Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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42. Trescientos metros (Nieves Mtz.Menaya)

 

No lejos de mi casa, unas  luces de neón anunciaban el nombre de aquel modesto hotel de carretera. Desde la ventana,  me gustaba observar a la gente que entraba o que salía con maletas .De niño solía ver, sin comprenderlo, parejas que acudían por tan solo dos horas y luego se marchaban. Después, de adolescente, e  influenciado sin duda por el cine, me imaginaba dentro a Thelma y Louise o a Jack y Jessica metidos en harina, hasta que al fin, pasando ya de los cuarenta, decidí una noche ser yo el protagonista. Me vestí como siempre, agarré una maleta y crucé la calzada.

En recepción, un hombre que parecía cansado de decir  “al fondo a la derecha” me entregó  sin mirar la llave 104. No sé qué sucedió,  pero al entrar ya me sentía extraño. Las paredes parecían vacías de recuerdos y la sordidez formaba parte del silencio. Abrí un cajón y luego otro y otro y el frío parecía rodearlo todo. Ya en el baño,  abrí el grifo y me  senté a su lado. Como todos los días, encendí la tele y me dormí. Al final concluí que para ser escritor no es preciso vivir una experiencia.

39 Responses

  1. calamanda

    Nieves, con la imaginación, la información, y otras cosas, tambien se viaja, es verdad; bien llevada tu moraleja. Suerte y saludos

    1. Nieves Martínez Menaya

      Calamanda,a los que nos gusta escribir, nos resulta corta la vida e inventamos otras, tal vez? Tenemos suerte por ello
      Un abrazo

  2. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Pues se ha perdido el comentario. Estará en el limbo informático. Quién sabe, algún día regresará.
    Te decía que me ha gustado mucho. Describes lo árida que muchas veces es la realidad. Pero no te preocupes volverás a escribir. Simplemente imagina que alguien te vio salir del hotelucho y por las teclas de tu ordenata a describir sus sórdidas cavilaciones.
    Pero es verdad que muchas veces es mejor quedarse en el lado de lo platónico y no sufrir las decepciones de lo real. En mi familia teníamos una mes casara (solterona, para los alejados de lo vasco) que se casó, por supuesto «entera» pasados los sesenta años. Nosotros, sus sobrinos de primera y segunda generación a la vuelta de viaje de novios, le sacamos las consabidas malévolas preguntas. Su respuesta fue lacónica: «tanto tanto para nada». No inquisicionamos más porque las carcajadas harían inaudibles las preguntas y las respuestas.
    Bueno ya ves lo charlatán que estoy. Mi mujer se ha ido al cine con una amiga viuda, y yo aquí en el balcón de mi casa viendo la cantidad de hojas y ramas esparcidas por el suelo que dejó la granizada de ayer sobre Madrid. Y que mejor cosa que hacer que pasar un rato contigo.
    Un beso.
    Ah el relato , como siempre, está muy bien escrito y con poco os ingredientes te ha salido una magnífica sopa.
    Le voy a dar a enviar que igual no se acepta porque me he excedido.

    1. Nieves Martínez Menaya

      Ay, Lavín, Lavín, que no se te puede dejar » de Rodriguez » ni dos horas
      así que luego pasa lo que pasa,Pues veo que para estar en el limbo informático, le has cogido gustillo y te has emocionado en el teclado. Hemos pasado de lo platónico a la solterona y de ahí a la granizada de MAdrid. Así que no me extraña que luego escribas lo que escribes. A mí solo se me ocurren los comienzos y luego es una faena porque tengo que inventarme como puedo lo que sigue.
      Me alegro de que te haya gustado mi sopa, perdón, mi relato 🙂

      Un beso. y gracias!!!

  3. un tal miguel

    Con todo el comentario de Jesús encima, me siento como San Cristobal llevando el mundo del saber sobre mi chepa. Solo me queda resuello para llamarte imaginativa, soñadora y peliculera, en el sentido gráfico de la palabra comprobando, además, que los frios no te gustan, que los grifos no te inspiran y que la tele te aburre. Y que a trescientos metros de donde estés siempre hay una historia para contar.

    1. Nieves Martínez Menaya

      Mi querido Miguel: no puede usted negar que es de ciencias, pero no cabe duda de que la rapidez de su diagnóstico psicoanalítico me ha dejado realmente transustancializada.
      Es verdad,confieso que veo historias incluso a distancias micromoleculares.
      Escríbeme algo más, hombre, que tú sabes!

  4. Ángel Saiz Mora

    Nieves, planteas la interesante disyuntiva de si es necesario o no vivir en primera persona para acumular experiencias con las que componer historias. Dejas a la claras que no, algo con lo que estoy bastante de acuerdo.
    Si emprendiéramos un viaje, con la intención de escribir sobre él, lo haríamos mucho mejor al final, ya en casa, cuando ya hubiésemos asimilado e idealizado hechos y detalles, que en un primer momento no parecieron decirnos mucho. La imaginación puede suplir cualquier realidad.
    Si escribimos, lo admitamos o no, en parte es por crear mundos nuevos, a nuestra medida.
    Suerte y un saludo

  5. Nieves Martínez Menaya

    Para ser las horas que son, planteas al detalle esta cuestión que a muchos de los que escribimos nos interesa, pero donde centro yo el problema para el escritor no es en la cuestión física de su ubicación, si explora o conoce espacios, sino en el » ser bueno» o en llevar una vida tranquila y satisfecha, Dicen que donde no hay dolor, no hay literatura, que aunque suena tajante, tiene una carga potente de verdad al menos , muchas probabilidades de ser cierto.
    En cuanto al espacio,no sè si era Flaubert el que no se movió prácticamente de su casa. No recuerdo. ( si es que hay cada uno..)
    Gracias por tu lectura del texto

  6. Marcos

    Cuando copiamos la realidad, como somos el único dios que existe la plasmamos como nos sale de ahí , y entonces es perfecta. La otra, la que no inventa nadie, la que llamamos, incompletamente, real, sale como sale. Siempre todo es mejor como lo imaginamos. El relato me ha encantado.

    1. Nieves Martínez Menaya

      O sea,el principio de Schrödinger, ni más ni menos .

      Te contesto también más abajo, maestro.

      Gracias, hermoso

  7. Daniel Irazu

    Según entiendo, por uno de tus comentarios al señor Lavín, escribes rápido inicios y trabajas arduo hasta encontrar finales. Puede ser, tal vez. Tu cuento de este mes sería entonces: un hotel, una carretera, un personaje, una referencia a su pasado -más por ubicación que por enjundia-, el regreso al presente, la acción -aunque sea como la de un budista cansado-,…y ahora a buscar el final.
    Pues es mejor el final que inventas que el comienzo que preparas.
    Debe ser porque la imaginación es poderosa, o porque confundes al señor Lavín.

  8. Nieves Martínez Menaya

    Ay , que me parece que voy a tener que pedirle al vecino del ascensor la dirección de su psiquiatra! jaja!
    Me encanta ver cómo cada uno de vosotros deja el comentario que refleja la huella dactilar de sus tendencias o puntos de vista que os caracteriza. En el caso de Lavín , y como no podría ser de otra manera, ese abordaje costumbrista con el que nos cuenta, nos relata lo que en ese momento ve, le pasa, su entorno, resultan en sí mismos un aporte valioso en fondo y forma cada vez que transforma la realidad en acto literario. En el caso de Miguel( a quien también conozco, motivo por el que no aludiré al resto de los que por aquí habéis aterrizado), que siempre deja su huella inconfundible, no resiste dos líneas sin usar su preciso escalpelo, esa disección clínica, ese análisis, que más que análisis es casi diagnóstico y que a su vez, quitándose el fonendo, lo mismo se pone el monóculo y concluye en el lugar del crimen que no me gusta el frío, ni el grifo ni la tele. Touché! muy bien, Watson, te iba a dar un diez,pero has olvidado algo: que no me gusta el rugby. Mmmm….se siente! Imaginativa , soñadora y peliculera, qué bien pero hay pelis buenas y malas y este relato es de la serie Z por lo que aprecio enormemente que hayas tenido la paciencia de leerlo. Y es que el ser fotógrafo de alma, como tú lo eres, le lleva a uno a ese implacable análisis de corte psicológico. Y Luego Marcos, que en esos cuatro brochazos concentra su inconfundible catecismo como quien pinta un grafitti y se va. Toda su cosmogonía plástico-cuántica, todo su firme convencimiento de la dicotomía que existe entre lo real y lo irreal y lo realmente irreal de lo real, están aquí plasmados aunque lo hubiera dejado sin firmar.Y por si no hubiera sido en sí mismo inconfundible, hay una frase que le delata entre un millón, y es ese genuino laconismo y que suena hasta bien como de eslogan: » Siempre todo es mejor como lo imaginamos». Y cómo te ha podido encantar este relato? pues vas a tener razón con el eslogan! 🙂
    Y ahora Daniel Irazu, a quien gusta tanto el juego literario como a mí, y la tertulia implacable , como debe ser, las cartas sobre el tapete, de cara, sí señor. Me encanta el lector interactivo y más cuando es inteligente, como lo sois todos vosotros. Watson no venía solo: faltaba Holmes ( Daniel I)Holmes ha concluido que escribo rápido los comienzos y luego trabajo duro hasta encontrar finales. No sabría decirlo, querido, porque la inspiración en mí es un acto complejo y fascinante, Te diría que trato de captar al vuelo las ideas y al final veo que me he quedado con un 5%. De lo que inicio a lo que acabo hay un camino que ni yo conozco. Me divierte, eso sí, esa tarea. Observo que pixelas detallada y meticulosamente y también acertadamente en tu comentario las fases que lo forman, desde la preparación, que en este caso fueron la idea genuina ,al apaño del final con el que trato de cerrar la historia.Desde mi punto de vista, torpemente , por ciertoPersonalmente me ha parecido detestable esa última frase que apesta a moraleja. No me gusta.
    Concretamente este relato me ha costado limarlo más que otros, tiene
    más liftings que Nefertiti. Veía este un mes difícil como para no caer en los típicos y previsibles tópicos. Al final me he servido de ellos para salir airosa de una etapa en blanco en la que creía haber necesitado acudir al psiquiatra del ascensor. Uf!! Por los pelos!
    Gracias , tertulianos!

  9. Nieves tu relato me ha gustado, pero los comentarios no tienen precio, como reza el anuncio ese de la tele.
    A mi me pasa al contrario que a ti, me cuesta empezar a escribir, pero luego es un no parar, y casi siempre el relato resultante no tiene nada que ver con lo que pensé en la primera frase.
    y sobre las etapas en blanco,son el pan nuestro de cada día no’
    Bueno, un placer leerte.
    Saludos.

    1. Nieves Martínez Menaya

      Es bastante difícil de reconocer ese proceso,verdad? en realidad , la primera idea, la motora, la big bang, es algo aproximado a la cienmillonésima parte de o que más tarde será el relato definitivo, pero en él siempre se conserva el núcleo que la originó. Somos perezosos para realizar un seguimiento detallado de cómo ha sido nuestro propio proceso creativo porque nos metemos en una vorágine de corta y pega que luego ya no podemos controlar.Al final siempre acabamos añorando la primera idea y nos agobiamos creyendo que ha hemos deformado, pero es mejor dejarla suelta, que corra como una cabra por el monte, pues de ese modo se nos presenta ese momento que todos deseamos y que no es otro que el de tener tanto material que ya podemos comenzar a desechar y desechar, que es lo importante: borrar borrar borrar para mí es lo más importante de escribir
      Encantada de verte por aquí Un beso!

  10. Ricardo R. González Ramos

    Jo, Nieves. No se como comentar tu escrito, despues de lo que he leido en todos los comentarios. No voy a llegar al nivel. Me arriesgo con mi peculiar prespectiva de músico frustrado.
    He visto a Muddy Waters en una ventana despues de la depresión. Con un riff de Robert Johnson.
    Es un relato triste, descriptivo y realista, pese a los dilemas en torno a su desarroyo, creo que está muy bien planteado y resuelto.
    Un beso, Musa.

  11. Nieves Martínez Menaya

    Los músicos frustrados son los autores de los mejores blues, de los más desgarradores y los más auténticos , así que me das una alegría si además de tu arroz con chirlas o tus pinchos de dos pisos,además de tus singulares relatos, sabes cantarme al oído un blues voluntarioso. Un beso, Muso, (Quería decir un muxu)
    Y te digo un secreto: todas esas cosas que has leído arriba no las escribo es serio.Se trata solo de una rara forma de diversión, así que no te cortes para la próxima ( que una es muy rara)

  12. Nieves Martínez Menaya

    ¡¡¡¡¡Pero si está aquí el Rey de los Signos de Admiración!!! ( por todos los que yo no pongo)
    Aviso a los navegantes de Internet: la última frase de este relato no tiene nada que ver con un criterio mío sino del personaje , que es independiente de mí. De la misma manera que la autora de Harry Potter no vuela.

    Pues en eso de estar en la luna, coincido contigo 🙂
    Una alegría que hayas pasado por aquí!!!!!!!! Bsos

  13. bmateosg@hotmail.com

    Me ha encantado la imaginación que desde niño tiene tu protagonista, como va evolucionando hasta que por fin decide experimentar. Aunque creo que se ha llevado una gran decepción. Buen relato con moraleja final, tomo nota.
    Un beso

  14. Nieves Martínez Menaya

    Es la eterna tentación que tiene el escritor de creer que si no vive situaciones reales, le es imposible escribir sobre el tema.Cuando uno es capaz de sobrepasar esa barrera, ya es libre para siempre.
    Personalmente creo que no se ha llevado una gran decepción porque desde el mismo instante en que se encuentra dentro de ese marco sórdido y frío ( cosa que desde casa idealizaba e ignoraba), su descripción pasa a ser algo más literaria , más «adjetivada» que la que utiliza en la primera parte del relato, que es más general y menos introspectiva. Era mi torpe intención esa diferencia.
    Me encanta verte por aquí, Belén , porque sé que eres sensible y te gustan los matices, como aquí también demuestras con tu comentario.Gracias!!

  15. Mirar desde lejos sin entender hasta que un día decides formar parte de eso que te inquieta y descubres algo nuevo. Tu relato tiene muchas caras y es fácil que cada uno lo haga suyo a su manera. Me ha gustado. Mucha suerte 🙂

    1. Nieves Martínez Menaya

      Me ha gustado tu resumen.» Mirar desde lejos sin entender».Ese era la idea. El resto pretendía ser una metáfora disfrazada de historia vulgar

  16. Nieves, me ha gustado mucho este escritor tuyo que al fin se atreve a abrir una puerta con la que soñaba, aunque se haya sentido decepcionado. Pero ha dejado la puerta de su imaginación abierta para siempre.
    Un beso.

  17. Nieves Martínez Menaya

    Me sorprende tu capacidad para llegar al corazón de los relatos.Eso demuestra que eres una buena lectora .No es tarea fácil. En esta ocasión, me quedo fascinada( sí, esa es la palabra) por la facilidad con que has sintetizado este relato que contiene dos bloques bien diferenciados y que intuitivamente has sabido resumir en esta frase: «Se da cuenta que la inspiración estaba en el otro lado, cuando pensaba, imaginaba, soñaba… y porque la realidad, siempre, es más fea o imperfecta que los sueños.» Esta frase es cien veces más bonita que la de mi relato. YA se me podía haber ocurrido antes, que no me gusta nada ese final que he puesto, que parece un pegote.
    Un placer tenerte por aquí, un beso

  18. Nieves Martínez Menaya

    Te confieso que el otro relato que había pensado tenía como protagonista
    a un Norman Bates al que Thelma y Louise descubren por el pasillo ofreciendo amablemente las toallas que había olvidado colocar el servicio de habitaciones,Justo cuando » pasaba por allí».Pero tú has sido más valiente y lo has hecho llegar con mucho acierto, como he podido ver en tu propuesta. Norman no podía faltar en el belén.

    Nunca se sabe si la primera idea es la que vale, pero este que has leído era la otra, que no tiene nada que ver y así está él. Eso sí, la imaginación abierta para siempre.un beso

  19. Manu Garpe

    Pues por aquí me paso Nieves.

    Como ya te he dicho en los comentarios del mío siento no haber pasado antes.

    No creo que para escribir una historia necesariamente haya que haberla vivido antes pues pienso que si esto fuera así la historia de la literatura se reduciría a un puñado de obras. La imaginación y el talento son piezas fundamentales. No obstante de todo se alimenta la literatura y,por ende, los escritores: lecturas, viajes, vivencias, observación, historia, imaginación, etc…

    Mi relato es pura ficción jeje

    Saludos.

  20. Nieves Martínez Menaya

    Y el mío pura «(a)fición», jaja!
    Por cierto, eran tuyos los cien mil dolares que encontré en la 104?
    pues ya me los gasté 🙁

    1. Manu Garpe.

      …siento decirte que eran falsos, pero por lo que veo donde los gastaste coló, jajaja… Espero no sigan la pista de esos billetes marcados… aunque si son esos dos policías del relato de Rafa Olivares creo que no tendremos problema…

      Saludos.

      1. Nieves Martínez Menaya

        Pues te advierto que soy pelirrojo y tengo una verruga en la nariz, pero no se lo cuentes a RAfa, eh? no sea que me encuentren ese par de de inútiles y tenga que devolver las pelas, que están más que gastadas 🙂

  21. Ana Fúster

    Menos mal que para escribir una historia no hay que haberla vivido antes, porque hay cada truculencia por ahí… (me estaba acordando de «American Psycho»). Pero tampoco es conveniente limitarse a mirar por la ventana, por muy indiscreta que sea, y menos hasta los cuarenta años. Para escribir hay que salir, compartir, amar, desamar, viajar, reírse, sufrir, caerse, llorar, levantarse aunque sea a trompicones, beberse la vida a tragos largos y todas esas cosas. Porque si te quedas mucho tiempo mirando sin actuar te puede pasar como al protagonista, que idealices algo en exceso y luego te decepciones. No te fustigues tanto con lo del final, mujer, yo la he pifiado mucho con mi frase final este mes y lo que he hecho ha sido borrarla del archivo que guardo en mi ordenador y listos. Besos y suerte este mes.

  22. Nieves Martínez Menaya

    Tu frase final de este mes cierra perfecto el texto porque el tono es el mismo que el del resto del relato. Por cierto, que cuando lo leí, me encantó. Partes de una idea muy original y la has desarrollado con mucho talento.
    Del mío ni hablamos

    Gracias, ANA!

  23. María Rojas

    Después de tanta maestría en el relato y los comentarios, solo me atrevo a decir. Me gusta mucho.
    Abrazos fuertes.

  24. Nieves Martínez Menaya

    María, siempre sobrevolando como un ave vigía que cuando se posa deja huella. Leve pero precisa. Tu inconfundible sello.
    Un abrazo

  25. Hola, Nieves, me quedo con el final «Al final concluí que para ser escritor no es preciso vivir una experiencia» y veo que su época más productiva es la de adolescente que es cuando más usaba el magín. Muchos se preguntan eso, tal vez la experiencia no hace falta vivirla, pues el término ficción es eso mismo, pero creo que cuanto más mundo hayas recorrido probablemente tu repertorio sea más rico y profundo. Un saludo, escritora.

  26. Nieves Martínez Menaya

    Una perugrullada, el final digo, por obvia, ero hay quien aún se lo pregunta. Estoy de acuerdo que cuanto más mundo se haya recorrido es mejor, por más que digan
    Un saludo, lector-escritor!

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