12. Sin anestesia
El médico no lleva mascarilla. Ayer volvió Aroa. Tengo agujetas en las abdominales.
Me desmayo de nuevo; sueño con música, niños, una artesa. Recuerdo la tarde, el pelo mojado. Ella me habló de la universidad.
Maldito gym… ¡ay!, mejor no me muevo, o… ¿acaso bebimos mucho? No, no bebimos.
Intento hablar. Huelo el perfume de Aroa. Regreso al sueño: mi abuela preparando el barreño, los tíos llegando con el cerdo. Nosotros nos escondimos… ¡Sí, ahí, nos besamos! Sonrío, pero su roce me despierta. Está tumbada aquí, a mi lado. ¡Dios santo, Aroa! Vuelvo a desmayarme. La verbena. El paseo sin luna. El carreteril…
¿Por qué el médico no lleva mascarilla? Despierta, Pablo, creo entender. Lo intento, pero… no sé si quiero; prefiero regresar al pantano. O al paseo. Ella me susurró que me echaba de menos. Punzada profunda, necesito chillar. El metal del doctor garabatea mi brazo, mi pecho. No puedo más, abro los ojos: es él, ayer nos cruzamos, de madrugada. Él… paró, y nos dijo algo.
Me giro, la miro. Ya no respira. Aroa, mi amor, no debiste regresar. Me duermo.
Los niños jugaban, los mayores de allá para acá. El cerdo chillando.
Frases cortas, pinceladas para describir el estado de duermevela de alguien a punto de caer en un sueño inducido, en el que la anestesia no ha hecho aún efecto, en el marco de una operación quirúrgica. En ese estado seminconsciente se mezclan las últimas sensaciones (una fiesta con su ambiente, la matanza de un cerdo, el regreso de una muchacha), con las recientes (la mesa de operaciones con el cirujano haciendo su trabajo). Parece que un accidente dejó a tu protagonista en una situación apurada, aunque ella tuvo un desenlace peor.
Un relato que no da tregua a la calma, que va desgranando detalles, en el que las palabras en cursiva podrían constituir por si mismas una microhistoria.
Un saludo y suerte, Alberto
Creo, leyéndote ahora, que no he conseguido dibujar bien la verdadera identidad de quién está con ellos, jeje
Pero igualmente son especiales y generosos (y necesarios, en este caso para darme cuenta de mi error) tus maravillosos comentarios, Ángel.
De corazón, mil gracias y un abrazo.
Hola Alberto, tal vez el médico no lleva mascarilla porque no está en el hospital y tal vez no es médico sino que puede que lo ocurrido haya sido un intento de homicidio por parte de la pareja de Aroa. Creo que toda esta historia sucedió en un encuentro fugaz de dos antiguos enamorados en su juventud. Tal vez es una historia de amor inolvidable por parte de los tres protagonistas. Sea como sea me ha encantado leerte.
Muchas gracias, Isabel. Y a mi me ha encantado conocer tu lectura del texto.
Un fuerte abrazo