Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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19. TACITA MARINA (Mariángeles Abelli Bonardi)

Allí la encuentro, en esa calle de Olbia, sobre un andamio marrón, usada como cenicero; su hipocampo violeta, sus corales, sus peces rojizos circundando la porcelana…

Como el arqueólogo toma a la pieza, así la tomo yo, mis ojos bebiéndose el mar de un trocito de Cerdeña.

 

 

16 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Dicen que el demonio está en los detalles, pero la magia también. Viajar, cambiar de aires y aparcar rutinas es algo que toda persona tendría que hacer con cierta frecuencia. Una taza de cerámica con motivos marinos puede condensar el placer de la quietud, la belleza de un lugar y de un paisaje. Saber valorar esos momentos únicos es deleitarse en ellos, aprovechar de forma placentera ese periodo con fecha de caducidad que llamamos «vida».
    Un relato sobre la felicidad que puede manar de las cosas sencillas.
    Que sigas disfrutando de ese viaje por el Mediterráneo.
    Un abrazo, Maríángeles

    1. Francisco Javier Igarreta

      Parece como si estuvieras contando un hallazgo inesperado, en el transcurso de algún viaje iniciático. Poesía minimalista en estado puro.
      Un abrazo y suerte.

    2. Así es, ÁNGEL querido; la felicidad mana de cosas tan sencillas como haber encontrado, en pleno viaje, una tacita de porcelana sobre un andamio tan marrón como el color de la actual propuesta enteciana, ese marrón que tan pantanoso, sucio y escatológico me resultó al principio, porque estaba convencida de que el color que se venía era el azul, jaja…
      Gracias por tu análisis profundo y minucioso, que siempre le saca el jugo al texto sin importar cuán breve o magro sea…

      Otro abrazo para vos,
      Mariángeles

  2. Milagros Sánchez

    ¡Hola de nuevo, Mariángeles!
    Manteniéndote en tu personal estilo conciso y esencial, nos propones comprender a través de ese objeto, toda la inmensa felicidad, que para su propietaria y protagonista le supone desde el instante en que sabe valorar como un pedacito de cerámica puede desatar su imaginación.
    Te felicito una vez más, por tu gran capacidad de síntesis y la belleza poética con la que sabes engalanar tus textos.
    Un gran abrazo y mucha suerte 🙂

    P.D. Aunque me conoces por mi seudónimo, esta es mi identidad real.

    1. ¡Hola, MILAGROS! Ahora estoy super-intrigada, pero apenas supere los efectos del jet lag (llegué a Neuquén recién el martes) ya descubriré el seudónimo por el que te conozco… 😉
      Muchas gracias por tu análisis tan minucioso y certero, que es eso y mucho más.
      Me complace que te haya parecido poético el texto.

      Otro abrazo y más suerte para vos,
      Mariángeles

  3. Barceló Martínez

    Hola, Mariángeles.
    Relatas poéticamente un momento mágico: ¿un instante de felicidad, quizá un bonito recuerdo, una historia de amor…? No sé, pero esa porcelana tiene el poder de revivirlo y tú el poder de contárnoslo bellamente.
    Un abrazo.

    1. Los momentos mágicos son así: en parte amor y en parte felicidad que se vuelven bonitos recuerdos… Eso es lo lindo de los objetos – una taza en este caso – : la capacidad y el poder que tienen de generar y generarnos historias.

      Otro abrazo para vos, BARCELÓ.

      Cariños,
      Mariángeles

  4. Esa tacita contiene la belleza de lo vivido en Cerdeña y se la puede llevar para nunca olvidar.
    Precioso relato poético reducido a las pinceladas que conforman el recuerdo.
    Te deseo mucha suerte.
    Besos apretados, Mariángeles.

    1. «…las pinceladas que conforman el recuerdo»: me encantó esa expresión, PILAR, no sólo por lo bella sino por lo exacta. Cada vez que mire a mi tacita marina sobre la repisa, la recordaré sobre ese andamio marrón que fue la excusa para escribir sobre ella…

      Más besos apretados para vos,
      Mariángeles

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