53. SUSPENSO. (Paloma Hidalgo)
Rompe la foto que se sacaron en el fotomatón que hay al lado del colegio, esa en la que quiso robarle un beso. Luego vuelve a partir por la mitad cada trozo y lo mete en una papelera. A la mierda. Si no fuera imposible, mandaría al mismo sitio el aparato de ortodoncia, y las lágrimas de cocodrilo de Andrea, bien sabe ella quién prendió el pelo de la Barbie. Y la casa canija en la que vive ahora su padre, donde solo puede dormir en el sillón. A la mierda la sonrisa de mamá cuando su nuevo novio habla de deportes durante la cena. Que se vayan allí también la lengua y el violín. Y sobre todo el maldito profesor de gimnasia. Él, sus labios, y su cuerpo sudoroso en la cabina estrecha del fotomatón, y sus palabras al despedirse, eso de los sobresalientes que pueden llegar a tener en su asignatura los niños guapos, a los que la madre naturaleza les regala, además de unos ojos bonitos, el don de la belleza de permanecer bien calladitos. Entonces recuerda que tiene tutoría a las tres, que lleva celofán en el estuche, y vuelve a la papelera saboreando el suspenso.
La belleza verdadera es la que emana de la personalidad, de tener las cosas claras, de la valentía.
Quiere a su padre, a quien ve menos de lo que le gustaría, ambos sufren las consecuencias de un divorcio desequilibrado. Al mismo tiempo, ha de soportar a otro «padre», éste postizo e impuesto, que no le gusta y, para colmo, aparece el dichoso profesor de gimnasia, el mayor de sus monstruos, alguien que piensa que con el poder de una nota en su asignatura puede hacer cuanto le venga en gana.
Tiene pocas opciones. Una es plegarse al que parece su destino, que le oprime por todas partes, pero rara vez lo sencillo es la opción correcta. Quien piense que la vida no es una lucha permanente se equivoca. Esa muchacha es una heroína de las de verdad, de las que no se resignará nunca, un modelo a seguir.
Un relato muy alejado del suspenso, entre el sobresaliente y la matrícula.
Un abrazo y suerte, Paloma
Cuando leo tus comentarios siento una emoción parecida a la que me recorría cuando, de pequeña, abría un sobre de cromos, (los de mariposas y naturaleza eran mis favoritos)y me encontraba con ese que no tenía nadie, ese tan especial que todo el mundo quería. Gracias por hacerme feliz.
Un abrazo, Ángel.
Ufff, Paloma, los pelos como escarpias. Enhorabuena!
Marian, muchas gracias por sentir.
Seco, descarnado como un latigazo, y acojonantemente bien escrito.
Notable muy, muy alto.
Modes,que un notable, muy notable, en esto del micro me diga eso, me alegra la tarde. ¡Muchas gracias!
Me ha conmocionado este caso de pedofilia tan bien contado, Paloma.
Enhorabuena y un besito virtual.
Siempre tan amable, María Jesús, muchas gracias por comentar.
Otro besito de vuelta.
Un relato que entra en temas delicados que salvas con mucho tacto. Un personaje en situaciones complicadas que se dibuja con rasgos muy bien definidos. Mucha suerte con este relato, Paloma. Un abrazo.
Alberto, si tú, que te manejas en eso de los temas delicados con tanto acierto, has visto el mimo con el que he querido tratarlo, me alegra un montón.
¡Muchas gracias!
Abrazo.
Esta chica es de sobresaliente, como tú. 🙂
Besosss
Nuria, muchas gracias por comentar de forma tan generosa. Un beso.
Muy buen relato en el que despliegas con maestría las palabras.
Abrazos marinos.
Me encanta que hayas venido a visitarme! Muchas gracias, María.
A+B