18. PODER (Salvador Esteve)
Los hombres esperaban fuera de la habitación. Arrodillado, el sacerdote rezaba. En el interior, la partera y las mujeres que la ayudaban observaban incrédulas los sufrimientos de la futura madre, era primeriza, tenía el útero contraído, y el llevar gemelos no ayudaba. El dolor de ingle y espalda eran fortísimos. Los vómitos y temblores se alternaban con espeluznantes movimientos abdominales. A través de la piel del vientre se veía el relieve de pies, cabezas y puños que cambiaban continuamente de posición. La comadrona sabía que la mujer no sobreviviría al parto. Ninguno de los fetos se situaba en posición de nacer. Tras mucho esfuerzo una cabeza asomaba, exigía nacer.
Momentos después, el rey fue informado; su primogénito, y heredero al trono, había nacido.
En su aposento, la reina seguía batiéndose con la muerte mientras alumbraba a su segundo hijo, cuyo cuerpo, recubierto de sangre de su madre y propia, reflejaba las marcas de la lucha y su derrota.
Nacer es una lucha, y dar la vida no lo es menos, aunque se pierda la propia en ello. fantástico
un saludo
JM
Juan M., he intentado plasmar la lucha de dos hermanos por el poder en el seno materno, nacer primero para reinar. Como tú bien dices hay otras batallas, y más en aquellos tiempos; el propio nacimiento y el propio alumbramiento eran un riesgo en sí mismos. Muchas gracias por tu visita. Abrazos.
Salvador, no tengas prisas para aclarar tu relato, deja que los lectores saquen sus conclusiones. Observaras las múltiples interpretaciones y disfrutarás. Por suerte tengo la costumbre de hacer mis comentarios sin leer los otros.
Hasta nacer es una batalla, a veces cruenta.
M. Carmen, ciertamente. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
M. Salvador, nos cuentas con claridad de imagenes, el alumbramiento; y esta mezcla de vida y muerte que relatas combatiendo su propia batalla. Suerte y saludos
Calamanda, muchas gracias por tus palabras. Abrazos y suerte también para ti.
Caín y Abel. Qué batalla. Te aseguro que he sufrido leyéndote. Le has dado un ritmo trepidante. Muy bueno.
Saludos.
Jesús Alfonso, cierto, hay un paralelismo con Caín y Abel, los celos y el poder pueden inducir a grandes batallas. Muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazos.
Igualico que un episodio de Juego de Tronos, mejorado con un toque a lo Ken Follet, versión Pilares de la Tierra.
¡Bravo!
Patricia, has captado perfectamente la época donde se desarrolla el relato, y Ken Follett me encanta. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Qué manera de narrar! explícita y a la vez dramática. no relatas dos historias paralelas, la lucha por nacer y la que sobrelleva el trono.
Un abrazo y suerte.
luis, a estas dos historias podríamos añadir la de la madre por sobrevivir al parto, no es fácil ser campo de batalla de tus dos futuros hijos. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos y suerte también para ti.
Salvador, me estáis dejando exhausto. Después de leer el 16 y el 17 (de Paloma y Patricia) ahora esto. Vamos que me quedo… En fin, vas y dices, así, como si nada: «… y su derrota» y te quedas tan ancho. Eso para terminar…
Vaya, tengo que descansar.
Hasta luego
Luis, descansa que aún quedan muchos por delante, jajaja. Encantado de que te haya gustado y muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Está muy bien contada esa lucha por nacer. He sufrido con tus descripciones, y ese final tan triste.
Abrazos.
Inés, la lucha real era por ser el primogénito y heredar, y no quiero que te quedes triste. ¿Qué te parece si nos quedamos con un príncipe heredero, un «derrotado» infante y una reina y madre para educarlos en el amor y el respeto?, jajaja. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Me has hecho recordar el canibalismo intrauterino de algunos tiburones. Buen giro llevar la batalla a tan tiernos inicios. Suerte y un abrazo.
Eva, buena comparación, aunque hay humanos con más ansia depredadora que los escualos. Muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazos.
¡Ohhhhh, cómo duele!
¡Me imagino, Isabel! Gracias por tu visita. Abrazos.
Me gusta cómo has enfocado el tema del mes, la forma de narrar que vas desplegando en el texto, y el final, dónde uno de los bebés no nace, porque no hay que olvidar que siempre hay perdedores.
Evelyn, he de confesar que al escribir el relato en mi mente el segundo bebé nace herido pero vivo; así podrá preparar una futura venganza, jajaja. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
la lucha por la vida y el poder comienza en lecho materno.Triste batalla de hermanos, una sola corona.
Buenas descripciones, buen ritmo. Me encanta esta original manera de tu apuesta para septiembre.
un abrazo
Mª Belén, en poco más de una línea has reflejado perfectamente la esencia del relato. Me alegra mucho que te haya parecido original. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
La ley del más fuerte en el seno materno es una ruta iniciática que perdura durante la vida entera, incluyendo a la propia familia más cercana.
No somos nada.
Buen texto abrazos y suerte
Manuel, la lucha está implícita en nuestro ADN, en nuestro raciocinio está evitarla, aunque tienes razón, familias enteras se pelean por asuntos que vistos con perspectiva suelen ser nimiedades. Muchas gracias por tu visita. Abrazos.
Cruel relato, Salvador, pero muy bien llevado y con un mensaje claro!
Enhorabuena!! 😉
Ahora bien, en un caso real (no sé si se ha dado) de parto gemelar ¿quién sería el heredero al trono? A mi me dijeron que el que nace el último es el «mayor»… Nunca lo he consultado!
Un saludo!!
Miguel Ángel, me has creado una duda que creía no tener, pero nuestra amiga «Wiki» me ha confirmado que el primero en nacer sería el heredero. Y he leído algo que me ha parecido curioso aunque no sé si cierto: si esto pasara en la actualidad, y dado que la probabilidad de una cesárea en un parto gemelar es alta, el médico decidiría quién es el primogénito y por lo tanto heredero. Muchas gracias por tu visita y por tus palabras. Abrazos.
Me has dejado con la boca abierta y ahora no la puedo cerrar. A ver qué digo yo mañana en el trabajo, a ver cómo cuento que tú tienes la culpa, que vi una lucha entre dos bebés por ser el heredero. Es impresionante, a dónde hay que enviarte el premio… Joder y yo aún con la boca abierta, la de moscas que me van a entrar.
Lorenzo, aún me estoy riendo por tu chisposo comentario. Como sabemos, la realeza es precoz en todo, creo que se dijeron «dejémonos de futuras intrigas palaciegas y resolvamos esto aquí y ahora», jajaja. Muchas gracias por tus generosas palabras. Abrazos.
Sí, sí, tú ríete, pero aquí sigo yo con la boca abierta… Hoy hasta uno al verme se me ha insinuado.. y ya verás ahora los niños en clase jugando a encestar la pelotita de papel en la ‘canasta’.
Maravilloso relato, Salvador. Me ha encantado la forma que has elegido de contar lo que es el poder, lo que se hace para conseguirlo sin reparar en nada más. Me gusta mucho ese «exigía nacer», así, ya, mandando desde el principio. Y todo lo demás está a su altura, empezando por el título y lo que consigues que imaginemos después de esa batalla.
Suerte y saludos.
Rafa, me alegra que te haya gustado, y me encanta que te hayas fijado en la frase que citas, ya que para mí es la que describe la parte más negativa de lo que significa el poder. «Exigir», un pensamiento absolutista que las personas con poder creen tener. Muchas gracias por tu visita y por tus palabras. Abrazos.
Juan, solemos decir que el poder corrompe, pero creo que la necesidad de poder es corrupción en sí misma. Este relato es una versión de otro más corto que escribí hace mucho tiempo, pero lo he endurecido con el sufrimiento de la madre y la socorrida sangre. Muchas gracias por tu visita y por tus amables palabras. Abrazos.
Me ha impactado tu historia. El nacimiento y la muerte son iguales para todos.
Un saludo.
Mª Jesús, muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Muy bonita historia, y es que dar a luz es una inmensa batalla para ambos.
Un abrazo
Blanca, muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazos.
Otro magnífico relato lleno de fuerza. Potente imagen la que nos muestras y dolorosa realidad la que nos presentas. Todo junto una bomba que deja con la boca abierta al bueno de Lorenzo y alguno más (entre los que me incluyo). Mucha suerte 🙂
Juan Antonio, muchas gracias por tus palabras, fuerza la que dais con vuestros comentarios. Abrazos y suerte también para ti.
Lo he leído acompañada de un silencio absoluto. No he oído ningún grito aterrador, ningún alarido que aderezara la imagen dolorosa y sangrienta que describías con tanto detalle de ese parto interminable. La imagen del sacerdote arrodillado rezando me ha envuelto en ese silencio expectante que necesitaba para descubrir el desenlace.
Tras la batalla he sentido la necesidad de gritar….. ¡¡¡¡¡AAAAHHHHHH!!!!
Piluca, me alegra que el relato no te haya dejado indiferente. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Relato crudo, duro, narrado de forma magistral. Salvador, ¡qué bien escribes! Un abrazo
Concha, me siento halagado por tus palabras, pero qué más quisiera yo, intento compensar mi limitado conocimiento técnico con relatos que pienso pueden ser originales. Comentarios como el tuyo me motivan para seguir aprendiendo. Muchas gracias de nuevo. Abrazos.
Salvador, ¿cuál de estos gemelos sería el que vuelve de la guerra y cuál el que no sobrevive? (hablo comparándolos con los míos)
No había leído este genial relato hasta hoy.
Es duro, muy duro.
Un abrazo.
Virtudes, hemos coincidido en reflejar la lucha entre hermanos, y el ser gemelos añade un plus de locura. En tu estupendo relato tus protagonistas luchan por el poder de otros, abanderando unas ideas que, seguramente, ni ellos comprenden. En éste, reflejo la ambición personal, pero a la postre, como en el tuyo, se critica la sinrazón y la barbarie que desde siempre hacemos gala los seres «humanos». Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Dado el título y el desarrollo del relato a mi me sugiere que ya desde el nacimiento hay alguien que gana o digamos tiene el poder, sería el primero que nació y otro que pierde, sería el último que ya vino con las secuelas del difícil parto.
La vida es una lucha desde que nacemos, muy buen relato.
Saludos
Asun, ciertamente, la lucha de estos hermanos ha empezado antes incluso de nacer, utilizando a su madre como campo de batalla. Me temo que les espera un futuro no precisamente de paz y armonía. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Esa ambición de poder que inicia desde el vientre sólo augura lo terrible que será el futuro rey. Salvador, muy bueno, original historia.
Saludos.
Beto, tienes toda la razón, la carta de presentación de este rey no promete nada bueno. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
¡Qué narración más sublime! Las descripciones de la lucha de la vida y de la muerte de la reina refleja la dureza de la vida. No me extraña que fueras entre los elegidos el mes pasado. De toda sinceridad el micro me parece de los mejores que hayas escrito. Un abrazo,amigo,Sotirios.
Sotirios, «sublime» es un calificativo demasiado grande, aunque agradezco enormemente tus palabras. Encantado como siempre por tu visita, y expectante por tu próximo relato. Muchas gracias y abrazos.
Ambientas la escena y desarrollas la acción de forma adecuada para los fines que te propones. Utilizas palabras que absorben la atención del lector para alcanzar un climax que no es un final. El final: la derrota, es magnifico y concienzudamente preparado en los párrafos que lo preceden. Me ha gustado.
Saludos.
Daniel, muchas gracias por tus palabras y análisis. Me alegra mucho que resaltes el final, ya que tuve muchas dudas a la hora de abordarlo. Abrazos.
Debo aplaudir por lo menos dos cosas: el primer párrafo que es muy visual, hemos asistido a ese parto; de como dices sin decir que dentro del vientre de la madre ha habido una lucha fratricida por nacer primero. Y todo por la fuerza aclaratoria del título. Enhorabuena.
En cuanto a tu primer comentario tienes toda la razón, confieso que me precipité, tomo buena nota de tu consejo. Y sí, Ximens, contaba con el título para dar fuerza a la idea y trama del relato. Muchas gracias por tu visita y tus palabras. Abrazos.
Cuentas tan bien los dolores de la madre que cualquiera diría que has parida, ja, ja. La verdad es que describes las escenas de forma excepcional. Un saludo.
María, ¡no, no, por Dios! Estoy escribiendo de oídas, jajaja. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Muy interesante e imaginativa esta forma de enfocar el tema del mes. La imagen de los gemelos luchando por el poder ya desde el vientre materno es muy impactante, la verdad. Suerte y saludos, Salvador.
Juana, muchas gracias por tus palabras. Me alegra que te haya impactado, uno de mis objetivos era precisamente eso, que su lectura llegara con fuerza. Abrazos.
Un relato con mucha fuerza, muy visual. Consigues una muy buena ambientación con apenas tres pinceladas: los hombres fuera de la habitación, el sacerdote rezando, y la escena del parto. Debo decir que en tu relato todo es acción y que más que leerlo, he visto la película.
Suerte y abrazos
Anna, te agradezco que hayas nombrado la ambientación del relato, ya que era importante situar la escena en el contexto correcto. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Felicidades Salvador. Me has hecho agradecer los tiempos que vivimos, en que una simple cesárea evita el desastroso fin de la madre y el hijo que ya no pudo ser rey. Una batalla por el poder, desde el vientre materno. Magnífico. Un abrazo!
María, razón tienes, el peligro latente por concebir no tiene tanto sentido en la actualidad, afortunadamente. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.