Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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23. PRINCESA DE NEÓN

El trabajo en el Pink no empieza hasta las seis, pero hoy Karla se ha levantado a las dos. Las chicas la esperan en el club un rato antes de abrir, ayer encargaron una tarta y brindarán con el cava barato que compra el Richard. Saca un paracetamol del bolso y lo mastica. Maldita resaca, cincuenta años ya y todavía no ha aprendido que no debe beber con los clientes, si acaso un cubata cortito para quitarse el mal sabor de boca.

Los cumpleaños de las putas viejas siempre son tristes. A Karla le recuerdan que el tiempo no pasa en balde, que hay muchas jóvenes que llegan pisando fuerte y que ella solo va quedando para los más tirados, los que regatean el precio de una mamada y encima le piden un cigarrillo al terminar.

Mientras se maquilla con una capa más de sombra, el corrector de ojeras y un pintalabios chillón, echa de menos la época en la que aún se llamaba Clara. Entonces los bailes lentos eran solo eso, los besos sabían a pastel y no a este sucio neón que le envenena hasta el alma.

 

 

 

 

 

20 Responses

  1. Hola Asum.

    Las princesas de Neón, aunque no lo parezcan, tienen su corazón de antaño, enquistado bajo siete corazas de papel, de luces, de artificios, no dejan de ser princesas convertidas en rana, a veces también por príncipes que arribaron a ogros.

    Besos.

  2. Ángel Saiz Mora

    La sensación (y la realidad) de envejecer no suele ser plato de gusto para nadie, tal vez aún menos para quien ha vivido de su cuerpo. Pese a todo, en cualquier circunstancia, es posible mantener un mínimo de dignidad.
    Escribo en un autocar desde el móvil, disculpa si ves alguna errata.
    Un abrazo grande, Asun.

    1. Hola, Asun.
      Un micro con sabor amargo (a neón). Mirar hacia atrás, con desencanto dice mucho de la vida de la protagonista.
      Siempre, el pasado arrastra un poco de nostalgia, pero en este caso es algo más…
      Muy bien trabajado. Nos haces ver al personaje, sentir su atmósfera.
      Te deja «tocada».

      Un abrazoooo para ti.

      1. Asun Paredes

        Me alegro de haber logrado trasmitir esa amargura vital ligado a la decadencia física de Karla.
        Gracias por comentar, Amparo. Besos.

    2. Asun Paredes

      La experiencia es un grado, pero para algunas profesiones el ir entrando en la edad madura implica un deterioro en sus condiciones laborales, ya de por sí muy duras.
      Gracias por comentar, Ángel, tú no escribes erratas ni en las situaciones más complicadas.
      Un beso.

  3. Este texto que te ha quedado tan bien como microrrelato, podría ser el comienzo perfecto de una narración mucho más extensa. Tiene ese toque de amargura y ese punto de sordidez que te deja con ganas de seguir leyendo. A ver si algún día encontramos por esas librerías del mundo la novela «Princesa de Neón» de la gran Asun Paredes. ¿Por qué no?

    1. Asun Paredes

      ¿Una novela mía? Sí que tienes imaginación, Alberto, se te nota a legua la madera de escritor. De todas formas, me alegro mucho de que te haya gustado mi relato. Gracias y un beso.

    2. El latido rosa de neón nunca cesa, pero el tiempo pasa y tu protagonista no tiene escapatoria y, a veces, desearía volver a empezar su historia.
      Has descrito perfectamente lo que siente Clara. ¡Enhorabuena!
      Te deseo muchísima suerte.
      Besos apretados.

    1. Un «pink» muy amargo en la triste profesión de esta princesa de neón. El paso del tiempo le pesa más a la vida sórdida de Karla, que nunca ha dejado olvidada a la Clara que un día fue.
      Acertado y lúcido relato, Asun.
      Besos.

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