Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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83. Paneles comunicantes

Ha encontrado un nuevo trabajo, para tres semanas. De repartidor. Les mandará algo de dinero, un poco más que la última vez. Yuri ríe cuando su padre le cuenta una historia del bar aunque ya se la sabe. Casi siempre es la misma.

Alisha está prometida. Él es de buena familia y la boda, en dos meses. Raqesh asiente, con la frente apoyada en el cristal de la cabina. Que quizá pueda ir, miente.

Freddy sujeta el teléfono con una mano mientras que la otra, bajo el pantalón, se mueve rítmicamente.

Llega el veinticuatro a Dakar y se quedará hasta el día uno. Son las vacaciones de Navidad aquí, mamá, explica Aminata.

El auricular escupe el ruido del tráfico en Changzhóu. La tercera vez que él se lo repita, ella le responderá que todo va bien.

Danilo reparte una seguidilla de sonoros besos y cuelga, con cuidado, cuando escucha el pitido.

Manuel comprueba que Danilo ya ha acabado: siete minutos, quince segundos a Ecuador. Sabe que pasará un buen rato hasta que salga, se ajuste la gorra, el decoro y pregunte cuánto es.

21 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Y tan comunicantes… Retazos de lo que, para algunos, será lo único que les dé fuerza para seguir con su vida y sus recuerdos en esta tierra, para muchos, aún extraña. Me ha gustado mucho, Asier. Un saludo y suerte.

    1. Hola ,Jesús,

      siempre me ha intrigado el micromundo de un locutorio, eso que vemos como de paso, ajeno, y que al final somos nosotros pero con un continente de diferencia (o no).

      Muchas gracias por el comentario, un abrazo.

  2. Buena colección de historias de emigración de todo el globo, recogidas en pocos minutos en el angosto espacio de un locutorio. Magnífica narración con la garantía de las letras de Asier. Anotado entre los favoritos.
    Mucha suerte y un abrazo.

    1. Hola, Rafa, compañero,

      ya con que menciones el locutorio me haces feliz (por eso de que se entienda), el resto es un poco exagerado pero también se agradece.
      Muchas gracias por tus palabras, un abrazo.

  3. Ángel Saiz Mora

    Antes, a las llamadas de teléfono se las llamaba hilos, como a los telegramas, cables. Ahora todo es más digital, pero los hilos que unen a los que están en tierra extraña durante unos minutos tienen la misma función que siempre, sostener un vínculo que no quiere perderse, pese a la falta de roce, de un extremo a otro. Un mosaico de comunicaciones internacionales con sentimientos universales comunes.
    Un abrazo, Asier. Suerte y felices fiestas

    1. Hola Ángel,

      cierto, ya no llamamos de fijo a fijo por imperativo legal, y eso, los que lo hemos conocido, creo que lo echamos de menos (aunque sea solo un poco). Una llamada semanal en la que tienes que comprimir 7 días cuando estabas en el extranjero, o de vacaciones, ir metiendo monedas en una cabina, o esperar a que alguien acabase de hablar para entrar, eran historias dentro de otras.

      Un abrazo y muchas gracias por la lectura, tan detallada, como de costumbre.

  4. Martín Zurita

    Hola, Asier.
    Historias de la emigración, un fenómeno del mundo entero y verdadero y hasta de vasos comunicantes, ya que aparece un bar. Pinceladas, trazos muy reveladores.
    En lo formal, hombre, el fondo es lo que importa más, qué duda cabe; ahora, vigila las rimitas, las asonancias y, sobre todo, tan próximas, las terminaciones en «ente», tan adverbiales ellas. El lenguaje debe ser variado, rico. Por eso escribir es tan difícil: unir, coser perfectaMENTE (vaya, yo también, pero una sola vez)el fondo con la forma. Buena propuesta, con todo. Te felicito y, de paso, estos días que yo ya no sé ni cómo denominar. Un abrazote.

    1. Hola, Martín,

      muchas gracias por los apuntes, los aplicaré en mi próxima entrada, prometido. He estado intentando, sobre todo, formar este puzzle internacional y darle profundidad en otros niveles. Si te fijas, entre líneas, podrás ver rastros de sudor y sangre 🙂

      Un abrazote y felices fiestas.

  5. Locutorio: Red vital y virtual de retazos de ecos y de voces. Vidas, momentos, verdades y mentiras de onda sonora en onda sonora entre una punta y otra de kilómetros y kilómetros de tendido eléctrico…

    Me encantaron tus «Paneles comunicantes», ASIER. Y si no me equivoco, es la primera vez que comento un micro tuyo 🙂

    Un gusto haberte leído.

    Cariños,
    Mariángeles

    1. Hola, Mariángeles,

      Pues a mí me encanta que te encante el relato. Y sí, creo que es la primera vez que me comentas, pero es normal, con este llevo solo dos por aquí 🙂

      Un besito y muchas gracias por tus palabras.

  6. ¡Cuántas historias! ¡Cuántas vidas! Todas en un instante. Esos paneles comunicantes que aúnan y recogen en un todo multitud de pequeños retazos, bonito relato Asier, deseo que tengas mucha suerte con él.

    Y ya de paso y por la fecha… ¡Feliz Navidad!

  7. María José Viz Blanco

    Me pongo en el lugar de una persona exiliada, o emigrada a un determinado país, que reúne algo de dinero para llamar a su familia. Sinceramente, no sé si la emoción de oír sus voces me paralizaría y me dejaría callada o si, por el contrario, me desbocaría emitiendo palabras atropelladas. Esta reflexión me provoca tu relato, Asier. No es más que otra de las interpretaciones posibles de tu buen micro. Un abrazo.

    1. Hola, María José,

      sí, las reacciones pueden ser muy variadas. Y más hoy en día, con todos los avances tecnológicos, el salto para las personas que no pueden comunicarse regularmente con su familia tiene que ser aún mayor.

      Muchas gracias por pasarte, un beso.

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