Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SCHADENFREUDE, alegría por el mal ajeno

Y ya tenemos aquí la

TERCERA PROPUESTA

de la

14ª edición de

Esta Noche Te Cuento.

 

Este año os proponemos un viaje, un viaje imaginario por las palabras de otras tierras, de lugares desconocidos en los que descubrimos paisajes conceptuales hermosos, que nos descubren la belleza, que nos hablan de la vida de la gente que necesitó expresar aquello que sentía … Y a la vez, mostrar lo cerca que estamos, lo pequeño que es nuestro mundo pese a las distancias, lo universal que tiene eso que llamamos … la palabra. Esperamos que lo disfrutéis y que nos hagáis disfrutar a todos con vuestras historias.

 

En esta 3ª convocatoria del año vamos a hacer un viaje más corto porque la palabra nos llega del alemán y se trata de

SCHADENFREUDE

Y aunque hayamos elegido el termino alemán, el concepto no es ni nuevo ni original: hace más de 2.000 años, los romanos hablaban de malevolentia con un sentido similar. Antes aún, en el siglo V a.C., en uno de los primeros tratados sobre ética y moral existentes en occidente, la «Ética nicomáquea» de Aristóteles se hablaba de epikhairekakia como alegrarse por la mala fortuna de otro. Y hasta en la Biblia se recoge el concepto cuando en Proverbios se advierte que «Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, y cuando tropezare, que no se alegre tu corazón; no sea que Jehová lo mire y le desagrade».

Y además, no solo existe en alemán: los franceses lo llaman joie maligne y los holandeses, leedvermaak; en hebreo, disfrutar de las catástrofes ajenas es simcha la-ed, en mandarín xìng-zāi-lè-huò y en ruso zloradstvo. El termino en español más cercano sería el de regodearse o regodeo, definido por la RAE como Complacerse maliciosamente con un percance, apuro, etc., que le ocurre a otra persona.

Ya véis que aunque en principio podría parecernos un término “extraño” o “sorprendente” es muchisimo más común de lo esperado: la risa tonta ante alguien que tropieza o resbala, la alegría justiciera de ese que nos adelantó a 180 km/h y le vemos detenido en el arcén por un pinchazo, o ese regustillo que nos alegra el día cuando vemos que a nuestro oponente deportivo futbolero le han metido un 4 a 0 en la pasada jornada…

Shadenfreude es justo lo contrario a la compasión, y se podría definir, simplemente, como el sentimiento de alegría o satisfacción generado por el sufrimiento, la infelicidad o la humillación de otro. Aquí os dejo un ENLACE a un artículo que mejora la información y ofrece muchos ejemplos diferentes para entenderlo en toda su esencia.

Ojalá sean inspiradores.

Y si sois de dejaros inspirar también por las imágenes, pues podéis quedaros con las líneas, formas y colores que Sara Lew ha interpretado simbólicamente como esa antítesis extraña de la alegría que puede provocar la tristeza de los otros. Gracias Sara.

Y ahora os toca. No es que nos alegremos de vuestro sufrimiento por tener que buscar esa historia, no…  es que perdemos la paciencia por ver lo que os ha inspirado…

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