11. Remake (Francisco Javier Igarreta)
Había dormido mal, apenas un duermevela poblado de fantasmas. Últimamente, las constantes llamadas telefónicas le sacaban de quicio. Sobre todo cuando colgaban sin contestar. O permanecían a la escucha, respirando al acecho.
Aquel lunes cogió por los pelos un metro atestado de gente. Pese a las apreturas pudo acomodarse al fondo del vagón. Enseguida reparó en una chica con gafas de carey que, asomando entre las cabezas, le miraba con una sonrisa burlona. Se esfumó mientras él contestaba un inoportuno wasap. Al mediodía, volvió a casa malhumorado. Torció el gesto ante una primorosa labor de papiroflexia que halló en el buzón. Cualquier cosa le infundía sospechas y el “regalo” podía encerrar un mensaje sibilino.
No podía sospechar que aquella mariposa blanca daría alas a su imaginación, retrotrayéndole al momento preciso en que perdió de vista a la chica del tren. Aupado en un presentimiento, se apeó tras ella y siguió sus pasos a una distancia prudencial. La justa para comprobar que el rumbo rimaba con su sospecha. Incomprensiblemente, la perdió de nuevo, cerca de casa.
Cariacontecido y confuso, se sentó en el portal mirando fijamente al buzón. Por si le servía de consuelo, salió volando una mariposa.
Pura poesía y misterio. Un relato diferente, con la presencia del silencio como un personaje más, desde esas llamadas sin respuesta a la presencia de una chica enigmática entre una multitud que, por supuesto, tampoco habla. Tu protagonista sufre, porque sabe que algo sucede y le afecta y solo tiene intuiciones; los seres humanos necesitamos respuestas, cuando no las tenemos, las inventamos con la imaginación en forma de historias, o hipótesis, si se le reviste de un barniz más científico y objetivo. Este personaje es capaz de reescribir de nuevo todo lo que le ha sucedido, un poco como cuando la policía trata de reconstruir la escena de un delito, pero ni por esas. Puede que el prodigio de una mariposa de papel voladora le consuele en su inquietud, o no, en todo caso la imagen es poderosa y está llena de belleza.
Un abrazo y suerte, Javier.
Muchas gracias, Ángel.Agradezco que te hayas metido en mi relato tras los pasos del protagonista. Como dices, a veces el miedo o la obsesión nos hace esperar una respuesta en lo más insospechado. Gracias de nuevo y un abrazo.