97. «Pura desgracia»
Admiraba la capacidad que tenía el mimo para expresar las emociones y, cada noche, se encontraba con él, cuando despertaba, entre calles y piedras de ciudades en las que era de día.
No paraba de caminar hasta localizarle y, si no le veía, preguntaba a los transeúntes.
Estaba preocupada, su corazón ya no resistiría mucho tiempo los tric, tric, tris.
¿Por qué ella era siempre pura desgracia?
Tric, tric, tris.
Al final aparecía y, de nuevo, lo conseguía: alegre 🙂 triste 🙁 al ritmo que tapaba o destapaba su cara. ¡Parecía tan fácil!
¿Por qué ella era siempre pura desgracia?
Siguió la pista, que le indicaban los gestos del mimo, hasta llegar a un escaparate donde veía su reflejo.
¡Ya está! Se le ocurrió una gran idea.
Traspasó la luna y encargó un cristal con forma de corazón roto en mil pedazos y un pegamento especial.
Y… eligió dicha.
🙂 🙂
¡I s a b e l , M a j a! : Está en tu vena sensible y a la vez misteriosa el microcuento que te ha inspirado mayo. Acaso un poco personajes de La Comedia Del Arte. Parece -y seguro que me equivoco- que dos personajes en diferente plano espiritual coinciden en coordenadas reales. El primero, el mimo (¡qué bueno y qué clásico es que este personaje aparezca en microcuentos!) pudiera ser quien cataliza la tribulación de la pobre chica en este Valle de Lágrimas y ella acaba ¿muriendo? de alguna manera numinosa; que es la única solución para empezar de nuevo (insisto, no estoy hablando de suicidio), la transfiguración. Como decía, es claro que meto la patita, pero coincido con que después obtiene El Gozo Espiritual. El título va perfecto para la faz compungida que nos han mostrado en esta convocatoria, y de hecho, excepto al llegar al final, lo que el lector aprecia es esa cara y no otra por cómo energizas la sensibilidad dolorosa de la protagonista, esa mujer que tanto me apena. Otra cosa que no tiene nada que ver con tu filosofía: ¿Sigues teniendo tu dirección de correo Eº igual que la que tenías antaño, la que yo conozco?
Un Besito y ya me explicarás los pormenores de tu privilegiada sensibilidad en La Escritura Interior. ¡Un Abrazo para toda tu excelente familia1
Hola Juan:
La culpa es de mi precipitación al escribir el relato de esta temporada.
Todo sucede en sus sueños repetitivos que intentan darle las respuestas que necesita.
Ella es un personaje real que no es capaz de vivir una vida dichosa. Muchas veces somos desgraciados y no ponemos remedio, porque no sabemos hacerlo, esto no lo enseñan en las escuelas.
Lo que ella desea al alcanzar es esa sencillez y arte del mimo de cambiar su emoción tapando y destapando su cara. Quiere ser feliz.
Al ver su reflejo en una tienda de cristales descubre la solución: sólo ella puede reparar su corazón roto, su corazón herido.g
Lo que trataba (y no he conseguido) transmitir, es esa libertad de elección.
Mis finales siempre (o casi siempre) son felices. Yo tambien elijo ?
(Si, la misma)
Muchas gracias Juan.