50. «UN BUEN MARIDO, ANTES FUE UN BUEN HIJO» (Rosy Val)
Eligió un vestido algo sobrio, aunque perfecto para la ocasión… ¡hoy conocería a sus futuros suegros!
Sentados a la mesa, la anfitriona miraba con reservas el anillo que ella presumía en su dedo, Carmen se hacía cargo, Simón sería el primero de sus cuatro hijos en independizarse.
Las conversaciones se cruzaban entre los comensales, cuando una voz sobresaliendo de las demás…
“Madre, ¡qué sabrás tú, si no tienes ni idea!”
Las palabras que atajaron aquel interminable silencio sonaron como una bofetada…
“Es verdad, hijo, si yo de eso no entiendo”
Terminaban el segundo plato cuando la misma voz, ahora más enérgica…
“¡No callarás, no, anda y ve a por el postre, porque lo que es la comida…!”
Entonces Carmen, se acordó de la mujer más sabia que pasó por su vida, se acercó a la que iba a ser su suegra, le comentó algo al oído y le entregó el anillo, se abrazaron emocionadas. Despidiéndose de todos con un recogido “lo siento, disculpadme” huyó del hombre que hoy no llevaba puesta la máscara con la que ella le conoció.
La abuela y sus sabios consejos… “Cariño, desconfía de un hombre que no respete a su madre”
¡Bien por la chica! Frente a la familia el individuo no pudo mantener la falsa pose, se quitó la careta. Apropiado el título, suerte Rosy.
Saludos.
Rosy, afortunadamente la muchacha descubrió a tiempo la auténtica personalidad de Simón.
Sabio consejo el de la abuela.
Mucha suerte.
Besos
De buena se libró Carmen. Tu relato es toda una lección de sabiduría. Enhorabuena, suerte y un abrazo.
Echando un vistazo a escritos que tenía por aquí y por allá, me encontré con este que casualmente casaba con esa máscara, que me encanta, tan especial de Sara. He tenido que acondicionarla, le sobraban palabras. Me daré por satisfecha si a alguna «jovencita» al leerlo, pudiera servirle de algo…
¡¡¡eso sí que sería tener suerte!!!
Gracias, Ana, Beto, Maria Elena, un sincero abrazo.
Este relato es una lección de humanidad. A las madres hay que adorarlas.
Pues una reflexión y una moraleja para no olvidar. Y además de verdad.
Muy ocurrente y divertido. Adiós a las máscaras. Un saludo.
Precioso Rosy, te aplaudo y me quito el sombrero, ¡me ha encantado!! El final inesperado, zarandea al lector.
Enhorabuena y suerte.
Besicos muchos.
Qué amables, de verdad, muchas gracias, Rafa, Lorenzo, Andrea, Concha, Nani… veo que todos coincidimos.
Con este micro, mi objetivo está más que cumplido.
Y como bien dice Lorenzo, a las madres hay que adorarlas, 🙂
Un abrazo
Estoy de acuerdo, un buen marido antes fue buen hijo, pero un buen hijo no te asegura una buen suegra no?
La de tu relato si que lo sería, pero a ver quien carga con su niño!!!
Una buena reflexión y un enfoque muy distinto para el tema de las máscaras.
Felicidades por lograrlo.
Besos
Jajaja Asun, tienes razón, hay maridos que no regalan buenas suegras… pero eso es otro micro, habrá que decirle a Jams que el próximo año les dedique un mes 🙂
Gracias bonita, un abrazo.
Rosy, tu protagonista ha demostrado sensatez al seguir los consejos de su sabia abuela. Un hombre que no respeta a su madre no respeta nada. Muy muy bueno. Abrazos y suerte.
Hola, Rosy.
Estoy muy de acuerdo como te dije en tu casa. El que no quiere a su madre…
Un beso, bonita.
Gracias Salvador, Towanda, así da gusto.
Un abrazo a ambos.
Hola Rosy. Me gusta el relato, la moraleja, el refrán y si me permites desde aquí le envío un abrazo enorme a la mía que la quiero con locura y te deseo mucha suerte. 🙂
Sin duda tú eres un buen «compañero»… jajajajajj y padrazo… ese niño es pa comérselo, 😉
Gracias Juan, por ese hermoso comentario.
Rosy, buen relato, huy, yo no soy de opinar, por una vez lo hago, perdona, me gusta sin la última frase, queda mucho más rotundo. Creo?.
Un beso
Hola Epi, siento no coincidir con tu opinión, aunque me encanta que lo hayas hecho, pero este micro-fábula, acuérdate que también hay un animal 😉 lleva la frase final a modo de moraleja.
Un abrazo y gracias por comentarme.
Buena lección, Roxy. Totalmente de acuerdo con esa mujer sabia. Los abuelos y sus consejos. Yo me acuerdo de muchas cosas que me decía mi abuela.
Un relato para recordar, para no olvidar!!
Abrazooooo para ti
Buena lección. Suerte que tuvo de acordarse de ella a tiempo para desenmascarar al sujeto.
Suerte y saludos.
Hola Petra, Rafa, a lo peor esa abuela hablaba por experiencia, vaya usté a saber. Un abrazo, par de majetes.
Por cierto, Petra, esa x en mi nombre? jajajaj es adrede no? si te gusta, puedes seguir poniéndola 😉
Rosy, buscando dónde poner mi comentario a tu último relato, he encontrado éste que me llega derechito al corazón. El que es buen hijo es buen esposo y es buen padre. No hay duda! Felicidades!