Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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09. SAUDADE CANINA (Jesús Alfonso Redondo Lavín)

Lo llamaban Fido y acompañaba a su amo a la estación de tren de un pequeño pueblo de Italia y a ella volvía cada día a recibirlo. Un día su dueño fue movilizado al frente ruso y no volvió. Fido durante siete años lo buscó entre los viajeros en aquella estación.

Similar historia sucedió en Estados Unidos con Hachico, el perro de la película “Siempre a tu lado” protagonizada por Richard Gere.

Canelo, en Cádiz, iba con su amo, cada tres días, a la clínica donde este se dializaba. Doce años esperó ante la puerta del hospital a que su dueño saliese.

Guacho, en Uruguay llegó, tras atravesar montes ríos y llanos, al hospital en que su amo fallecía y al igual que, Bobby en Edimburgo y Collie en Argentina, también pasó años sobre la tumba de su dueño.

Se llama Lola. Ayudó durante tres años a mi hija en su sordera. En casa, ahora, no se separa de la pierna de mi yerno viudo y cuando este no está se tumba, su rabo quieto, su quijada pegada al suelo, arquea y levanta sus cejas y mira triste la foto enmarcada de su dueña, la que pusimos en sus exequias.

10 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Justamente hace un mes vi la película que protagoniza Richard Gere, ambientada, efectivamente, en EEUU, basada en el caso de un perro en Japón. Estos comportamientos son más comunes de lo que parece, para que luego haya quien discuta eso de que el perro no es el mejor amigo, o que no tienen sentimientos. Los de los ejemplos que has mencionado, Lola incluida, reflejan fidelidad y nostalgia sincera de un pasado mejor, con la tristeza de una ausencia actual, solo les faltaría hablar, aunque no les hace falta. El último párrafo, por lo que me consta que tiene de real, es conmovedor. Ya sabes que siempre te mando un abrazo, pero el de hoy, si cabe, es aún más fuerte, Jesús.
    Suerte

  2. Rosa Gómez Gómez

    Dependen tanto de nosotros que asusta, los humanos no deberíamos tener tanto poder, mientras lo ejercemos con cordura y respeto, bien. Lo malo es al contrario.
    Esa perrita debe ser un encanto, como tu relato.
    Un abrazo.

  3. un tal Miguel

    Jesús, gracias por tu escrito: sabes que llega, que conmueve. A Lola, que entiende más que nosotros el idioma de los gestos, transmítela, sin palabras, todo el cariño que se merece.

  4. Rosalía Guerrero

    Las historias de fidelidad perruna son siempre emocionantes, más humanos que nosotros mismos. No se entiende que hay gente que los abandone.
    Un abrazo y suerte.

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