45. Presa (fuera de concurso)
En la cúspide de su desgracia, Úrsula deseó no haber venido al mundo. Desde la infausta fecha de su boda, se convirtió en esclava de su esposo y su vida en un sacrificio diario. Más le hubiera valido quedarse sola que en tan mala compañía, pensaba una y otra vez.
Una mañana clara, un rayo de sol le señaló un libro que le gritaba en silencio desde la estantería en la que guardaba los restos de la herencia de su madre. Al abrirlo, miles de palabras cayeron sobre sus ojos, su nariz, su boca; se colaron por el escote de su traje e inundaron su cuerpo. El corazón le latía con cada sílaba y un sudario de frases la atrapó dentro de una prosa de la que era imposible escapar. Al tiempo, comenzó a hacerse invisible, cada día un poquito más, hasta que desapareció entre las páginas de tan increíble historia.
Su marido, desde entonces, se siente como un náufrago sin isla, y se arrepiente de todos los agravios que le hizo cuando aún la tenía a su lado. Ella, sin embargo, ahora se siente la diosa de un lugar en el que la soledad dura cien años.
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Qué buen homenaje a un personaje que merece protagonismo y a una obra maestra de la literatura universal. Qué sería de los supuestos grandes hombres sin una gran mujer a su lado, incluso Aureliano Buendía quedaría vacío, sim sentido ni rumbo.
Un relato que deja a las claras esa gran verdad de mejor solo (o sola) y libre que en mala compañía.
Ya sé que te lo dicen mucho y que yo me repito, pero quiero insistir: un placer leerte.
Un abrazo grande, Pablo
Hay textos que leerías veces y veces sin nunca cansarte. Algo parecido me pasa con Cien años de soledad. Bonito homenaje. Un texto magnífico. Enhorabuena.
Un gran relato para homenajear una gran obra y que si no estuviera fuera de concurso podría merecer los laureles de este espacio.
Un abrazo, Pablo.
Estimado Pablo,
Tu relato me ha encantado. Es tremedamente grafico que casi puedes ver como la mujer desaperece entre las letras. Coincido con previos comentarios que es una pena que no entre en el concurso porque es muy bueno.
Un saludo.
Qué cosa hermosa perderse en un libro… ¡Y tan literalmente! ¡Y en qué libro!… Nada mejor que un libro que dure cien años de soledad y, al hacerlo, libere a una mujer atormentada… («Mejor sola que mal acompañada», dice el refrán…)
¡Muy bueno!
Mariángeles😇😇
Pues ya quisiera para mi lo de que me cayeran las letras por donde fuera y acabara entre páginas de buena literatura. Quién no ha querido escapar de un acoso como ha sufrido esta chica y es que los hombres aún tenemos que cambiar muchas cosas para que no se nos vayan entre los deddos de las páginas aquellas a quien más debemos. UN final cojonudo Pablo. Suerte
Pablo, que pena que no entre el concurso este bellísimo relato que expresa el deseo de libertad, aunque sea ganando la soledad ansiada. Precioso, querido Pablo. Un abrazo.