durante este año la opinión de los participantes de ENTC tiene más peso. Hemos pasado de elegir directamente, a compartir al 50%, y ahora, los participantes asumís una importante mayoría en el jurado, pero con el convencimiento de que el fruto de esa selección sea una respuesta acorde al espíritu colectivo que estáis fraguando en Esta noche te cuento
Gracias a todas, a todos por aceptar este “regalo envenenado” como “norma de juego”, y por el buen trato que dais al jurado y la ejemplar aceptación del resultado de su esfuerzo. 
Nuestro jurado de este mes lo conformarán los tres autores seleccionados en el mes de enero, Sara Lew, Jes Lavado y Xavier Blanco; por parte de los patrocinadores del concurso serán Rosa Sáez representando al Molino de Bonaco y Juan Antonio Morán (JAMS) por Sendero del Agua. Además, este año las bases permiten introducir algún invitado puntual que nos ayude en las labores de selección. Este primer mes hemos dejado que sea el azar quien lo elija: pedimos a través del blog un número sin explicar el objetivo; alguien contesto el 98 y buscamos el relato con ese número del mes pasado… Le invitamos a unirse al jurado… y Jose Ángel Gozalo, en un gesto valiente y generoso aceptó, con la mayor ilusión, acompañarnos. 
Ya estamos todos… y llevamos más de 70 relatos (o retratos) de retraso (o de retrato)… Ya me lié…

FEB79. LA EXPOSICiÓN, de Fran Rubio

La escasa sombra que ofrecía la marquesina no aliviaba nada del bochornoso calor que estaba haciendo en este verano recién estrenado. Pendiente del taxi que había solicitado, aún continuaba convulso, irreal, tras salir de esa exposición en la que decidió entrar al pasar por la puerta de la galería de arte: “Pintura Premonitoria”.
Con el título reciente de arquitecto, se había tomado esta semana para decidirse por una de las dos ofertas que le habían propuesto, ambas prometedoras. Comenzó a darle vueltas al botón metálico de su chaqueta azul, manía adquirida durante su etapa de internado y que afloraba automáticamente cuando estaba preocupado. Volvió a mirar la avenida con gesto de ansiedad, que se convirtió en alivio al aparecer por la esquina el taxi que había llamado. Lo que no pudo ver fue el autobús descontrolado que, por su espalda, enfilaba como un kamikaze hacia la marquesina sin sombra.
Dentro, inmunes a la muerte, se exhibían cuadros con nombres tan inquietantes o inusuales como “Retrato al óleo de joven arquitecto de chaqueta azul que muere atropellado por autobús a la salida de una exposición pictórica una mañana de principios de este verano tan caluroso que estamos padeciendo”.

LA BELLEZA… SEGÚN EL RETRATO DE DORIAN GRAY

«… tiene usted un rostro de una belleza maravillosa, Mr. Gray. No frunza usted el ceño. Lo tiene. Y la belleza es una de las formas del genio; más alta, en verdad, que el genio, ya que no necesita explicación. Es una de las grandes realidades del mundo, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en las aguas oscuras de esa concha de plata que llamamos luna. No puede ponerse en duda. Es una soberanía de derecho divino. Hace príncipes a quienes la poseen. ¿Sonríe usted? ¡Ah!, cuando la haya perdido no sonreirá usted… Con frecuencia se dice que la belleza es cosa superficial. Quizás. Pero, en todo caso, no es tan superficial como el pensamiento. 
Para mí, la belleza es la maravilla de las maravillas. Unicamente los superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo está en lo visible, no en lo invisible…»
El retrato de Dorian Gray. OSCAR WILDE

FEB78. MALAS ARTES, de Nicolás Jarque Alegre

«Jonás no sé que… o Ramona Wartroki, ¿qué nombres son esos por Dios?» se quejaba el director del certamen en la galería vacía donde estaban expuestos los autorretratos que optaban al premio que él mismo convocaba. Con sonrisa siniestra cambió la urna que recogía el voto popular de los visitantes por la que portaba y se marchó con el juicio legítimo entre sus manos. Con las luces ya apagadas fue la creación más vanguardista la que alzó la voz: «¡Qué triste! ¿Vamos a permitir que este tipejo se salga con la suya?». Y entonces se inició un debate acalorado entre las decenas de creaciones, en el que las obras de los más grandes guardaban silencio a sabiendas que estaban en el centro de la polémica. La algarabía se prolongó horas y finalizó con la determinación de actuar de la única forma posible.

A la mañana siguiente, el mundo cultural que esperaba el veredicto del prestigioso galardón se debatía entre creer en las cacofonías ofrecidas por el programa de lo paranormal o censurarlas. Como es lógico, esta polémica empañó el inexplicable fallo, que como en otras ocasiones recayó en un pintor reconocido, y fue el principio del fin del prestigioso concurso.

escribenicolasjarque.blogspot.com

FEB77. BAJO EL INFLUJO DE UN RETRATO, de Miguel Pereira Rodrigo

“…Algunos nos hemos levantado una vez antes de amanecer, después de una de esas noches de insomnio que casi nos llevan a enamorarnos de la muerte” y… aunque me hubiese gustado, este no era el caso. Lo cierto es que no sabía cómo había llegado, ni que hacía frente a ese retrato; pero rápidamente me sentí atraído por su fuerza. Cada pliegue de su cara, cada ínfimo detalle del rostro transmitía verdad, y el anciano semejaba ser de carne y hueso. El pintor del lienzo, con un sublime juego de luces y sombras, me había cautivado.
Interrumpido por el flash de algún osado retomé la sugerente imagen, escrutando cada milímetro del brillante cuadro. Fue entonces cuando me fijé en su mirada. Me llamó poderosamente la atención ver en la pupila derecha el reflejo un hombre de pelo canoso, de mediana edad y fino porte, que observaba con avidez algo. Busqué ese mismo reflejo en la otra pupila… cuando caí en que el hombre descrito era yo. Me invadió la congoja más profunda que jamás haya sentido y, desbordado por lo surrealista de la situación, intenté huir. Era demasiado tarde; el óleo se había secado.

http://cuentospigmeos.blogspot.com.es/

FEB76. LOS ÚLTIMOS DÍAS DE GOYA, de Jesús Lozano López

– Entonces ¿qué demonios es lo que quiere?
– Desearía un retrato, pero que le salga bien egregio -respondió el conde de Osuna altivo como una aceituna-.
– Eh, ¿un trato bien de precio?
– A ver, que lo que quiero es un retrato ecuestre.
– ¿Cuestre lo que cuestre? Entonces hay trato.
– No, trato no, retrato, ¡pardiez!
– ¿Cómo? ¿Diez retratos? -inquirió Don Francisco ajustándose la trompetilla-.
– Un RE-TRA-TO, ¡caray!
– ¡Sin trato previo, imposible!
– Pues sea, trato y retrato.
– Osease, tres tratos.
– Por algo me recomendaban al tal Delacroix. Cochero, dispón la calesa, pues partimos hacia París. ¡Que a este Goya se le ha ido la olla!

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