SEMIFINAL 1. COPA ENTC 2020
ANA FÚSTER / ANNA LÓPEZ
DISFRAZARSE DE … VIVANCOS
Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 105 palabras (sin contar el título ni la fase de inicio) antes de las 20 horas (hora local española) del JUEVES 7 de MAYO cumpliendo las siguientes condiciones:
CONDICION 1: TÍTULO Y PRIMERA FRASE
Igual que el incluido en el libro “Las jugadas Intermedias” de David Vivancos, vuestro relato debera tener el el título y la frase de inicio siguiente:
TITULO : NUNCA
FASE DE INICIO: Nunca me había costado tanto comerme un alfil.
La frase de inicio tendrá que incluirse tal y como aparece, no será posible alargarla, acortarla ni introducir términos o signos nuevos.
CONDICIÓN 2: BLANCO Y NEGRO
El primer relato publicado, sea del autor que sea, deberá incluir obligatoriamente la palabra
BLANCAS.
EL segundo relato publicado, sea del autor que sea, deberá incluir obligatoriamente la palabra
NEGRAS.
Y …ninguno de los dos relatos podrá incluir ambas, lo que significa que el uso de una excluye el de la otra.
Consultadnos cualquier duda.
Revisad bien el texto antes de publicarlo porque, una vez hecho, no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.
Tras la publicación de los dos relatos participantes abriremos el enlace a un formulario para la Votación Popular (solo se admiten usuarios de esta web) que permanecerá abierto hasta el viernes 8 de mayo a las 20 horas.
El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias.
NUNCA
Nunca me había costado tanto comerme un alfil. Una vez sí ingerí casitas del Monopoly: minucias. Ahora Manolín y yo, enamorados de Bea, nos inspiramos en nuestro interés incipiente por el ajedrez para aquel duelo por su amor a muerte súbita, tragándonos por turnos las piezas de ajedrez de mis Juegos Reunidos.
Tras ocho peones, dos torres, dos caballos y un alfil, me tragué el segundo. Tuve un terrible retortijón, mi mundo estalló en chiribitas blancas y me desmayé.
El lavado de estómago es ya un hito de infancia. Mi hijo tiene cinco años. Le estoy enseñando el juego con mis enormes piezas de mármol. Y ruego porque nunca se enamore durante primaria.
NUNCA
Nunca me había costado tanto comerme un alfil. Tras perseguirlo por el tablero dando ridículos saltitos, calculando bien para no caer en una de las casillas negras de su diagonal -y evitar así que me comiera él a mí- al fin, lo conseguí. Me abalancé, golpeándolo con los cascos, lo pateé hasta desollarlo y, todavía vivo, le clavé los dientes y comencé a arrancarle enormes pedazos de carne. Cuando al fin dejó de gritar, el resto de piezas recompusieron sus disfraces, volvieron a sus posiciones y pudimos retomar aquella ridícula actividad de empresa.
—Nunca debimos hacer caso a los de recursos humanos —susurró el gerente.
Votados. ¡Mucha suerte¡
Gracias, Ana, por ese maravilloso relato que me ha tenido varias noches en vela. Qué lujo escribir contigo. Suerte tocaya.
Y gracias a quien haya ahí detrás (Juan, duendes de internet…?) por solucionar mi problema de identidad.
Muy buen relato, tocaya. Mucha suerte y todo un placer compartir alfiles devorados contigo. Un besote.
Votado!! Suerte para las dos.
Un lujo leeros siempre. 🙂
¡Muchísima suerteeee!