Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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59. UN INSTANTE DE VALOR

En el instituto, unos chicos la han tomado con él. Cuando nadie los ve, le obligan a darles dinero y se divierten a su costa. Al grito de mariquita, le acorralan, le tiran al suelo y le pegan patadas hasta que se hartan. Mientras, lo graban todo con sus teléfonos móviles y  después, al verlo en las pantallas, se parten de risa. Orgullosos de su “hazaña”, no tardan en enviárselo a otros colegas.

Desde que le amenazaron con dejarle sin lengua si no guardaba silencio, se ha quedado sin voz. Anda todo el día cabizbajo, muerto de miedo, le sobresalta cualquier ruido, se esconde en los rincones, huye despavorido cada vez que ve una sombra…Al llegar a casa, sus padres, ajenos a todo, ni le miran, sólo  le riñen por sus malas notas. Él no dice nada, se encierra en su habitación y no para de llorar. Se siente perdido, la angustia le asfixia, no sabe qué hacer, ni a quién acudir… no ve otra salida que la de marcharse, desaparecer. Sabe que no será difícil, para este viaje no necesita ni billete, ni maleta, le bastará con tener, por una sola vez, un instante de valor.

10 Responses

  1. María Jesús Briones

    El terrible acoso escolar es uno de los más crueles y silenciosos que se puede sufrir.
    Lo has descrito con mucha verisimilitud y cada vez se extiende más la idea del suicidio entre adolescentes y jóvenes. Una situación que se oculta y a la que hay que remediar sin titubeos.
    Mucha suerte y un besito virtual.

    1. Almudena Horcajo

      Muchas gracias, María Jesús.
      La adolescencia es una época de gran fragilidad, lo que te pasa puede marcarte toda la vida. Es urgente tomar medidas para acabar con el acoso escolar.
      Un beso virtual para ti también.

  2. Hay dos tipos de miedos, el miedo a lo que no existe (fantasmas, zombis, vampiros, monstruos del inframundo…) y el miedo a lo que es real. Este relato va sobre ese tipo de miedo, el que padece el hostigado por ser más débil o por ser diferente. Un tema duro muy bien contado con un remate muy conseguido. Mucha suerte, Almudena.

    1. Almudena Horcajo

      Muchas gracias Alberto por tu comentario.
      Sí, son miedos reales que los tenemos muy cerca, y que hacen mucho daño. ¡Hay tomar medidas sin demora!
      Un abrazo.

  3. Ángel Saiz Mora

    Las malas personas, como depredadores, envalentonados por la fuerza de un grupo (más bien, manada), se ceban con el más prudente, con el más débil y sensible.
    Afrontar un infierno de angustia y miedo en soledad, en un bucle sin escapatoria, solo puede conducir a querer terminar con ello de la peor de las maneras.
    Un relato que ejemplifica muy bien un problema más habitual de lo que puede parecer, para el que existe solución, aunque quien lo sufre crea que no es así.
    Un abrazo y suerte, Alnudena.

    1. Almudena Horcajo

      Muchas gracias Ángel por tu comentario. Como siempre, haces una lectura muy acertada del relato.
      Que el problema existe, no lo duda nadie. La solución como dices tú, también. Pero es necesario que se tomen las medidas necesarias para frenarlo, y no se malogren vidas de forma tan injusta.
      Un abrazo.

  4. Pablo Cavero

    Un problema actual muy real y bien narrado, nos haces sentir esa angustia a la que le someten los que se cobijan en el grupo y que le consideran inferior. El final es la única salida que se le ocurre para dejar de sufrir esa no-vida que padece. Buen relato, Almudena. Suerte y un abrazo.

    1. Almudena Horcajo

      Muchas gracias por tus palabras, Pablo. Suscribo lo que dices, me da mucha rabia cuando veo a esos «valientes» que se esconden en el grupo, y maltratan a los débiles. Son acciones cobardes que tenemos que combatir.
      Un abrazo.

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