29. Terminal-Man
Con la estilográfica que había robado a un cliente intentó redactar una nota para sus padres, pero lo pensó mejor y desistió. Nunca se le había dado bien dar explicaciones y mucho menos por escrito. Además, tampoco le iban a entender en esta ocasión. Después, con pausado esmero, se dispuso a abrillantar los faros que le guiarían hasta la obligada oscuridad. Y aunque odiaba mostrarse vulnerable, por una vez, no le importó lucir su cabeza desnuda. Y se acercó al club. En la misma puerta, mientras se despedía de sus chicas, un dolor de sobra conocido le retorció las entrañas y, al doblarse, surgieron de su camisa entreabierta una inquietante medalla de oro maciza y una calavera tatuada cuyo aliento apestaba a medicinas.
No estaba acostumbrado a perder una pelea, sin embargo, tenía sus principios y aceptaba aquella debilidad galopante como un castigo por sus vilezas y, sin mirar atrás, se enderezó como pudo, apretó la mandíbula y arrancó. Luego, condujo sosegado por el asfalto caliente hasta llegar a la costa.
El verano vibraba en el espejo retrovisor y el Sol era una bola de fuego sobre el mar cuando aceleró la Chopper y se lanzó por el acantilado.
Parece que era un tipo duro que no pudo con la enfermedad que le carcomía. O no tan duro que fue cobarde para explicar lo que iba a hacer y cobarde por lanzar así su vida hacia el abismo, había dejado de luchar. Suerte María José a ese dios venido a menos.
Acostumbrado a pasar por chico duro, este macarra de club de alterne,al final,no se ha mostrado tan farruco como se le suponía… Muchísimas gracias, Manuel por la visita y por el comentario 🤗
Tu relato muestra a una bestia venida a menos, un cobarde incapaz de luchar contra lo que se le viene encima y que prefiere huir hacia adelante. Así puede evitar las explicaciones debidas a su familia y especialmente el sufrimiento que le aguarda. Un abrazo. Gloria
Efectivamente, este tipo fuerte por fuera, este gorila de tugurio «venido a menos» ( qué bien encaja con el personaje), no tiene valor para enfrentarse a su destino y acelera la marcha.
Muchísimas gracias, Gloria por acercarte y comentar.🥰
Mari José, tu texto y los comentarios posteriores dan por hecho que el personaje era muy fuerte hasta entonces, cuando tuvo que vivir y tratar con esa enfermedad terminal y dolorosa con la hasta entonces había estado luchando (lució su cabeza desnuda); sin embargo, yo no juzgaría a este tipo a la ligera. Creo que podría ser una figura digna de estudio y da que pensar. Has credo debate.
Enhorabuena. Nos leemos.
Hola, Isabel Cristina. Este chico fuerte o tipo duro de esos que intimidan a la entrada de cualquier tugurio no es, en realidad, más que una fachada y de eso vive. Por eso, cuando atisba el derioro, prefiere salir de escena sin avisar. Cree que no le queda otra en el smbien el que se mueve.Muchisimas gracias por la visita y por el comentario. Nos leemos. Un abrazo 🤗
Sobre las personas que toman la decisión de quitarse la vida se dicen dos cosas y son antagónicas: que son unos cobardes, o bien que se precisa valor para hacer algo tan drástico. Imaginamos a tu protagonista durante una larga trayectoria con una actitud de perdonavidas, comiéndose el mundo, hasta que las cosas se le ponen serias, la vida le pone a prueba y se demuestra que todo era fachada, el frágil y engañoso atrezo que ocultaba a un tigre de papel, según la expresión que popularizó Mao Tse-Tung. En contraste, una persona en apariencia más débil puede albergar una vida interior mucho más fuerte que este personaje que parecía inmune a todo, intocable e invencible.
Un relato bien trabajado desde el título, lleno de fuerza y con mensaje.
Un abrazo y suerte, María José
Hola, Ángel. Efectivamente el tema del suicidio no es algo fácil de juzgar y tú lo explicas muy bien. No sabemos si es cobardía o un acto de valor. En este caso yo creo que es un acto de soledad porque el personaje tiene que mantener una fachada y sus circunstancias y en el ambiente en el que se mueve, no puede mostrarse débil. Ha pasado de meter miedo a sentirlo.
Muchísimas gracias por tu comentario que como siempre, resulta tan interesante y esclarecedor y que aporta tanto al texto. Es un placer leer tus comentarios, Ángel. Muchísimas gracias. Un abrazo 🤗
Hola, María José.
Creo que podemos ver claramente en tu relato como los estereotipos en muchísimas ocasiones hacen prejuzgar. Es aquello tan típico y tópico de juzgar el libro por la portada. Dentro de cada persona hay un mundo interior que, precisamente por esa cualidad de interno, es exclusivo de cada cual, pero es más, a veces, ni las propias personas se llegan a conocer a sí mismas.
Suerte con este relato que, por lo que veo, va más allá de la historia per se, pues hace reflexionar.
Un cálido saludo, amiga.
Efectivamente, la realidad es más compleja y los estereotipos no son siempre exactos. Además, ignoramos las circunstancias de cada cual. En este caso, aunque el personaje y su oficio me puedan inspirar hostilidad, reconozco que lo observó con lástima por su obligada soledad.
Muchísimas gracias, Ángel por la visita y el comentario. Me alegra mucho. Abrazos🤗🤗
Has creado un cuadro lleno de matices valiéndote de pequeñas pinceladas. Existe mayor talento? Intuimos la bestia y vemos morir al dios. Maravilla!!
Muchísimas gracias, Susana por tu visita y por dejar tan generoso comentario. Un abrazo, nos vemos pronto 🤗