Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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16. SOLOS-BAKARRIK (Jesús Alfonso Redondo Lavín)

Durante aquellos cinco días de angustia en el Centro Hospitalario Provincial a nadie llamaron y nadie los echo en falta. Sus hijos, Josechu cumpliendo condena en el Dueso y Meli desaparecida tras dar aquel portazo.

Los cirujanos la abrieron, se miraron, alzaron la vista hacia el techo del quirófano y cerraron.

Tras serle dada el alta emprendieron resignados el camino hacia su pueblo.

En el compartimento, ella, cansada y alelada por los fármacos se acurrucó en el regazo de su Antonio y él la rodeó con sus brazos.

─ Cloti, cariño, siempre hemos estado de acuerdo en partir juntos. Cuántas veces hemos dicho aquello de: “No te marches antes; que yo no pene. No te vayas después; que tú no sufras”.

Y, ambos, abrazados, en aquel vagón del tren, pasaron de largo todas las estaciones, incluso la suya.

En la estación término, el revisor alarmado llamó a emergencias del 112.

Un doctor del SAMUR examinó los cuerpos descubriendo en sus bocas un fuerte olor a almendras amargas y los restos, cual monedas de tributo a Caronte, de unas pastillas. Leyó el informe médico y tres recetas de fármacos paliativos que encontró en las manos de ella y confirmó los fallecimientos.

 

6 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Tus personajes saben muy bien que es ley de vida que antes se marche uno que otro, pero tampoco conciben esa vida el uno sin el otro.
    Breve y gráfica descripción del último viaje de una pareja realmente enamorada.
    Un abrazo y suerte, Jesús

  2. Miguel

    Me cuesta escribir un comentario. Y me duele tanto como me cuesta. Pero me atrae hacerlo para empezar una catarsis personal. La historia que presentas es tan real que, estoy seguro, la tenemos muchos dentro de nuestra cabeza y no nos atrevemos a enfrentarnos a ella a calzón quitado. El escrito está perfecto, quizá demasiada perfecto para tragártelo con solo una lectura. Me has tenido delante de esa pareja desde la primera hasta la última palabra, viendo y sintiendo sus pensamientos y angustias. Chapeau por el escrito. Pero me has dejado temblando.

  3. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Te respondo:vamos Miguel, que solo un escrito hecho a un dedo y corregido varias veces. No me ha pasado lo de aquel monje amanuense irlandés que tras largas horas de caligrafia dejó en una glosa marginal: tres dedos trabajan, todo el cuerpo duele.

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