105. R.I.P. (Fuera de concurso)
Apuró el cafe dejando la taza en la barra.
Observó nuevamente a los clientes.
El traje lo había alquilado la víspera. Escogió de payaso exclusivamente porque la chaqueta era amplia.
Por la mañana se maquilló. «Ridículo» se dijo, observándose en el cuarteado espejo.
Pero eso carecía de importancia.
La vida le resultaba insoportablemente dolorosa.
Vivir no era ya una alternativa.
Bajó lentamente del taburete.
Desabrochó el abrigo arlequinado. Sacó las dos armas automáticas.
Descargó su letal sinfonía.
La última bala se la guardó para él.
Descanse en paz.
(Pablo Hernández)