39. Vaho
Después de meses de sequía, ahora llovía sin interrupción. Yo me lo miraba desde la ventana e imaginaba el agua penetrando tierra adentro y como las raíces la absorbían con desazón. Tras unos minutos así, he regresado a mi butaca frente a la chimenea y allí me he dejado seducir por el hipnótico quehacer de las llamas y las brasas. Más tarde, una vez que he mirado hacia fuera para comprobar si todavía llovía, me he dado cuenta de que había dejado la marca de mi aliento en el cristal. Me he levantado para enjugarla y ha sido entonces cuando he visto al desconocido.
Caminaba despacio, con la cabeza agachada y el ademán cansado. Iba totalmente empapado y llevaba las perneras y los zapatos embadurnados de barro. Ha debido darse cuenta de que lo observaba, porque se ha detenido y ha quedado allí quieto, mirándome a través del muro de agua que nos separaba.
Ignoro el tiempo que hemos estado así. Finalmente, ha bajado de nuevo la cabeza y se ha alejado. Yo he secado la marca de vaho con la manga del jersey y he vuelto a mi cómoda butaca junto al hogar.
Cuánta razón llevas, Josep. La lluvia nos encierra en casa y miramos al exterior esperando que pare para poder salir, hasta que somos conscientes de que tenemos un techo bajo el que cobijarnos.
Muchas veces no somos conscientes de la suerte que tenemos hasta que vemos «que otro sabio va cogiendo las hierbas que otro arroj».
Un abrazo y suerte.
Tan cerca en distancia y tan lejos en todo lo demás. Un cristal empañado separa a dos semejantes pero con circunstancias opuestas. No sabemos si el personaje de la vivienda se alegró del mal de fuera, pero seguro que, al menos, sintió alivio por no estar en su lugar.
Un saludo y suerte, Josep
Una historia sencilla que no deja indiferente. Ese vaho que hace de interruptor entre dos mundos me parece un recurso muy plástico. Un saludo y suerte.
Hola Josep
Pues me ha parecido hipnótico ese instante, que abandera bastante bien el tema a tratar.
Muy evocador ese vaho en el cristal y todos esos sentimientos, tan humanos, que dejas adivinar.
Enhorabuena