97. «Pura desgracia»
Admiraba la capacidad que tenía el mimo para expresar las emociones y, cada noche, se encontraba con él, cuando despertaba, entre calles y piedras de ciudades en las que era de día.
No paraba de caminar hasta localizarle y, si no le veía, preguntaba a los transeúntes.
Estaba preocupada, su corazón ya no resistiría mucho tiempo los tric, tric, tris.
¿Por qué ella era siempre pura desgracia?
Tric, tric, tris.
Al final aparecía y, de nuevo, lo conseguía: alegre 🙂 triste 🙁 al ritmo que tapaba o destapaba su cara. ¡Parecía tan fácil!
¿Por qué ella era siempre pura desgracia?
Siguió la pista, que le indicaban los gestos del mimo, hasta llegar a un escaparate donde veía su reflejo.
¡Ya está! Se le ocurrió una gran idea.
Traspasó la luna y encargó un cristal con forma de corazón roto en mil pedazos y un pegamento especial.
Y… eligió dicha.
🙂 🙂
Hola Juan:
La culpa es de mi precipitación al escribir el relato de esta temporada.
Todo sucede en sus sueños repetitivos que intentan darle las respuestas que necesita.
Ella es un personaje real que no es capaz de vivir una vida dichosa. Muchas veces somos desgraciados y no ponemos remedio, porque no sabemos hacerlo, esto no lo enseñan en las escuelas.
Lo que ella desea al alcanzar es esa sencillez y arte del mimo de cambiar su emoción tapando y destapando su cara. Quiere ser feliz.
Al ver su reflejo en una tienda de cristales descubre la solución: sólo ella puede reparar su corazón roto, su corazón herido.g
Lo que trataba (y no he conseguido) transmitir, es esa libertad de elección.
Mis finales siempre (o casi siempre) son felices. Yo tambien elijo ?
(Si, la misma)
Muchas gracias Juan.