8. PALABRA A PALABRA (Ángel Saiz Mora -EdH 2020-)
Creí que se había vuelto loca. La idea de abandonar un trabajo de carácter indefinido en estos tiempos, para montar un negocio con sus ahorros, me pareció un riesgo innecesario por mucho que la ilusionase. Hice cuanto pude para que diera marcha atrás, pero mi hija es testaruda, igual que yo, como decía mi pobre Laura; en las ocurrencias peregrinas, sin embargo, salió a ella. La discusión fue ácida. Me llamó solitario y amargado, aunque la curiosidad pudo al orgullo.
Mucha gente acudió a su establecimiento el día de la inauguración. Yo también. Reconozco que se respiraba un ambiente singular. Oculto tras una columna escuché a alguien decir que esa tienda era mucho más que un espacio comercial, repleto de estímulos y enriquecedor como pocos, un universo lleno de miles de mundos con mucho que ofrecer. El discurso fue tan persuasivo que tuve que comprar algo. Mi hija no quería cobrarme, pero insistí. Sus márgenes de beneficios son pequeños. Además, para cabezón, yo.
He reducido el estrés.
Apenas veo la televisión.
Cada día me conozco mejor a mí mismo.
Participo en el club de lectura mensual, lleno de mujeres interesantísimas.
¡Aunque sean tiempos difíciles, una buena iniciativa la de vender libros y compartir lecturas! Un abrazo fuerte, Ángel.
Los libreros, hoy día, se han convertido en unos románticos supervivientes, cuando existen otros medios de entrega y un mundo digital con el que mantienen una dura competencia. Merecen todo el respeto y apoyo.
Muchas gracias, Aurora.
Un abrazo
La iniciativa de esta joven, en estos tiempos digitales y de entrega rápida, hace que el hecho de montar una librería se convierta en algo de lo más arriesgado, por poco rentable económicamente. Es cierto que hay que subsistir y pagar facturas, pero también existen otros valores y todo cuenta, como el amor a una profesión y a esos objetos amigos que tanto nos acompañan. También, el amor al idioma con el que nos expresamos, cuyo dominio es un verdadero arte.
Muchas gracias por tu lectura y tus palabras, Juan
Un abrazo
Un relato que muestra el valor de la ilusión (para el que la tiene) y su capacidad de transformar el entorno. Y lo hace a través de la relación de un padre con su hija, muy bien caracterizada. El remate final nos descubre el secreto (el negocio es una librería) y el impacto de la literatura en un personaje nada fácil, pero salvado por su curiosidad (y por el afecto).
Enhorabuena y un abrazo, Ángel.
Antes se decía mucho que la fe podía mover montañas. Al hilo de tus acertadas palabras, me atrevo a añadir que la ilusión puede transformar el entorno más cercano y hasta el mundo entero. Si existe un lugar con magia es una librería, ese encanto único y el afecto pueden obrar milagros ¿Quién ha dicho que no existen?
Muchas gracias, Josep Maria.
Un abrazo
Tal vez no sea el momento de lanzarse a la aventura de abrir un negocio y menos una librería. Tal vez. Pero es muy recomendable darse frecuentes paseos por un lugar donde se vende una medicina tan maravillosa y con tales efectos secundarios como señala el narrador ( reducir estrés, pasar de la tele, conocerse uno mismo, participar en un Club de Lectura… Yo no puedo prescindir de esos espacios en los que se respira un aire singular. Me encanta la iniciativa. Te deseo mucha suerte con esta propuesta ilusionante, Ange, un abrazo.l
Abrir una librería en este momento responde, como nunca antes, a una aventura más vocacional y romántica que a un interés comercial, lo que no quita para que sean espacios, al igual que las bibliotecas, imprescindibles. En esta convocatoria basada en escenarios y ambientes, no se me ha ocurrido nada más literario que un lugar así.
Gracias por leer estas letras entre tanta buena oferta de libros como existe y que se incrementa a diario.
Un abrazo, María José
También me cambiaria a mi la vida un negocio tan espectacular. Qué precioso escenario el de tu relato, me ha encantado y además, incluso me has hecho sonreír, algo tan escaso hoy en día como el negocio en donde has desarrollado este bonito escrito, con ese estilo tan particular tuyo.
Muchas suerte Ángel, me ha encantado.
Besicos muchos.
Que las librerías son un lugar mágico lo demuestra la transformación de este hombre, tan práctico por naturaleza, preocupado por su hija, pero a su manera, que pasa a convertirse casi en un intelectual y a contribuir a ese negocio que él pensaba ruinoso.
Me alegro mucho de que te guste, Nani, qué más puede pedir uno.
Muchos gracias y besos
Muchas personas desconocen el poder de la lectura y solo asientan en un libro por azar como le pasa a tu protagonista, pero, una vez que se vence ese primer reparo, se desea volver y que mejor lugar que una librería, y si tiene club de lectura aún mejor.
Buen relato, Ángel, como no podía ser menos viniendo de ti.
Abrazo grande.
Ángel,
Qué buena «la ocurrencia peregrina» de tu proganista. Y, contra todo pronóstico,lo bien que llega a buen puerto es un detalle importante.
Me ha parecido un relato excelente.
¡Mucha suerte!
Seguir impulsos que parecen salirse de lo prudente, rozando lo temerario, a veces tienen un efecto tan positivo como inesperado. Ahora está de moda decir que hay que salir de la zona de confort, en este caso la operación salió muy bien. Dando rienda a su inquietud esta mujer ha hecho dichosos a muchos, también a su padre, con transformación feliz incluida.
Mil gracias y un abrazo, Aurora
Las librerías son sitios con una magia especial. Me ha gustado el relato. Un abrazote y suerte.
Una magia verdadera y especial. Y lo bien que huele el papel nuevo.
Gracias, Pablo.
Un abrazote
Un relato genial, Ángel y una propuesta muy original.Seguro que estarás entre lis ganadores. Suerte, compañero de la noche. Un abrazo.Gloria Arcos
Eso es mucho decir, ya sabes la calidad que hay en ENTC, la crème de la crème y no exagero nada.. Si gusta un poquito y si te ha gustado a ti ya es un buen premio.
Muchas gracias, Gloria
Un abrazo
Para cabezón, el padre, pero está visto que la hija no le iba en zaga… Por eso le fue tan bien con ese negocio que tanto la ilusionaba; un negocio igualito a ésos que para quienes gustamos de leer y escribir, es sinónimo de paraíso… Palabra a palabra, padre e hija se van diferenciando, y palabra a palabra, ella inaugura esa librería que tan peregrina parecía al padre y, muy a su pesar, lo termina conquistando, y tanto, y tan bien…¡Que termina participando en ese club de lectura «lleno de mujeres interesantísimas»!
Palabra a palabra, ÁNGEL querido, me tuviste en vilo hasta el final, ¡y recién ahí descubrí cuál era el bendito negocio!
Como siempre, un placer leer tu buen hacer (sí, así con rima y todo, jaja)
Cariños,
Mariángeles
Para los que amamos las palabras una librería es un espacio lleno de estímulos. Son tantos que, al menos yo, trato de contenerme, pues ni tengo dinero para comprar todo el género ni vida suficiente para leerlo. El caso es que, palabra a palabra y cada cual con su cabezonería, como bien indicas, ambos personajes logran alcanzar un equilibrio, con reconocimiento por parte del padre de que debía de dar un voto de confianza a su hija, aunque también es lógica su preocupación inicial, al estimar que no se trata, actualmente, de un negocio demasiado lucrativo, pero existen otros alicientes que lo hacen único.
Para mí también es «un placer leer tu buen hacer» siempre. Que nunca falte.
Mil gracias y un abrazo, Mariángeles
Un relato donde se pone en valor la ilusión. Una emprendedora con la cultura como bandera y un negocio que, seguro, enriquecerá su mente. Para finalizar, un toque de fino humor. Nunca fallas, Ángel. Un abrazo y suerte.
Çuando se emprenden caminos diferentes a una lógica solo material, creo que no existe término medio: los resultados pueden ser desastrosos o, como bien dices, enriquecedores. En este caso, además, se produce la transformación total, inesperada y positiva del padre.
Agradezco mucho tu lectura y comentario, Salvador.
Un abtazo
Hola Ángel, que bien nos llevas por el relato hasta el final; ahí desvelas el tipo de negocio que ha emprendido. Ofreces la importante moraleja de lo necesario que es la comunicación con los hijos y aprender de ellos si queremos enriquecernos, y que el camino sea reciproco.
Un abrazo y suerte.
Siempre decimos que hay que aprender de los mayores, por aquello de la experiencia, lo cual es muy cierto, pero no lo es menos que de las nuevas generaciones, con otra forma de ver las cosas y diferente ímpetu, también se puede y se deben asimilar muchas cosas. Ellos tienen algo que enseñar y entre todos nos enriquecemos.
Muchas gracias por leer y comentar, Calamanda.
Un abrazo
La lectura es una de esas pocas drogas inmensamente positiva.
Como siempre magistral.
Saludos
Es una sana adicción, aunque parezca una contradicción en los términos, incluso merece la pena el precio de alguna que otra dioptría o vista cansada.
Muchas gracias, Juan Antonio.
Saludos
Hay librerías para perderse en ellas disfrutando.
Buena elección Angel.
Suerte y un abrazo
Qué tendrán los libros que tanto nos atraen. La respuesta, en realidad es simple y coincide con el título de un antiguo programa de televisión:
«Todo está en los libros».
Muchas gracias y un abrazo, M. Carmen.
En tiempos como estos, en los que nada es fijo y todo es cambiante, es necesario hacer además una limpieza de nuestros prejuicios y buscar la oportunidad como sinónimo de felicidad. Ese padre pensaba en el salto al vacío que iba a hacer su hija, impensable para él, que se movería en el mundo de la acomodación que para nada es sinónimo de felicidad. Creo que cuando descubrió que hay otros mundos y otras experiencias su perspectiva de lo nuevo cambió para siempre. Ya ves.
Un relato lleno de contenido, como sueles hacer. Me ha gustado el toque de frivolidad inocente (o no) cuando dice que además de estar contento, conoce allí a muchas mujeres. Es genial.
Un abrazo Ángel y feliz noche.
Según la hija, a quien no le faltaría razón, su padre estaba amargado y un tanto solitario desde que enviudó, cerrado a cualquier cambio. A esa transformación positiva que finalmente experimenta, se añade la de entablar nuevas amistades femeninas. «El mundo de la acomodación para nada es sinónimo de felicidad», dices y es muy cierto. Quien se aferra a algo niega que todo es cambiante y que lo lógico es adaptarse a cada circunstancia y momento.
Agradezco mucho tu lectura y tu comentario.
Muchas gracias, Mercedes.
Un abrazo
En esta casa y viniendo de ti, nada mejor que el escenario que has creado: un mundo de letras. Enhorabuena.
En ENTC hay muchos escenarios formidables y muy buenas tramas que se desarrollan en ellos, tus historias son un ejemplo.
Gracias por leer y comentar, Edita.
Un abrazo
Los padres siempre tendemos a proteger a los hijos y queremos la máxima seguridad para ellos. En este caso, ese padre viudo siente vértigo ante la decisión de la hija. A la hija le puede la ilusión de cumplir su sueño y apuesta alto. El padre comprueba aliviado que la hija no iba tan desatinada; tal es el acierto que incluso él es el primer beneficiado al tomar contacto con el mundo de los libros, cuya lectura cambia su vida para bien. Seamos realistas, la cosa también podría haber acabado mal. Pero la hija tenía que intentarlo al menos. Un relato que, por un lado, nos anima a ser valientes y no quedarnos con la pena de no intentar conseguir aquello que nos haga felices. Y, por otro lado, nos anima a la lectura, que acercándonos a otras vidas hace la nuestra mucho más rica. Me ha gustado mucho, Ángel. Felicidades y suerte. Un abrazo.
Has hecho un resumen fantástico, además de muy realista: la preocupación por los hijos; la búsqueda de los sueños, con derecho a equivocarse incluido; la sabiduría de saber rectificar y reconocer y, por último, no por ello menos importante, la magia de la lectura.
Me alegra mucho que te haya gustado. Que alguien lea las historias que se nos ocurren y además le agraden, no se puede pedir más.
Mil gracias, Juana.
Un abrazo
De no ser por el empeño de estos «quijotes», los gigantes se llevarían todo el agua a su molino. Aunque a veces, como plasmas magistralmente en tu relato, tengan que desoír los consejos de algún que otro «Sancho».
Me encanta tu micro, tan enraizado en la vida misma.
Mucha suerte y un abrazo.
Hay personas contracorriente, que siguen sus ideales y tratan de vivir acorde a los mismos, aunque ello suponga luchar contra las circunstancias y andar por caminos pedregosos e inciertos. El «Sancho» de este relato acabó, sin embargo, reconociendo el mérito y apuntándose también.
Me alegra que te haya gustado, Javier.
Muchas gracias y un abrazo
Qué bonito y sorprendente final, una gozada leerte. Siempre.
Suerte y un fuerte abrazo.
Como suele decirse, bien está lo que bien acaba. A veces, el destino, o a saber qué, pone a cada cual en el lugar que más le conviene.
Muchas gracias por leer y comentar, Yolanda
Un abrazo
Tenemos que dejar que nuestros hijos luchen por sus sueños, aunque se equivoquen. Muchas veces, con su ilusión y su valentía nos dan lecciones a nosotros.
Me ha gustado mucho cómo nos lo has contado. Una librería es un negoció arriesgado, pero romántico y muy hermoso.
Mucha suerte con tu relato, Ángel.
Besos muy apretados.
Estoy de acuerdo contigo. Siempre se ha dicho que la experiencia es un grado, y así es muchas veces. Pero quienes tenemos hijos nos damos cuenta de que tenemos mucho que aprender de ellos.
A veces, para triunfar, hay que arriesgarse. Todos los sueños se deberían poder intentar.
Me alegro que te haya gustado, Pilar.
Gracias por leer y comentar.
Besos