SEP109. CEREZAS, de Miguelángel Flores
Le pide un cartucho de cerezas, granates como besos. Y ella, con la visión de la fruta acurrucada en la cárcel de sus dedos grandes, oye por dentro claramente un clic. Un cortocircuito que le hace parpadear seguido, y abrir de nuevo el abanico. Algo más, señora, le dice él. Y a ella, que quisiera decirle qué más querría, sólo le sale por la boca, un par de limones y la cuenta.
En la penumbra fresca del hostal, imagina que son ahora dos puñados de cerezas sus pechos, apresados entre esas manos morenas; que es cautiva, ella entera, de los brazos y piernas del frutero. Y el techo se le cubre de frutos encarnados que maduran, que revientan a un tiempo, que la inundan sin prisa con su jugo. Rojo que le va y le vuelve de dentro a fuera.
Cuando llega el fin del soliloquio de sus dedos, con los mismos abre la ventana. Él está enfrente, ante la puerta de su tienda, mirándola, jugando en su boca con lo que, está segura, es un hueso de cereza.
Es perfecto, elegante y sugerente, desde la primera hasta la ultima palabra.
(A mi, en realidad, me gustaría escribir así y… quizás de alguna manera más)
Una gozada de las gordas
Luísa, vamos que tendrás tú mucho que envidiar, bribona. Ahora lo de más, yo creo que es el anhelo de todos y todas.
Un abrazo.
Es pura y jugosa sugerencia. Me ha encantado, Miguel Ángel. Muy maduro y fructuoso.
Gracias, Óscar, me alegro que te guste.
Saludos
Muy erótico Miguelángel, pero me imagino como dejó la falleba con los dedos pringosos de jugos y fluídos.Puagg.
Un abrazo
Eso tú. Yo no me lo he imaginado, ni quiero. Gracias por comentar.
Un saludo.
¡Genial! ¡Qué manera tan sutil de contar sin nombrar! Me encanta de principio a fin. Puedo ver la escena de la frutería con ese rubor aliviado por el abanico y el final es buenísimo. Yo creo que la próxima compra acabará en diálogo. De lo mejor que he leído últimamente.
Un abrazo
Jo, muchas gracias, Nieves. La verdad, intentaba, casi siempre lo hago (aunque no siempre lo consigo), escapar de lo obvio.
El final tuyo si que es buenísimo, gracias.
Un abrazo.
Una explosión de sensaciones. Maravilloso, Miguelángel.
Siempre es un placer leerte.
Un abrazo.
Sara, el placer es que te guste y que me comentes.
Un abrazo, compa.
Miguel Angel, poesía, sensaciones, sutileza… muy bonitas. Suerte.
Con que sólo una de esas cosas hubieras visto, m ehabría dado por satisfecho, Calamanda. Con todas, imagínate.
Saludos
Me ha gustado mucho. Me has alegrado un día un poco atravesado.
Besos
Pues yo me alegro muchísimo de haber contribuído. Porque cuando se tiene un día así es defícil de arreglar.
Un abrazo y ánimos, que es finde!!!
Completamente visual y sensorial que ya es dificil esa mezcla. Imagino a la pobre mujer soñadora y al frutero con lascividad masticando ese hueso de cerezas. Fantastico Miguel Angel, como siempre-
¿¿¿ Lascividad???? Antoniaaaa que te pierdes el palabro. Lascivia señores queria decir
Jajaja. Oye, pero mira tú, que la tuya envuelve más y se comprende más. Ahora, creo que el hombre más que lascivia pone… no sé, complicidad, erotismo…
Un abrazo, Begoña
Picotas, deben ser picotas.Los besos granates, los puñados de cerezas y el techo frutal son lo mejor de tus descripciones.
El relato, como no podía ser menos redondo, y el final de diez.
Un besote.
Begoña, gracias , pero no sufráis, os controlo a todos, je je . Abrazos.
Dios santo si nos sigue si, que rapidez
Vaya catalogo que tienes que tener ya.
Un abrazo
Seguramente lo sean, Antonia. O no, que cerezas cabe más en un puñado. Además, ahí con sus rabitos, son como más sugerentes.
Un abrazo, Antonia (doy por hecho que nos veremos en La Micro, y allí te daré otro).
Una definición de cerezas de la escritora Carme Riera de su libro «Temps d’una espera»
«cireres,sang del mes de juny, coàguls d’estiu.»
(cerezas, sangre del mes de junio, coágulos de verano)
Escogiste una fruta con fuerte carga erótica, lo supieras o no.
Abrazarémonos 🙂
Muy sensual, bonitas imágenes. Enhorabuena.
Muy sensual, bonitas imágenes. Enhorabuena.
Gracias, Ana.
Un saludo.
Muy poético y sugerente.
Sí, creo, por los comentarios, que me ha quedado como deseaba. Gracias, Malén.
Saludos.
Me ha gustado mucho, me ha parecido erótico e intuyo que encierra algo más este relato en sucesivas lecturas.
Un abrazo.
Bueno, jugando con el tema, digamos que es un frutero del que no hay que comerse todo de una sentada…
Gracias, Susana. Saludos.
Buen micro Miguelángel, potente en imágenes y en sensaciones. Mi aplauso,
Decides tú si abrazo o beso.
Paloma Hidalgo
Creo que tu micro tiene varias lecturas y todas «muy sabrosas».
Enhorabuena por este festival de sensaciones que logras con tu estilo inconfundible.
Suerte! O mejor: justicia.
Qué simpática eres, Ana. Y los dice hasta convencida… Tú te has dado una vuelta este mes?
Paloma, puedo uno de cada?
Lo de «mi estilo», cada vez me gusta más. En cuanto le tenga pillado el truco, no lo suelto.
Dos abrazos (a Paloma, ya se lo he dado, y no hay que abusar)
Belleza y sensualidad por los cuatro costados.
besos
Don Flores, me gusta esta historia de pasiones a distancia, calladas y sensuales. Has sabido congeniar el tema del concurso con esa sensualidad que presentas.
Me gustaría que continuará la historia, ver si alguna vez culminan o no.
Buen trabajo y buena suerte.
Un abrazo, Don.
Un relato con mucho erotismo y con muy buenas descripciones. Has contado con pocas palabras una fantasía que no se hace realidad por el miedo a expresar los sentimientos.
Que tengas suerte Miguel Ángel, saludos
Cómo me gusta lo de los cuatro costaos, Mei. Y más que lo utilices para comentar mi micro.
Don Jarque, si culminara o culminase, tranquilo, no habría problema en que mi menda te lo explicara o explicase.
No te creas, José Ángel, no es tanto de sentimientos, créeme, es más de sentidos, e incluso de látidos…
Abrazos y saludos.
Nunca volveré a mirar a las cerezas de la misma manera!! Juegas maravillosamente con la sensualidad, dejándolo a la imaginación del lector, como en las antiguas pelis donde no se podría ver nada pero se entendía todito todo. Soliloquio hacía siglos que no oía esa palabra, lo dicho delicioso como las propias cerezas.
Miguel Angel, es ¿tiempo de cerezas ahora? ¡me apetecen cerezas!. 😉
Tu relato encierra la carga de sensualidad justa para no hacerlo empalagoso. Bajo mi punto de vista ¡ahí radica el éxito de tu escrito!.
Un abrazo y suerte para tí.
Preciosista relato erótico. Me ha encantado, Miguel Ángel.
Besos como cerezas.
Gracias, María. Me alegro de no haber parecido obvio y chabacano. Lo erótico, ni no es sutil, es pornografía (que tampoco está mal, vamos. Que también la hay buena).
Ay, ay, las cerezas, Laura. Yo creo que si las buscas bien, las encuentras…
Gracias, Lola. Que a tí también te guste es otra garantia.
Abrazos y eso.
Un micro que es pura genialidad de principio a fin. Enhorabuena.
Visual, elegante y muy, muy sensual, lo demás lo pone el lector que tú ya has puesto las palabras ¡y de qué manera!.
¡Muchas suerte!
Besitos
Muy bello, don Miguelángel, sugerente, se percibe ese rojo de las cerezas y la mirada a través del abanico.
Mucha suerte,
Besos
Miguelángel, absolutamente delicioso el micro. Después de una semanita que no se la deseo a nadie, o mejor, se la deseo a todo el mundo: cansadísima pero absolutamente feliz, al fin lo he podido leer. Yo siempre me he fijado mucho en las manos de los hombres y en los labios, son dos atributos muy eróticos y eso lo refleja con absoluta delicadeza el texto. Y el final, pues que es un hueso de oro, perdón, un broche de oro. Una maravilla de micro. Enhorabuena. Un beso, hermano gemelo.
Enhorabuena Miguelángel, veo que te has abonado al número ganador.
Reconozco que no lo había leido, se me escaparon muchos este mes pasado, pero…nuna es tarde, para llegar y apreciar lo bueno.
Un abrazo.
¡Hala guapo¡ A llenar la despensa. Mermelada de frambuesas y mermelada de cerezas. El hueso lo siembras, y tú sembrado.
Abrazo reventón.
p.d. ¿Necesitas agente? 🙂