Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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63. UN PECADO VENIAL

Sin hijos porque su exmarido no los quería, sin amigas porque a él no le gustaba que saliera y sin él porque la dejó hace ya algunos años, Carmela alivia su soledad ayudando a las monjitas en la residencia de ancianos. Le han asignado una tarea delicada que desempeña con esmero y en la que emplea todo el amor que hasta ahora no había podido gastar.

Cada día revuelve en el ropero en busca de una corbata fina, un pañuelo de seda o unos zapatos con puntera y con ellos acicala con ternura a los difuntos más necesitados y a los que no tienen a nadie que los quiera.

Hoy Carmela se ha confesado porque hay un pecado que no la deja dormir. Le cuenta al párroco, arrepentida, que hace días la vida le puso por delante al que fuera su marido y no solo se alegró, sino que lo mandó para el otro mundo con unas braguitas rosa con puntillas. Don Víctor le ha impuesto un padrenuestro por alegrarse y un avemaría por las braguitas.

10 Responses

  1. Rafa Heredero

    Nieves, me has sacado una sonrisa y don Víctor un aplauso. Bravo por Carmela y esa venganza eterna tan merecida.
    Un abrazo y suerte.

      1. Ángel Saiz Mora

        Don Víctor fue muy comprensivo. Él tenía que cumplir su papel de absolver a su feligresa tras el arrepentimiento con una penitencia, pero fue mínima, acorde con un pecado realmente venial, sin apenas maldad ni demasiada revancha, pese a los motivos que tenía para ella la buena mujer.
        Un relato divertido y un personaje ejemplar, pese al daño recibido.
        Un abrazo y suerte, Nieves

  2. Rosa Gómez Gómez

    Arrieritos somos…. Y aunque esta mujer ha podido resarcirse del daño tarde, está claro que ha debido quedar satisfecha, no sólo por el disfraz, que también, sino por saber que en los últimos tiempos de su ex., había vivido como “necesitado”.
    “Los caminos del señor son inescrutables”.
    Divertido!

  3. Isabel Cristina Fernández Sánchez

    Después de la vida de mierda que ha llevado Carmela por aceptar la que quiso vivir su marido pues qué quieres que te diga…que yo me hubiera dedicado a otros asuntos pero ya puestos aplaudo la vestimenta para el muerto y, también un poco, la mínima y disimulada penitencia que le impuso el señor cura.
    Nos leemos

  4. Rosalía Guerrero

    Poca venganza me parece para el difunto, teniendo en cuenta que le arruinó la vida.
    Pero bueno, si eso le satisface, bien por ella. Yo no creo que me arrepintiera, pero claro, Carmela es más buena gente que yo…
    Un abrazo y suerte.

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