31. Receso (fuera de concurso)
—¿¿Tiene habitación libre?? —preguntan los dos desconocidos, al unísono.
—Solo tengo una. De una cama –les responde la recepcionista.
Hay un silencio. De hielo afilado.
—¡¡Yo lo he dicho primero!! —explotan ambos.
De nuevo, otro silencio. De estalactita.
—Miren… no quiero problemas. Ya hay bastantes problemas ahí fuera. Decidan ustedes mismos.
Los desconocidos necesitan descansar, pensar. Dormir, al fin, en blando, después de tantos días. Por tanto suben, y ocupan los extremos del colchón. Uno a la izquierda, otro a la derecha. En silencio.
El sueño los invade pronto. Arden las pesadillas y los músculos. Estallan odios, remordimientos, dudas… Fogonazos de frío y sangre. Sueños de guerra puñetera, con sus puñeteros giros. De hecho ahora hay dos. Dos giros, sincronizados, que hacen coincidir sus brazos. Y sus manos.
Ambos disimulan. Ninguno se mueve. Así. Así se está bien.
Fuera nieva. Es época de tormentas, bandazos, avances y retrocesos. Es noche de polos opuestos. De movimientos lentos, indecisos, de apariencia casual… Hasta que llega el primer beso. El primer beso es como el primer disparo.
Al amanecer se visten, se miran.
—¿Pagamos a medias? —pregunta un coronel.
—Sí —responde el otro coronel, sonriendo—, lo otro ya veremos cómo lo apañamos.
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Hola, Alberto. Leyendo el micro, me acordé de una frase que los chicos de escuela primaria se suelen decir acá, en Argentina, medio en broma, medio en serio: «Los que se pelean, se aman», y en este caso, me parece que se cumple esa premisa sobradamente… Dos hombres, dos coroneles que terminan siendo «frenemies», como se suele decir en inglés, así que no dudo de que con «lo otro», llámese ejército, superiores o como sea, sabrán apañárselas más que bien…
Muy interesante y particular esta historia.
Un beso,
Mariángeles
Tomarse un descanso, llámese receso, tregua, o como sea, permite tomar perspectiva. Y por muy guerreros y enemigos, eso de dormir abrazados… Mmmm… Recompone a cualquiera, jeje
Mil gracias, MariÁngeles, por tus comentarios.
Un abrazo fuerte
Qué importantes son los recesos y los paréntesis para desconectar un poco y ver todo en perspectiva. Las circunstancias puede encubrir la esencia durante un tiempo, pero la verdadera naturaleza siempre acaba por salir adelante. La pasión necesita un poco de espacio, es cierto, pero si ha de surgir, surgirá.
Un abrazo y suerte, Alberto
Muchas gracias, Ángel, por tus comentarios. Un abrazo
Parece que van a entrar en calor al fin, y hacen bien ,por ellos mismos y para rebajar la temperatura gélida de fuera.
Suerte