35. Cinco fechas cruciales (Rosy Val)
Pasan los años y sigo recibiendo cada 25 de marzo su fotografía. No me costó deducir que ese fue el día de su nacimiento. También, cada primer domingo de mayo recibo una postal, así como el día de su santo —el 11 de agosto—. Lo supuse en cuanto recordé que se llamaba Clara. Invariablemente en Navidad me envía una carta con su pedido a los Reyes Magos. Con impostados y pueriles trazos se dirige a Baltasar, aclarándole que como ha sido buena, le traiga la muñeca parlanchina.
No sé cómo consigue averiguar dónde vivo, pese a cambiar de domicilio me localiza siempre. Temo, que me persiga de por vida.
Voy camino de mi trabajo. Al doblar una esquina me percato de una silueta muy peculiar en la pared; una niña con la cabeza invertida que curiosamente me trae a Linda Blair…
¡Un exorcista —me digo al tiempo en que caigo que hoy es 1 de noviembre—, eso es lo que yo necesito!, que la retire, la expulse de mi vida… han pasado trece años… ¡que deje de martirizarme ya, joder!, ¡que yo no tuve la culpa de que su hija se interpusiera entre mi coche y esa maldita pelota!
Intenso psicodrama preñado de cotidianeidad.
8.
Hola, Modes, como no me esperaba más que un cinquillo raspao, ese ocho me ha sabido a gloria. Aunque seas un “sagerao», muchas gracias por tu generosidad.
Un abrazo grande, guapo.
Jopé, Modes por aquí. Suscribo lo mucho que ha dicho con cinco palabras y una cifra. Suerte, Rosy. Saludos.
Es verdad Jesús, Modes se hace desear…
Gracias por tu valoración, y tus buenos deseos.
Un abrazo.
Un placer y un escalofrío leerte, ¡suerte!
Gracias, Dominique, placer es que me comentes.
Un abrazo.
Un drama. Por si fuera poco el accidente involuntario, todo lo demás.
Un drama en el que dos personas siguen sufriendo…
Un abrazo y gracias por comentarme.
Por cierto, te deseo mucha suerte para ese magnífico «Inédito de por vida».
Hay fechas que es imposible soslayar. Los fantasmas son espíritus inquietos que no acaban de comprender lo que les ha sucedido, que se sienten fuera de sitio, que se marcharon sin quererlo y antes de tiempo. Parecen condenados a padecer por todo lo que debieron vivir y piensan que les fue arrebatado, pero los mortales que arrastran una culpa no están mejor que ellos. Lo suyo también es un sinvivir, aunque parezca que aún siguen en el mundo. Con todo, de los dos personajes sufrientes, nos quedamos con la niña; quizá sea cierto que cruzó cuando no debía, pero ella y su familia arrastran el peor lastre.
Este relato es bueno sí o sí, porque la idea lo es, igual que el desarrollo.
Un abrazo y suerte, Rosy
Muchas gracias, Ángel, sabes cuánto valoro tus palabras, aunque no sé si merecidas.
¡Un abrazo!
Una vida dedicada a destrozar la de quien destrozó la suya al llevarse otra por accidente. Me transmite mucha tristeza este relato, por el dolor insufrible de la «perseguidora», que nutre esa venganza persistente; por la desesperación del «perseguido/a»; por la muerte de un ser inocente… Certero y muy bien construido. Suerte y besos, Rosy.
Certero tu análisis, mi Anita, aunque no esperaba menos de ti, 😉
Me parece que el perseguido, aunque dejen de acosarle, no hallará nunca descanso.
Gracias. Un beso.
Un drama muy bien contado, desde el accidente en que murió la niña, el dolor y la persecución de la madre y el sentimiento de culpa del perseguido.
Besos y suerte, Rosy.
Gracias por leerme, Carmen. Por ese comentario, un abrazo grande.
Historia muy bien escrita. Me gusta porque me queda la duda de si de verdad lo acosan o si son imaginaciones que le producen su sentimiento de culpa. Drama servido en bandeja de plata. Un saludo.
Hola, Mar, a este hombre la culpabilidad le perseguirá siempre.
Un abrazo y me encantará ver tu «Somos» en el próximo ejemplar Enteciano.
Rosy, un drama abierto en su interpretacion y bien construido. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, una de las cosas que satisfacen también a la hora de escribir, que el lector haga su interpretación.
Un abrazo.
Menudo final, Roxy!!!
Me has dejado … tocada.
Muy bien llevada la trama, sin descubrir el porqué hasta el desenlace crucial.
Mis felicitaciones!!
Un abrazooo
Viniendo de ti, que eres la especialista en fabulosos finales, este comentario es para enmarcar.
Muchas gracias, Amparo…
Un besazo.
¡Qué relato Rosy! Desde el comienzo vas generando intranquilidad, tantas fechas, todas referidas a la misma persona, pero es al final donde nos das el golpe de gracia, no es sólo el fantasma de su conciencia, es la madre la que le persigue con insistencia. Dudo que ese exorcismo le libre de ella, deduzco que tu protagonista sufre más por la niña que por la madre.
Un abrazo y mucha suerte querida Rosy.
Hola, Yashira, yo también dudo que un exorcista le libere de su culpa. Además esta madre no se cansará nunca de perseguirle.
Gracias por regalarme un comentario que me ha encantado.
Un beso, preciosa.
Rosy, un relato excelente. Poco a poco nos vas sumergiendo en la historia hasta llegar al inesperado final. ¡Enhorabuena, me ha encantado! ¡Mucha suerte!
Besos apretados.
Gracias, Pilar, qué ilusión que mi micro te haya llegado.
Un besote.
Rosy, el final es de los que ponen el vello de punta. Como te he dicho en tu blog, me ha gustado mucho y te seseo mucha suerte. Felicidades.
Besicos muchos.
Gracias, Nani, un final necesario para esclarecer el desasosiego del perseguido.
Un fuerte abrazo
Muy bien contado, Rosy. El dolor le impide olvidar. Y ese mismo dolor le impulsa a perseguir al otro, para que tampoco pueda olvidar, por mucho que quiera. ¿Es venganza? No lo sé. A veces uno solo quiere eso, que no se olvide.
Pero aunque el argumento es digno de una película, lo que más me gusta es como nos introduces en la trama a través de las fechas. Los aniversarios, las fiestas señaladas, son días de dolor intenso cuando hay una ausencia. Y tú te has servido de esa idea para coser una historia genial.
Felicidades.
Suerte y abrazos,
Querida Anna, cuando ya crees que nadie leerá tu micro me encuentro con este comentario, y qué comentario. Gracias infinitas.
Un abrazo.
Culpa, terror y dolor más la venganza de una madre con mensajes para cerrar la puerta al olvido. Muy bueno, Rosy. Abrazos y suerte.
El dolor y la venganza, en este micro, más unidos que nunca. ¡Gracias, Salvador!
Un abrazo grande.