14. Trastorno imprevisto
Reconozco que me gusta mi trabajo, porque cada operación es un reto. Cierto que exige viajar y codearse con la muerte. Pero son gajes del oficio y cuando te acostumbras, no es tan duro. Por otro lado, estoy muy bien valorado en la profesión y aún mejor pagado.
Supe desde niño que tenía un don. Lo descubrió mi padre que, tras reparar en mi buen pulso, decidió introducirme en este mundillo. Dada su experiencia, me estimuló y me enseñó a manejar el instrumental con mano firme. Luego, a base de años de estudio y mucha práctica, perfeccioné mi propia técnica, ya que esta carrera demanda, además de intensa preparación, control emocional, precisión y prudencia.
Me suelen requerir en casos arriesgadas, aunque, actualmente, me falla algo la vista y, por temor a errar, acepto menos encargos. Confiaba en que mi hijo siguiera mis pasos. Siempre ha revelado aptitudes: es disciplinado y resolutivo y también da muestras de buen tino. Sin embargo, recientemente, me ha descolocado al confesar que quiere ser cirujano… Ahora no sé qué hacer con el arsenal de armas y explosivos que escondo en el sótano ni con el sofisticado rifle que había previsto regalarle al empezar su entrenamiento
Estimada Maria Jose,
Me he reido mucho con el giro final de tu relato. Muy bueno.
Suerte.
Saludos cordiales
Cuánto me alegra que te haya divertido el cuento, Fernando. Te agradezco mucho la visita y el comentario. Una abrazo 🤗
Un padre y un hijo que comparten habilidades que requieren precisión, buen pulso y mejor tino o puntería. Sin embargo, les separa un abismo profundo, tan antagónico como que uno contribuye a mantener la vida y el otro lo contrario.
Un relato con un giro final muy bien oculto y un toque de fino humor negro.
Un abrazo y suerte, María José
Efectivamente, en esta ocasión el padre ha errado el tiro. No parece que su actividad profesional concuerde con la vocación de su hijo. Pasa en las mejores familias y nos alegramos.
Muchas gracias, Ángel por acercarte, leer y comentar. Un abrazo.🤗
Soñar que nuestro hijo tomará la posta sin pensar que él tiene metas y sueños que no son las que soñó, pero la vida es así. Muy buen desarrollo de tu relato donde nos llevas por un camino para en el final darnos de bruces con ese final magistral. Excelente María José, un abrazo y suerte.
Los hijos vuelan por su cuenta. Así es y así debe ser. 😂
Muchísimas gracias, Moli por la visita y el comentario. Me alegra volver a tenerte por aquí. Un abrazo 🤗
Un micro genial, María José, muy a mi gusto, que también soy de las del giro final. Quizá por eso me esperaba que tú protagonista no fuera médico, como parece deducirse por el texto, o quizá también haya influido el tema de este mes, que ya va una leyendo con la mosca detrás de la oreja. El caso es que no por sospecharlo deja de sorprender agradablemente ese final. Enhorabuena y mucha suerte.
Hola, Ana María. Me alegra que te haya gustado el cuento. Es difícil engañar, pero bueno, he intentado acercarme al tema de la convocatoria con un poco de humor más o menos negro. Agradecidisima por la visita y por tu amable comentario. Un abrazo 🤗
Jaja, muy buen relato, María José. Quizás ese padre se retrasó un poco en el aprendizaje del hijo en cuánto a puntería, pero de ese retraso ha sacado ventaja el vástago al decantarse por una labor en la que el don de la precisión está en aras de un buen fin, quizás en este caso el hijo no siga los pasos del padre y pueda redimirse.
Un placer leerte.
Un abrazo.
Es obvio que ese padre, a pesar de su precisión profesional, perdió la perspectiva ( ya nos apuntaba sus problemas de visión) y no cayó en la cuenta de que los hijos tienen sus propios planes. Y así debe ser. Muchísimas gracias, Manoli por tu visita y por dejar un comentario. Un abrazo 🤗
Es verdad, María José, que es difícil engañar pero creo que has llegado muy bien al final pero lo que más me ha gustado es, como dice Ángel, que padre e hijo poseen las mismas cualidades y habilidades pero con unos pensamientos, una formas de ver la vida y de trabajo social tan antagónicos. Te felicito.
Nos leemos.
Por suerte,el hijo de este sicario o francotirador o… aprovechará mejor sus buenas aptitudes y esperamos las ponga al servicio de tarea más humanitarias. Muchísimas gracias, Isabel Cristina por acercarte a leer y dejar tu amable comentario. Un abrazo 🤗
Hola María José:
Un relato muy bien llevado para despistar al lector y sorprenderle con ese giro final. En cuanto al tema ya sabemos que «el hombre propone y Dios dispone» o que los genes hacen de las suyas y que no siempre tenemos que aprender de los padres.
Un enfoque original, María José.
Saludos
Efectivamente, hay ejemplos que mejor no seguirlos para nada. Muchísimas gracias, Pilar por la visita y por tu amable comentario. Un abrazo 🤗
Hola, María José.
Paradógica interpretación de dos oficios diametralmente opuestos, pues en ambos para obtener resultados antagónicos se necesita la misma sangre fría y pulso inquebrantable.
No deja de sorprenderme tu versatilidad, eres capaz de desenvolverte con soltura en cualquier género: comedia, romance, novela negra…
Un cálido saludo.
Hola, Ángel:
Pues si. Es una lastima que se desaprovechen ciertas aptitudes. Menos mal que el recambio generacional, es más humano.
Muchísimas gracias por acercarte y comentar con tanta generosidad. Un abrazo.
Nos veremos en Comillas este año?