1. Síndrome del nido vacío (Jesús Garabato)
¿Otra vez atosigándolo con tus llamadas? Por favor, María, si solo lleva una semana fuera. Aunque sé que lo extrañas mucho, intenta no perder el decoro con tantos ruegos y sollozos, ni con ofrecimientos que no podrás cumplir. Que decida él. La próxima vez, prométele que todas las noches le harás una tortilla para cenar. Mientras, yo seguiré con mis mantras y mis velas.
«A Dios rogando y con el mazo dando» dice el refrán, cada uno persigue el objetivo a su manera. Muy amarillo ese síndrome, como la tortilla.
Un placer leerte, Jesús. Un abrazo.
Es dudoso que ese hijo que se marchó antes de tiempo regrese con mantras y velas. Si con una buena tortilla casera tampoco lo hace, es que nunca volverá.
Un relato triste y jocoso a la vez, en una derivada del género del humor negro bien conseguida.
Un abrazo y suerte, Jesús
Hola, Manoli y Ángel. Muchas gracias por leer y comentar. Viendo el asunto desde fuera, sorprende que una misma circunstancia (la «marcha» de un hijo) para algunos suponga una «liberación» o el poder disponer de la vida que antes has tenido que compartir o, directamente, ofrecer, para otros suponga un catástrofe que deben intentar revertir de cualquier forma. Quizás lo que no consigan lloros o promesas lo logre una ¿simple tortilla?, ¿quien sabe? Pero por si acaso, dejemos que el padre siga prendiendo velas y desgranando jaculatorias. Gracias de nuevo. Saludos.
Las fórmulas de esos padres, para que vuelva su hijo, no servirán de nada si el susodicho no quiere. Un relato con fondo, con el que la mayoría de los padres con hijos que ya volaron, se sentirán más o menos identificados.
Suerte y un abrazo, Jesús.
Después de leer tu comentario, entiendo que el padre enciende velas para que no vuelva? Ja, ja, ja… no lo había visto desde ese punto de vista.
Hola, Rosy, Agradezco mucho tu lectura y amables palabras. Saludos.
Me encanta esa madre añorando en pocos días y con el cebo de la tortilla, genial. Me ha gustado mucho. Enhorabuena Jesús y suerte.
Muchas gracias, Pablo, por regalarme tu lectura y tus amables palabras. Saludos.
Interesante relato, Jesús. Muestra dos visiones sobre la misma ausencia, la de una proactiva (suplicante) María y la del narrador (espectador) a la búsqueda de intermediarios etéreos. Todo esto bien resuelto en muy poco. Enhorabuena y suerte.
Me he reído, no lo he podido evitar. Sé que muchas madres quedan completamente sin vida después de la marcha de sus hijos, y otras solo quieren la felicidad de ellos, y de paso, la vuelta a la libertad de ellas.
Pocas palabras y un buen relato. Un beso.
Muchas gracias, Josep y Maite, por leer y molestaros en comentar con vuestras amables palabras. Saludos.