Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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65. Quemadas

Un curioso cambio se está gestando en mamá desde hace unas semanas. El aburrimiento ha hecho que le crezcan telarañas en los párpados, y la tensión de su cuerpo reverbera en sus tacones, que dejan al andar pequeños agujeros en el suelo donde jugamos a las canicas. 

Todo hace sospechar que se ha vuelto alérgica a la atmósfera que se respira en casa. Primero fueron esos estornudos que escupían palabras a velocidad supersónica y se clavaban en las paredes; después llegaron sus extraños golpes de tos. A cada beso de papá, tose tres veces y, cuando parece estar a punto de ahogarse, expulsa por la boca una mariposa que escapa volando.

Esta mañana, mientras calentaba el café y el pan, observamos que era su cabeza la que empezaba a echar humo. Los pelos se le han puesto tan de punta, que ha tenido que salir corriendo para que la vecina le sujetara esas ideas que se le habían enredado en el cabello. Se ve que la laca no ha servido de mucho, porque de pronto mamá ha aparecido toda desmelenada, anunciando que se iba a tomar el aire. Algo huele a chamusquina en nuestro hogar. Y no son las tostadas. 

3 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Tu protagonista experimenta una transformación de la que quizá reniega, pues ella sigue, pese a todo, aferrada a su rutina habitual, pero el cambio se manifiesta a través de diferentes signos externos que, como un volcán en erupción, no se pueden detener ni ocultar. Algunas palabras que utilizas, sin decirlo de una forma explícita, aportan pistas sobre su estado, como «aburrimiento», «tensión» o «ahogo». Esa no es la vida que ella pensaba o quiso, necesita un cambio. Sería más cómodo que no fuera así, que todo se le olvidase, pero cada vez es peor, ya ni la laca le sujeta esas ideas que le queman por dentro.
    Un planteamiento original, con unas descripciones que, como tu personaje, pugnan por escapar de los límites de su realidad, visibles a la agudeza de su hijo o hija.
    Un abrazo y suerte, María

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