35. Solo para mayores (Ezequiel Barranco)
Llevaba semanas preparando esa noche. Habíamos vivido muchas aventuras juntos y compartido momentos felices y otros de angustia y de miedo, siempre apoyándonos, siempre cómplices, pero jamás habíamos disfrutado de un momento de intimidad a pasar de mi ya no disimulado amor que, creo, era compartido.
Cuando llegué a su casa encontré la puerta abierta y, al fondo, su silueta achaparradita y contundente que el contraluz dejaba ver. Sus braguitas rojas de lunares me embelesaron. Ella me guiñó pícara y provocadora. La desnudé, la olí, nos besamos, acariciamos y jugueteamos con nuestros largos bigotes. Sus doce pezones me miraban y los pelos de mi lomo se erizaron al tiempo que que su gemido —corto, agudo, sincero— musicaba los tres segundos más placenteros de mi existencia.
Te quiero, Minnie, le dije, antes de que cayera sobre nosotros un inmenso sello rojo que rezaba «CENSURED».
Seguro que, al hilo de una convocatoria de relatos con la pasión y el deseo como tema, a nadie se le había ocurrido que lo pudiera protagonizar un personaje mítico, nada menos que Mickey Mouse, con el que comenzó la factoría de sueños Disney, junto a su inseparable, dulce y fiel Minnie.
Nunca pensamos que los personajes, reales o de ficción, pueden tener una vida privada, necesaria y respetable, además de muy diferente a la oficial.
Un relato, como se advierte con acierto en el título, «solo para mayores», por más que se trate de personajes infantiles. Una visión original y distinta a la que conocemos.
Un abrazo y suerte, Ezequiel
Gracias Ángel.
Nadie puede decir que nunca carrá en un momento en que le domine la pasión,ni siquiera nuestros entrañables amigos animados (que se lo pregunten si no a Blancanieves y los Siete Enanitos).
No sé que habría pasado si el cartel de CENSURED no hubiera aparecido. Que hay gente «pa to».
Ahora entiendo por qué de niño me decían que de noche se escuchaban los ratones. Ya sé lo que hacían, pero nunca imaginé que era Mickey. Divertida vuelta de tuerca. Suerte.
No lo dudes, Javier, nadie está libre de la pasión y el deseo.
Gracias por tu comentario.
Qué divertido, Ezequiel, gran vuelta de tuerca, mucha suerte.
Muchas gracias, Paloma. Un beso.