89. Reflejos (Javier Puchades)
Me miré en el espejo y me dio miedo. No era por verme la cara cubierta de arañazos o por aquella herida abierta en el hombro. Ni por los cortes que presentaba por todo el pecho. Ni, por supuesto, por contemplar el reflejo carmesí de los cuerpos de mi esposa y las niñas sobre la cama.
La verdad, lo que me causó pavor fue mostrar cierta debilidad al observar cómo se deslizaba con lentitud por mi mejilla una lágrima.
Tengo cierto dejà vu con respecto a la frase inicial. Lo cierto es que es un relato precioso, donde la sangre del protagonista y de sus seres queridos reflejados en ese espejo maldito, quedan en nada frente al sentimiento que supone una lágrima que le redime de toda su rudeza. Me ha gustado mucho, Javier, lo guardaré con preferencia entre mis papeles de un sábado que recordaré siempre. Abrazos!
Pepe, muchas gracias por tu comentario.
Pues sí, la frase claro que te suena. Aunque no estuve en la final, cuando escuché la frase enseguida me vino la inspiración, y ya puestos no quise desperdiciar el relato.
Fue un placer el compartir la mañana del sábado contigo y con el resto de participantes.
Un abrazo.
Es un relato impactante, y que nos dice mucho sobre una trágica realidad.
La crudeza, y un último intento de humanidad que no justifica nunca pero abre un interrogante, una pregunta a la sociedad
Tengo un texto muy en esa línea. Te felicito porque el tema es duro y tú logras abordarlo e ir un paso más allá
Manoli, muchas gracias por tu comentario. Me alegra el coincidir contigo en un texto parecido.
Un abrazo.
Un relato brutal, Javier. Con gran maestría nos has contado una historia de un crimen terrible. Lo más terrorífico es ver la falta de arrepentimiento del asesino, a pesar de haber acabado con toda su familia. Al contrario, le da pavor mostrar su sentimientos. Esa lágrima le quema sobre la piel, ya que le hace sentir vulnerable.
Me has hecho estremecer con tan pocas palabras… ¡Enhorabuena! Te deseo muchísima suerte.
Besos muy apretados.
Pilar, muchísimas gracias por tu comentario. Tienes toda la razón, el cruel protagonista de esta historia no quiere mostrar ni un ápice de remordimiento por lo que ha hecho, y por ello le sabe tan mal el ver una lágrima por su rostro, la cual como tú muy bien has dicho le quema.
Muchos besos.
Has dibujado muy bien y con las palabras exactas a un asesino total, que no se permite ni siquiera una pequeña muestra de humanidad. La suya es una mente enferma y dañina, con el empeño fanático en ser aún más implacable de lo que es, como si no fuese suficiente.
Ponerse en la cabeza de quien comete un acto inimaginable no es fácil. Su mundo interior es diferente, por fortuna, al de la mayoría. Tú llevas al lector a través de un viaje de observación a ese universo equivocado y terrible.
Un abrazo y suerte, Javier
Muchas gracias por tu comentario, Ángel. Como bien has dicho mi protagonista no quiere mostrar nada de humanidad, le molesta muchísimo esa lágrima.
Un abrazo enorme.
Directo al estómago. Enhorabuena, Javier.
Muchas gracias por tu comentario, Alvaro.
Un abrazo.