23. Plan de fuga (María José Escudero)
Hacía mucho tiempo que lo estaba fraguando. Desde el día de Reyes para ser más exactos. Primero no se había atrevido porque le faltaban las fuerzas, pero ya había dejado de tomar las pastillas malditas que anulaban su voluntad y lo mantenían al margen. De nuevo había vuelto a escuchar las voces que lo reclamaban y, recuperado el valor,estaba decidido a abandonar aquella sensación permanente de aislamiento.
Siempre tuvo el latido acelerado y la inquietud enquistada en el pecho y, sin embargo, parecía siempre adormilado, desentendido del mundo que lo rodeaba, alejado de la realidad. Por fortuna, cuando descubrió aquel coche que merodeaba por los alrededores de su casa, supo entender el aviso y por eso decidió emprender cuanto antes la escapada.
«Conducta desequilibrada, mente escindida,deterioro de las emociones…Se va a enterar la marisabidilla de bata blanca y gafas de pasta. No volverá a verme doblegado en su diván», piensa mientras forcejea en el aire.
—¡Jolín, para, tío! Que te pares… ¡Mamá! ¡Que el tío Ramón me quiere quitar mi Pinypon Action Vehículo.
Esas pastillas que tomaba tu protagonista estaban más que justificadas, aunque hay que reconocerle que, hasta que aparece la sobrina en la última línea, su plan de fuga tenia una traza perfecta y su cabeza parecía en orden. Para él, que vive en su propio mundo, seguirá siendo así, pero maldita la gracia que debió de hacerle al chaval ver peligrar su juguete.
Muy divertido, María José
Un abrazo y suerte
Muchas gracias, Ángel. Me alegra que te haya parecido divertido. Es lo que pretendía: esbozar una sonrisa. Gracias de nuevo y muy agradecida por tu visita. Un beso.