16, SIEMPRE DIOSA
Acabo de levantarme, me miro en el espejo, definitivamente hoy tengo el guapo subido, estoy sola y me siento la diosa de mi casa; lo que tardo en llegar a la cocina y colocarme el delantal y Mr. Hyde hace su aparición: el colacacao derramado sobre la encimera, la basura goteando y manchando el suelo sigue aquí, el móvil sonando…«mamá te prometo que cuando vuelva recojo la ropa de la habitación», «nena se me ha olvidado decirte que te he dejado sin dinero», «mamá necesito que vayas a imprimir, el pen está sobre la mesa, ¡es urgente!».
Momento zen: desayuno, hoy no es saludable, la ansiedad merece un cruasán con chocolate.
Trabajo como una bestia hasta el mediodía cumpliendo mi agenda y las demás.
Llegan por turnos para almorzar, ya no estoy sola, escondo a la bestia para que se instale Hestia, todos deseando llegar al calor del hogar, volcar sus historias del día y relajarse.
Por la tarde cada uno se aísla en su espacio, he cumplido los objetivos de hoy, incluso me ha quedado un ratito para dedicarlo a escribir… y aquí, a solas, aunque a veces pueda salir la bestia siempre la dirige la diosa.
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Contigo y con Google acabo de aprender que Hesia era la diosa griega del hogar. Ella es una invención de la mente, la gente necesita creer en algo, dar a sus vidas una dimensión espiritual pero tu protagonista es perfectamente real, una superwoman, casi divina aunque no viva en el Olimpo, generosa y capaz de ejercer mil tareas, propias y ajenas, y que aún le quede tiempo para cultivar su pasión por la escritura.
Un abrazo y suerte, Ana.
Ay madre! Leo tu relato y es como verme reflejada en el espejo, palabra por palabra. Acaso te has asomado por una rendijita de mi tejado y has descrito uno de mis días? Hasta el último detalle, oye, qué barbaridad.
En fin, si es ficción, te ha salido muy realista, y si no… pues eso compañera, que nos vemos en el espejo de la vida.
Mucha suerte, tocaya, y un gran abrazo para Hestia (a Mr.Hyde un saludo desde lejos y va que chuta).
A mí me encanta aprender y descubrir cosas nuevas como a ti, Ángel y con tus comentarios se aprende siempre.
El Olimpo se queda pequeño para albergar tanta superwomen como pululan por el mundo.
Un abrazo.
Creo que es universal tu relato. Todos, especialmente todas, nos hemos visto y nos seguimos viendo reflejados en esa bestia y en esa Hestia, en algún momento de nuestras vidas. Pero el amor hacia nuestras familias casi siempre logra que consigamos dominar a la bestia que se esconde en nuestro interior. Un abrazo, Ana.
No paro de reír con tu comentario, me encanta que te hayas visto reflejada, no es más que la vida misma.
Gracias Ana
Esa vida diaria que cuentas, ese día a día, es una calcomanía de la mía hace unos años; pero, ahora que lo peor ha pasado, tengo una buena noticia: «TUVO UN FINAL FELIZ» y ahora estoy más tiempo entre libros, relatos y folios en blanco.
Muy bien contando Ana.
Nos leemos.
Son etapas como bien dices y cuanto más amor pongamos en ellas más felicidad revertirá en nosotros y en nuestros relatos.
Por supuesto que nos leemos.
Un abrazo.
Una postal del día a día. La vida doméstica en una familia exige contención para qe siempre tenga presencia la Diosa, de todas formas la bestia apasrecerá de vez en cuando , es inevitable. Suerte con tu ágil relato.
Hay cosas que no por ser personales dejan de ser universales y el día a día es muy común a todos y dices muy bien , la bestia tiene sus momentos, pero hay que cultivar a la diosa a tope.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo
Gracias Gloria por leerme yo creo como tú que el amor es la fuerza que lo mueve todo y la familia es el caldo de cultivo original y eterno.
Un abrazo
La vida misma, pero siempre diosas. Mucha suerte. Saludos.
Gracias Ana por comentar, es verdad que muchas veces lo cotidiano se convierte en universal pero sobre todo arriba la autoestima!
Saludos.