99. Secuencia en blanco y negro (Juana Mª Igarreta)
Clara se estremece al observar en el altillo su vestido de novia. Subida en la escalera rememora aquellos días en los que cogida del brazo de su madre recorrió la ciudad en busca del soñado modelito blanco, presa de la indecisión ante el abanico de tonalidades: blanco nuclear, blanco roto, marfil, hueso, perla, hielo… Eligió, ¿premonitorio?, el blanco roto.
Desasosegada, alcanza y rasga con sus afiladas uñas el fino envoltorio de tintorería.
Recuerda cómo su madre consiguió con sutil determinación que cayera rendida en los brazos de Marcos, un ilustre abogado de seductora labia y siempre vestido de punta en blanco. Oropeles que perdieron su brillo pocos besos después de la luna de miel.
Fuera de sí, abre la cremallera de interminables dientes y acomoda a su escuálida figura el traje nupcial. Percibe, aumentando su crispación, la ausencia del lazo de raso que el día de la boda abrazaba la brevedad de su talle.
La mañana es diáfana. El sol reverbera sobre las múltiples lentejuelas del albo vestido. En un sombrío rincón del profundo armario ropero permanece perdido el satinado cinto, interrumpiendo la escena que podría oscurecer para siempre esa habitación de blancas paredes.
Una pareja comprometida es un proyecto de vida, que puede funcionar o no. En cualquier ruptura siempre hay una de las partes que pierde más, porque también lo invirtió todo, poniendo en la balanza una mayor dosis sinceridad, entrega e inocencia, alguien para quien la vida deja de tener sentido. El hecho de que no haya aparecido ese lazo que podría haber servido de soga solo es un pequeño detalle. Tu personaje tiene dentro una semilla de desesperación de la que difícilmente podrá desprenderse, que en cualquier momento puede hacer que su vida termine con un fundido en negro, en contraste con el blanco luminoso e ilusionante del traje de novio.
(Se me fue el dedo antes de tiempo): Un abrazo y suerte, Juana
En el vestido de novia, sintetizas la historia del matrimonio de la protagonista y su porqué.
Subrayo»Oropeles que perdieron su brillo, pocos besos después de la luna de miel»
Mi besito virtual de siempre, Juana.
Una relación encauzada abocada al fracaso. Un blanco que se va difuminando hacia el negro pozo de la nada. Pero, tal vez, un rayo de color irrumpa en la existencia de la protagonista y cambie su percepción de la vida. Muy bueno, Juana. Un abrazo y suerte.
Muchísimas gracias por vuestra lectura y generosas palabras. Un abrazo.