39. TRAMPA MORTAL
Abrió los ojos. A su alrededor tan sólo oscuridad, compacta y espesa, con cierto tufillo a rancio. Las superficies a su alcance lisas, tersas, madera quizás. El opresivo silencio punteado únicamente por un rítmico eco lejano.
De súbito, un chirrido metálico a su espalda, acercándose con mortífera rapidez, la impulsó a cubrirse la cabeza y arrojarse al suelo, un suelo que comenzó a deslizarse hacia delante a toda velocidad, como huyendo de una amenaza invisible. El enemigo era enorme, podía intuir su presencia a escasos centímetros, terrible, hambriento, dispuesto a devorarla sin piedad alguna. Y cuando ya se daba por perdida, un sonoro golpetazo abrió frente a ella el camino hacia la libertad.
Momentáneamente cegada por la luz exterior, no se veía capaz de esquivar al pájaro que se abalanzaba sobre ella… para levantar la cabeza y cantar: «cu-cu, cu-cu, cu-cu» con voz aguda y poco natural.
La mosca, con un suspiro aliviado, se apresuró a alzar el vuelo y alejarse de aquel maldito reloj de cuco.
Algo tan inofensivo y hasta simpático como un reloj de cuco puede convertirse en trampa mortal desde la perspectiva de un pequeño insecto.
Un relato que no revela la identidad del protagonista hsta el final (con hábil camuflaje), que nos habla de los diferentes puntos de vista y percepciones en función de cada circunstancia.
Un saludo y suerte, Ana María
Muchas gracias, Ángel por tan acertado análisis.
Consigues mantener la tensión hasta el final, provocando que el alivio del insecto coincida con el del lector.
Muchas gracias Edita. Ésa era la idea, me alegro de haberlo conseguido.
Un relato de terror con sorpresa final muy bien resuelto. La transformación de algo tan inocente como un reloj de cuco en depredador es todo un logro.
Muchas gracias Antonio, encantada de que te haya gustado y sorprendido.
Un microrrelato de terror que resulta ser muy divertido. Has jugado bien con las emociones
Muchas gracias Isabel, me gusta tener en vilo al lector hasta el último momento. Unas veces sale mejor que otras…