Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

MAR89. EL FANTASMA DEL FARO, de Alberto Quiles

Cada año aquel ectoplasma aparece. Cada año, en el mismo día, en el mismo lugar y de la misma forma.
Con la medianoche aparece de las profundidades del mar, dejando un sin fin de huellas invisibles e inexistentes con sus pasos renqueantes sobre la arena humedecida y sin problemas traspasa aquella puerta que derribó tiempos atrás con sus propias piernas para adentrarse en una oscuridad sólo bañada por la luz de la luna. Uno a uno van quedando atrás cada uno de los peldaños de madera desgastada de aquel faro y con sólo el sonido de las olas chocando contra las piedras, termina de contar <<...82, 83 y 84>>. Otea el horizonte como lo hizo antaño con su amado y recuerda como los prejuicios de la gente se lo arrebataron. El reloj del pueblo suena en la lejanía y de nuevo juega con la fuerza de la gravedad. Adiós repite creyendo que aún tiene 20 años, obligado a morir año tras año sin reunirse con su amado por un crimen nunca juzgado.

http://escribirynoparar.blogspot.com.es/

DOS EN LA MICROBIBLIOTECA DE FEBRERO

El faro y Herencias son dos relatos de esos que te dejan el gusto intranquilo porque se te hacen cortos… qué maldad y cuánta ironía hay en eso de que un micro sea breve…
En el concurso que la Biblioteca de Barberá del Vallés convoca mensualmente a través de su espacio LA MICROBIBLIOTECA nos hemos llevado la estupenda alegría de encontrar a dos magníficos y fieles amigos de ENTC.
 Muchas felicidades a 
ANTONIA GARCÍA LAGO  y RAFA HEREDERO
por ser los ganadores del mes de febrero de ese concurso… y a los demás, una invitación formal para salir corriendo de esta página a leer estas dos brillantes propuestas¡¡¡

MAR88. DE MALVAS Y ORTIGAS, de Christine-kistila Cleret de Langavant

Año 2084. Siguiendo la tradición familiar de reunirse cada quince días en la casa de los abuelos, vi llegar a mis seis nietucas…
Paula, la mayor, tan responsable y atenta a todas sus primitas… Sara, Eva y Clara, con solamente un año de diferencia entre cada una… y las mas pequeñas, mellizas ocho años mas jóvenes que Paula…
Era un día primaveral así que después de la comida campestre la costumbre era de hacer la tertulia en el jardín debajo del sauce en un paraíso de flores campestres y aromáticas…
Muchos niños pequeños correteaban alrededor nuestro cuando una pequeña nos llamo:
“¡Abuelas hay muchas ortigas adonde las malvas!”
Paula inclino sus setenta y nueve años exclamando:
“Ah que bien hoy haré sopa de ortigas, mirar a ver si no habrá por ahí churrecamas para la ensalada, y recordadme recoger unas cuantas malvas para la infusión de la noche”…
Que contenta estaba de constatar que no se habían perdido las costumbres: tanto para las comidas como para lo medicinal apañarse con lo natural…
¡¡Y no era en previsión del cataclismo anunciado pero por mis convicciones!!…
…Por eso mismo quise servir de abono y desde hace muchos años estoy aquí criando malvas…

MAR87. EL POBLADOR DE GALAXIAS, de Rosa Molina López

Me dirijo al planeta azul localizado en la galaxia NC-521B4. Conmigo vienen el hombre y la mujer, ambos clones de laboratorio, que deberán habitarlo. Él es arrogante y orgulloso. Se cree superior a mí por su perfeccionado cerebro y siempre estamos enzarzados en interminables discusiones sin fin, pues razona y argumenta como si resolviera fórmulas matemáticas. ¡Es irritante! Sin embargo a ella…. no puedo dejar de mirarla.

Hemos llegado. Analizo el oxígeno del aire, abro las compuertas de la nave y respiro hondo. La brisa me anuncia un océano cercano y veo un arroyo paseando por un enorme bosque coloreado de otoño. De repente siento el lastre de mi precaria vida de humano controlado, el vuelco de mi alma agazapada y, en ese frágil instante, tomo una decisión. Vuelvo a bordo, elimino las coordenadas del planeta, reprogramo el cerebro del hombre y cambio mi chapa de identificación por la suya. A partir de hoy él será 2084 y yo tendré un nombre de cuatro letras que evidencie lo que soy: una persona.

Mientras escucho alejarse la nave, miro a Eva, tan inteligente, tan sensual, tan diseñada para reproducirse.

MAR86. EL ORÁCULO DEL AMOR, de Beatriz Carilla Egido

De las 2084 margaritas deshojadas hasta ahora, ninguna le regala las 2 palabras que más anhela. Quizá, si te cuento que su corazón late a 0ºC de temperatura media, el exterminio floral te parezca naturalmente obvio.

Hace 8 días que duerme tumbado sobre un colchón de níveos pétalos. Atención. El crucial sueño florece ya en el campo. Una muchacha le sonríe; hasta le guiña un ojo. Lleva 4 margaritas prendidas en el pelo. Un etéreo vestido amarillo es el botón central de tan silvestre flor. Azorado, nota un fuerte bombeo en el pecho. Le fluye la sangre, caliente. Ella se le acerca al oído. —La respuesta que deseas, adorna mis cabellos —susurra la autómata.

MAR85. SAUDADE, de Mei Morán

Nos reunimos como cada atardecer alrededor del suero vital. Después de ingerir la dosis diaria nos estiramos en los sofás de olas de gas para digerir y contemplar el universo. La mayoría se deja ir, sin oponer la más mínima resistencia, derrotados por la belleza de Andrómeda, tan cercana. Cuando yacen imperturbables, adormecidos por los cantos de las estrellas a través de los auriculares, saco el visor turístico de color verde que encontré entre las pocas pertenencias terrenales de mi abuelo. A pesar del saqueo sistemático a sus recuerdos al llegar a este planeta, algunos pudieron esconder reliquias que se han convertido en objetos deseados y valiosos por los que estarían dispuestos a cometer crímenes. Al pie de la única imagen visible en la pequeña television de juguete, hay una inscripción: La ciudad de los enamorados y de la luz. Observo un montón de hierros tapando un atardecer en la Tierra. No entiendo el sentido de aquellas palabras y decido enseñar el chisme a los demás. Niegan conocer el lugar. Sólo uno de los más ancianos mueve tembloroso las comisuras de los labios, incapaz de contener unas burbujas de melancolía.

MAR84. HERENCIA DE AMOR, de Karina Delprato

—Karinita,vení,tengo algo para darte.
—Lo que te voy a dar es algo que guardé por muchos años, y ahora que el abuelo ya no está, quiero dártelo a vos, porque sé que lo cuidarás más que nadie.
Me acerqué a mi abuela mirándola a sus ojos, con una mirada compinche.Me esperaba con un montón de cartas en sus manos, atadas con una cinta ancha y brillosa color azul y finos hilos amarillos y rojos.
—Estas cartas me mandaba tu abuelo cuando éramos novios, día tras días, mientras cumplía el servicio militar.
Mi rostro se transformó en expresión de ternura, teníamos una complicidad única, fue el regalo más hermoso que me dejó. Ella lo sabía. Me senté bien pegadita a ella y leímos una a una las cartas que confirmaban en cada frase de amor, cuánto la amaba mi abuelo.
Yo la quise más que a mi propia madre; me dejó los recuerdos más felices de mi vida.
Dos mil ochenta y cuatro días pasaron de su partida. Pasan los años y aún así, extraño y necesito su tierna mirada y sus sabias palabras.

MAR83. ELECCIÓN, de Juan Fuente

20.8.2084. 20:37 horas.

El Departamento de Natalidad recibe una petición. Se registra una vacante para un barón caucásico. Se pone en marcha el procedimiento y se activa el biorreproductor. Se introduce el óvulo fecundado y se inicia la rutina de desarrollo.

El Departamento de Control asume el incidente y sanea la zona.

El Departamento de Registro anota: El individuo A7-B 22522 ha decidido morir. Iniciado proceso de sustitución.

MAR82. NECESIDADES CUBIERTAS, de Arturo Fraga Salazar

 «… de 2084. Temperatura 12º. Llueve. Terapia a las diez. Faltan cincuenta minutos…»
El tiempo justo para ducharme, desayunar y vestirme. «Falta de hierro, potasio y magnesio. Colesterol alto.» Oigo a la máquina mientras me acabo de desnudar. Extiendo la mano hacia la abertura en la que se han deslizado los medicamentos y el vaso de agua al efecto. Me los trago sin pensar.
Maldigo los días de lluvia porque siempre me pongo melancólico. Rememoro viejos tiempos. Salgo con el chubasquero y camino. No me apetece ir a terapia. Al pasar por una estrecha callejuela veo a una mujer que me mira directamente a los ojos incitándome… ¿Una nostálgica como yo?
No pierdo nada por acercarme. No me equivoqué. Al llegar a su lado me toma la mano y me lanza un guiño. El bulto de mi pantalón crece por momentos. Hoy no necesitaré terapia. Tendré sexo natural, como antes. Detrás de un contenedor, me abre la bragueta mientras le subo las faldas. Como animales deseosos de sexo nada más nos dejamos ir. Al terminar, sonrío.
─Hoy no necesitaré terapia. Soy adicto al sexo.
─Yo tampoco ─responde ella. Soy una psicópata asesina y disfruto matando tras el coito, cariño.

INSPIRACIÓN… VIGILADA


El incidente no había durado más de medio minuto. Era un hábito adquirido por instinto ocultar los sentimientos, y además, cuando ocurrió aquello, se hallaban exactamente delante de una telepantalla. Sin embargo, a Winston le había sido muy difícil no traicionarse y manifestar una sorpresa momentánea, pues en los dos o tres segundos en que ayudó a la joven a levantarse, ésta le había deslizado algo en la mano. Evidentemente, lo había hecho a propósito. Era un pequeño papel doblado. Al pasar por la puerta de los lavabos, se lo metió en el bolsillo. 

Mientras estuvo en el urinario, se las arregló para desdoblarlo dentro del bolsillo. Desde luego, tenía que haber algún mensaje en ese papel. Estuvo tentado de entrar en uno de los waters y leerlo allí. Pero eso habría sido una locura. En ningún sitio vigilaban las telepantallas con más interés que en los retretes.
George Orwell, 1984. 

MAR81. RUMBO A LAS ESTRELLAS, de Asun Gárate Iguarán

El hombre mira por la ventanilla y siente una mezcla de rabia y tristeza.
Pronto comenzará la destrucción de la Tierra: los mares se desbordarán arrasando pueblos y ciudades; incontables terremotos abrirán grietas vertiginosas, precipicios sin fondo; soplarán huracanes capaces de llevarse bosques enteros; largas sequías transformarán campos en desiertos; lluvias incesantes cubrirán las montañas más altas; día y noche se confundirán; plagas, enfermedades, se propagarán por todos los rincones… Muchísimas personas decidirán suicidarse. La Vida se extinguirá.
Un feroz rugido le hace volver la cabeza. El tigre de Bengala recorre su jaula mostrando colmillos, lanzando zarpazos entre los barrotes.
Los demás animales parecen tranquilos. Juegan los chimpancés. Pasean los camellos. Rumian vacas, ovejas y cabras. Saltan los delfines. Ponen huevos las gallinas. Sacuden las crines los caballos. Vuelan las golondrinas.
El hombre abraza a la mujer que lo acompaña. Mientras la nave atraviesa la atmósfera ambos permanecen en silencio, viendo empequeñecerse la Tierra hasta convertirse en una perla azul. Cuando alcanzan el espacio exterior, ella dice: «Encontraremos un nuevo hogar«. Y se acuestan uno al lado del otro.
De las ramas del olivo surge una alegre mariposa. Revolotea anaranjada y se posa en el abultado vientre de la mujer.

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