109. Profecía del fin del mundo
Diez minutos para el fin. Tiembla. Aparta el mando a distancia y se sienta en su sofá. Coge una libreta y un bolígrafo.
Nueve minutos. Piensa. Comienza a escribir: “Conocer a una buena mujer”, “Dedicarle más tiempo a los míos”…
Tres minutos. Suspira. Deja el bolígrafo. Lee todo lo escrito.
Dos minutos. Llora. Repasa desesperado todo lo que siempre quiso hacer y nunca hizo. Idiota.
Un minuto. Grita. Se rasga la cara, se golpea, se insulta. Idiota, idiota, idiota.
Cero.
Un minuto.
Dos minutos. Nada.
Tres minutos. Grita. El júbilo llega a sus oídos desde el exterior. Idiota, idiota, idiota.
Cuatro minutos. Llora. Todo ha sido una falsa alarma. Idiota.
Seis minutos. Suspira. Se sienta aliviado en su sofá. Lee todo lo escrito.
Ocho minutos. Piensa. “Qué tonterías: Conocer a una buena mujer, dedicarle más tiempo a los míos…»
Nueve minutos. Tiembla. Hace algo de frío. Busca una manta y se acomoda. Aparta la libreta y el bolígrafo.
Diez minutos. Coge el mando a distancia.
Raúl, una curiosa cuenta atrás y su correspondiente ‘cuenta adelante’ para dejar constancia de que, en efecto, nunca pasa nada. La insulsez, la monotonía, la más absoluta de las intrascendencias cercan nuestra existencia. Una idea muy bien traída con un relato muy bien llevado. Enhorabuena.
Que tengas –tú sí– una buena entrada de año.
¿Porqué sentiremos que en paso entre un año a otro es el mejor momento para los propósitos que cambien nuestras vidas?
Está claro que no lo es, o bueno, sí, lo es como cualquier otro momento. Por ejemplo éste.
¡Felices Fiestas!
Besos
La vieja historia de los buenos propósitos y la rueda gira gira…
En ese momento me quedaría idiotizada y moriría allí mismo sin pensar en nada. Muy original
Suerte con el relato y en el 2015
Todos los años por estas fechas nos hacemos la misma lista con propósitos que deberíamos cumplir y ahí se quedan. El año que viene ya…
Muy buena esa estructura de cuenta atrás.
Suerte para tu relato y para lo que venga (que sea bueno) en el 2015.
Hacemos un listado de lo que hemos de cambiar en el nuevo año pero todo continua con su paso habitual.
Un abrazo y suerte.
Raúl, si parece que esta vision que nos das del año nuevo esta bastante generalizada. Suerte y felices fiestas
Parece que este perdsonaje no va a hacer mucho y su mundo se acaba y empieza en el mando a distancia, es un puro procrastinador.
Abrazos y suerte
Muy bien descrito ese delirio momentáneo de la noche de las uvas cuando el año nuevo quiere ser, sobre el papel, el inicio de tantos cambios. No tenemos remedio. Muy bien tirado el formato de minuto cero como ecuador de la historia con cuenta atrás y hacia delante. Mucha suerte 🙂
Yo otra vez… XD… que se me olvidó decirte que si ese «delirio» lo aliñamos encima con una profecía al uso de un fin del mundo ya nos salen conversos hasta debajo de las piedras. Ahora sí, mucha suerte 🙂
Me gusta, Raúl, esa ‘campana de Gauss’ que nos has contado. Suerte, Feliz año y un beso.