43. Si no te lo crees es cosa tuya (Fuera de concurso)
No recordaba bien si fue ella la que primero se metió en sus pantalones o él en los de ella, o quizás se deslizó bajo sus faldas. No recordaba su rostro y mucho menos su nombre. Evidentemente no recordaba si había sido en los aseos de unas o de otros, ni tan siquiera como se despidieron.
Curiosamente, si recordaba que en algún momento escuchó un tema de Bob Marley.
Seguía yendo al mismo lugar a tomarse sus copas, casi siempre solo rumiando sus pensamientos, que de tan repetidos tornaban en obsesiones. Le calentaban el cerebro con la frialdad del granizo hiriente y no de copos de nieve que deseaba le cayeran sobre el cuerpo desnudo como caricias frescas pretéritas del orgasmo de la existencia.
Pero érase (ya, como en los cuentos. Perdónese mi licencia) que aquel día sonó la misma canción y no pudo evitar ponerse a escrutar y dieron sus ojos en los de ella. Y ambos se supieron.
Bueno, ya estamos en la actualidad. Puedo deciros que cuando el niño se duerme, es muy habitual que ellos se dirijan al baño a jugar, con el jamaicano a bajo volumen por si el pequeñajo llora.
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo, aunque no sea de Bob Marley.
TOM WAITS – Hope I don’t fall in love with you
https://youtu.be/EtLVXBqfqBY
Me ha encantado. Como no entiendo inglés he buscado la traducción y me he quedado flipando del control musical que tienes, como has encontrado una letra que se hermana tanto con el relato.
Y yo ignorante no conocía a Tom. En está canción me ha recordado un poco al aotro Bob, al Dylan. Pero, claro, he seguido escuchando más y este hombre tiene unos registros pasmantes, hasta me ha venido a veces Cohen.
Muchas gracias, me has abierto una puerta.
Abrazotes
El alcohol y, tratándose de música jamaicana, otras sustancias, hacen que todo se relaje, la memoria se diluya y luego no pueda recordarse lo que se hizo o dejó de hacer. La música, tal vez, por esa magia que la acompaña, tenga la facultad de sobrevivir entre tanta nebulosa mental. El caso es que tu pareja protagonista acabó compartiendo sus vidas, hijo incluido, y aprovechando, cuando éste dormía, para volver a rememorar, ahora ya con carácter conyugal, los momentos en los que se conocieron en un cuarto de baño, siempre con Bob Marley como fondo y sin que falte la pasión.
Cosas más curiosas y difíciles suceden, así que, tu relato resulta creíble, a la vez que curioso y elegante.
Un abrazo, Javier
Eres irreemplazable, cuando he escrito algo que no se si es medio decente tú me animas.
El título era una provocación, porque como tú dices ocurren muchas cosas que ni imaginamos,seguro más extrañas que mi relato. Saberlo te hace una persona que no está cerrada y nada le parece excesivo. Es decir, tipo listo.
Siempre mis abrazos