127. Preparativos frente al espejo
Arranca la careta de madre sacrificada, la de esposa complaciente, la de funcionaria eficaz, la de hija solícita, la de amable vecina. Cuando el rostro no es más que un puro hueco, renuncia a maquillarse. Sabe bien que el alcohol, la música, la sorpresa del deseo fortuito dibujarán con trazo preciso la mejor máscara de carnaval.
Escueto, pero toda una vida de sacrificio reflejada. Suerte.
Besicos muchos.
Curioso que para ir de carnaval esta mujer se desprenda de todas sus máscaras y decida mostrarse tal cual. Breve, pero con impacto.
Suerte y saludos.
Elisa, se quita todas las máscaras cotidianas ya que el carnaval requiere una más transgresora. Me ha gustado. Abrazos.