Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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26. UN DIOS EQUIVOCADO

Se sentía superior al debatir con otros e intentaba imponer sus análisis como una bestia sacrifica a su víctima.
Se mostraba orgulloso al ir en contra del pensamiento único por considerarse superior a esa masa gris a la que despreciaba profundamente.
Esa sociedad a la que achacaba su soledad, sus dificultades para encajar en un trabajo y hallar su lugar en el mundo.
Argumentaba que tenía una gran vida interior y no necesitaba a nadie para sobrevivir, pero utilizaba a otros para solventar su vida diaria poniendo excusas para no perder su precioso tiempo en vanalidades.
Siempre agresivo, sus padres, hermanos y amigos caían en sus redes e intentaban que no le faltara nada para tenerlo contento.
Pero todo le parecía poco. Quienes le oían creían en sus alegatos: «la sociedad me impone barreras, es injusta y no me permite desarrollar mi potencial».
De poco servía el consejo de que debía adaptarse al mundo porque el universo no lo haría por él.
A sus 32 años, cuando desaparecería su sostén, se sentía perdido y paralizado.
Y en vez de buscar trabajo, de construirse una vida, continuaba anclado en la adolescencia mientras sus padres sufrían por que no le veían futuro.

16 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Es un mal de nuestra época. A los hijos es natural darles todo lo posible, lo mejor, pero también es cierto que todo tiene límite, y que por mucho que cambie la vida, personas y demás criaturas han de volar solos llegado el momento, es lo natural, los padres han de aceptarlo y los retoños asimilarlo.
    Un relato sobre algunos jóvenes actuales, clasificados dentro se la etiqueta de «ninis».
    Un abrazo grande, Gloria. Suerte.

  2. Gloria Arcos Lado

    Sí, y hay unos cuántos que por temor a la vida, a la responsabilidad, a no saber enfrentarse a un trabajo se refugia en su propia burbuja sin pensar que antes o después tendrá que plantearse que hacer con su futuro pues ya ha dejado de ser un adolescente. Siempre tan certero en tus comentarios, Ángel. Un abrazo

  3. Hola, Gloria. Conozco gente así; ídolos con pies de barro, anclados en la adolescencia, que llegado el momento de arreglárselas solos se las ven bien negras, y no porque sus padres no les hubieran enseñado ni dado las herramientas para salir adelante, sino porque en su momento las descartaron creyéndose superiores al resto: la sociedad que desprecia y la familia que no le ve futuro y que él exprime como una garrapata prendida a un perro…

    Triste pero muy cierto y muy actual el micro.

    Besos desde la Patagonia Argentina😘😘😇😇

    1. Gloria Arcos Lado

      Mariángeles, sí tienes razón.Hay unos cuántos que no han sabido aprovechar las oportunidades que sus padres les han brindado y cuando tienen que enfrentarse a la vida no saben por dónde empezar. Y sus padres temerosos por ese futuro que ven tan negro. Muchas gracias por tus comentarios desde este lugar del Atlántico. Un abrazo. Gloria

  4. Ana Alcocer

    Un vivo retrato de algunos jóvenes, muy poco motivados,que podemos ver con demasiada frecuencia a nuestro alrededor.
    Hay una generación que en su afán por idealizar la vida de los hijos en contraposición a la dureza de sus propias vidas, han flexibilizado tanto la educación que el resultado ha sido muchas veces esta suerte de joven que se cree con derechos y sin obligaciones.
    Afortunadamente es mucha la juventud superpreparada, responsable y comprometida.
    Un abrazo

    1. Gloria Arcos Lado

      Mariángeles, sí tienes razón.Hay unos cuántos que no han sabido aprovechar las oportunidades que sus padres les han brindado y cuando tienen que enfrentarse a la vida no saben por dónde empezar. Y sus padres temerosos por ese futuro que ven tan negro. Muchas gracias por tus comentarios desde este lugar del Atlántico. Un abrazo. Gloria

  5. Gloria Arcos

    Sí, lo curioso es que a veces de unos mismos padres, que han educado a sus hijos con unos mismos valores salen unos chicos con una forma de enfrentarse a la vida totalmente diferente. Un abrazo inmenso. Gloria

  6. Aurora

    Gloria, un magnífico retrato de, como muy bien indica el título, un dios equivocado. Siempre en busca de culpables para justificar su situación, debería aprender que cuando con un dedo apunta a alguien o algo, tres le señalan a él.
    Un relato con una segunda lectura de total enjundia.
    Abrazo

  7. Gloria Arcos Lado

    Gracias Aurora por la interpretación de mi micro. El problema es que nadie consigue sacarle de su error y continúa actuando igual, sin aprovechar el tiempo que su sustentadora le ofrece para crearse una vida y no sufrir después cuando ella ya no esté y no tenga a nadie que le apoye. No sé si es el miedo a enfrentarse a la vida o tal vez la paralizacion y la no aceptación de lo que inevitablemente va a pasar, aunque nadie, ni él, ni su madre lo desea. Un abrazo muy fuerte y gracias por pasarte por aquí.

    1. Pilar

      Hola Gloria. Nos presentas un personaje digno de analizar porque tiene algo de enfermizo. Un relato psicológico en donde habría que estudiar las causas de ese comportamiento. Desgraciadamente muy frecuente en nuestros días.
      Un saludo
      Pilar 😀

      1. Gloria Arcos Lado

        Sí, el temor a enfrentarse solo a la vida, las dificultades. Quizás en nuestro afán por quererli y protegerlo le hemos resuelto siempre los problemas y muy pocas veces lo ha hecho por su cuenta. Lo malo es que tampico acepta la ayuda de psicólogos y con esa edad no puedes obligarle a nada. Lo malo es que me siento impotente y no sé como ayudarle, y el tiempo corre en nuestra contra. Gracias por comentar. Un gran abrazo

  8. Bien reflejado ese ser escurridizo, egoista y mlaencarado que suele ser el adolescente debido a su inseguridad y su forma de enfrentarse a la vida en esos momentos. Bueno saldrá adelante, antes o después. Suerte con esta bestia que se siente un Dios. Besotes Gloria.

  9. Gliria Arcos Lado

    Muchas gracias, Manuel por tu comentario. Sí, eso espero al menos, aunque lo veo con muchísimas dificultades para enfrentarse a lo que la vida le deparará, lo malo es que yo no estaré para ayudarlo.Y lo peor es que al igual que a sus hermanos le ofrecí todas las posibilidades que estaban en mi mano, pero ninguna le servía y las iba abandonando una tras otra como si el tiempo no pasara. Ahora, que voy a faltar, no sé si será el miedo, o la no aceptación de lo inevitable, pero continúa con su costumbre: play, fútbol, móvil, ordenador, cartas, tele y su máximo esfuerzo es terminar el curso C2 2 de inglés que le deja mucho tiempo para buscarse un trabajo, un sustento. Mientras su hermano, diez años menor, lucha como un jabato por conseguir su sueño: hacerse progranador informático y se enfada con él por el tiempo que está perdiendo, y el segundo le demuestra lo que hay que hacer: trabajar y ganarse la vida, pero parece que todo le resbala. Mientras que yo intento prolongar al máximo con estos tratamientos tan duros mi vida para darles tiempo a que ellos se sitúen. Y esto hace que mi ex y yo estemos de los nervios al ver como un joven tan inteligente, crítico y preparado echa a perder su vida como si fuera un adolescente eterno. Un fuerte abrazo, Manuel

  10. Pilar

    Gloria, ahora que leo tu comentario a Manuel entiendo que tu relato tiene mucho de autobiográfico. Sigue escribiendo que te ayudará como terapia, y por mi parte desearte mucha fuerza y esperanza.
    Un abrazo

  11. Gloria Arcos Lado

    Gracias, Pilar. Sí, se trata de mi hijo mayor. Parece que se niega a aceptar que estoy muy enferma, que me queda poco tiempo de vida y que si me estoy sometiendo a ese Estudio Clínico es por darle a él y Adrián tiempo para que se busquen su futuro. Afortunadamente mi segundo hijo trabaja y está independizado. Pero el mayor no quiere oír nada sobre mi enfermedad, no se involucra y lo peor es que sigue actuando como un adolescente: jugando a la play, al móvil, al ordenador, viendo fútbol, etc en vez de buscarse un trabajo y planificar su futuro para cuando yo no esté. Un abrazo inmenso.

  12. Enrique Mochón Romera

    Creo que esta es una actitud bastante frecuente en nuestros días. Y cuando algo se produce de manera tan generalizada me gusta pensar que es producto de un cúmulo de circunstancias, sobre todo sociales, aunque la actitud sobreprotectora de muchos de nosotros hacia los hijos también ayuda. En cualquier caso, confío en que cuando se vean en situación de responder por ellos mismos ante las exigencias de la vida, sus argumentos se vuelvan más constructivos y respondan adecuadamente. Gran retrato de la situación, Gloria. Un fuerte abrazo.

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