51. Temporeras
La candidez de Macarena nunca afrentó a sus hermanas, por el contrario, consiguió que soslayaran la monotonía del trabajo y, a veces, se sorprendían riendo a carcajadas en plena recogida.
Según presumía la incauta muchacha, había conocido a un gigante que la visitaba de madrugada para hacerla feliz. Aquello tenía gracia, ya que por poco sentido común que se tuviera, resultaba imposible ser feliz bajo aquel cielo de plástico que ahuyentaba los sueños y castigaba la espalda. Además, aunque ella insistiera con aquel aire triunfante que había empezado a exhibir, allí eran pocos y todos se conocían.
De repente y aún incrédulas, observaron que su cuerpo ensanchaba, que su mirada irradiaba una misteriosa placidez y, con frecuencia, parecía desvanecerse entre las fresas. Intrigadas y también envidiosas, decidieron aclarar el relato antes de que llegaran rumores hasta los oídos de su implacable madre. Puestas a ello, una noche observaron pisadas que, entre destellos temblorosos, se dirigían hacia las miserables barracas que habitaban durante la campaña. Y poco tardaron en descubrir que el celebrado gigante no era otro que el capataz, un ser ruin en todos los aspectos. Pero, como es bien sabido, a la luz del candil las sombras crecen.
La última frase es muy cierta, equiparable a la de «por la noche todos los gatos son pardos», pero no hasta el punto de que la verdad termine desvelada más pronto que tarde. Un ser ruin, al amparo de la oscuridad y de una mirada inocente e ingenua, puede transformarse en un gigante en el buen sentido.
Un relato con diferentes lecturas en función de los personajes, y con sorpresa final, aunque a veces es mejor no saber, se es más feliz, casi sería mejor que no se le empañase la dicha a esta muchacha. Siguiendo con los refranes: «Cuánto sufre el que sabe».
Un abrazo y suerte, María José
Hola, Ángel. También opinó que sería mejor que la inocente muchacha no se enterase de nada. Como apuntas, en ocasiones, es mejor vivir ignorarte de la realidad, pero me temo que no va a ser posible, porque pronto se va a notar el abuso. Y por otro lado, hay cosas que es mejor que se sepan. Muchísimas gracias, Ángel por tu amabilidad, por leer y comentar. Un abrazo, Ángel 🤗
«Temporeros» son lo que aquí se conoce como «trabajadores golondrina», en este caso, se trata de una muchacha incauta que ve las cosas con los lentes rosas de la inocencia, donde el gigante cuya sombra crece se desvela, a ojos del lector, como un capataz abusador que la deja embarazada.
Tremenda historia muy bien contada, María José.
Besos para vos😘😘😇😇
Hola, Mariangeles: Es lamentable, pero siempre ha habido y habrá algún sujeto miserable que se beneficie de la pobre inocencia de la gente. En el caso de las temporeras (golondrinas) se abusa de lo lindo, incluido el salario.
Muchísimas gracias por la visita y por tu amable comentario . Besos para ti también 🥰
Aunque en este caso Macarena se encuentre bajo el influjo de la kalopsia que le produce la visita del gigante, nos cuentas una historia que bien podría ser cierta, pues siempre hay desalmados que aprovechan la precariedad y la indefensión para abusar de su poder.
Un abrazo y suerte.
Hola, Rosalía. Efectivamente, este tipo de historias se dan en el día a día . La temporeras ven frecuentemente vulnerados sus derechos , soportan largas jornadas de trabajo, salarios precarios y también acoso sexual. Lamentable. En este caso, Macarena se siente feliz. Lastima que sea sólo una ilusión. Muchísimas gracias por tu visita y por tu amable comentario. Besos🥰
María José tu relato es de los que atraviesan la piel. Qué bien descrito a ese «ser luminoso» e inocente que ni siquiera es capaz de darse cuenta del abuso terrenal y vil.
Un abrazo.
Hola, María: A Macarena, le salva su inocencia. Disfruta de una misteriosa relación que la hace feliz. Lastima que la realidad no sea tan hermosa.
Muchísimas gracias por leer y comentar. Besos 🥰
Creer en Los Reyes magos, en la existencia del Ratoncito Pérez y otros, es vivir una ilusión maravillosa; otros tipos de ilusiones es mejor destruirlas y despertar cuanto antes.
Nos leemos
Hola, Isabel Cristina: Efectivamente, estas cosas se tienen que saber . Tal vez , la inocente Macarena no llegue a ver la realidad. Pero para eso están sus vigilantes hermanas. Muchísimas gracias por acercarte y comentar. Besos🥰 y nos leemos👌
Qué relato tan inteligentemente urdido y magistralmente contado!!
Maravilloso!!
Hola, Susana: Me alegra que te haya gustado el cuento. Muchísimas gracias por leer y dejar un comentario tan amable. Besos y nos vemos pronto 🥰